El Hospital Reina Sofía iniciará un ensayo clínico con células CAR-T fabricadas en su propio laboratorio en 2026

Sanidad

En este estudio participarán 21 pacientes con linfoma y leucemia que no cumplan los requisitos para recibir los tratamientos comerciales

El Hospital Reina Sofía prepara más de 50 actividades para celebrar su medio siglo de historia en 2026

La jefa del servicio de Hematología del Reina Sofía, Concha Herrera, en un laboratorio de Terapia Celular.
La jefa del servicio de Hematología del Reina Sofía, Concha Herrera, en un laboratorio de Terapia Celular. / Luis Navarro

El Hospital Reina Sofía pondrá en marcha un ensayo clínico con células CAR-T fabricadas en su propio laboratorio para tratar a pacientes con leucemia y linfoma.

El centro presentará los permisos necesarios a primeros de 2026 a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y en cuanto que ésta lo autorice, comenzará a reclutar y tratar pacientes de Hematología con esas células CAR-T.

Hasta el momento, este tipo de terapia se utiliza solo para enfermedades hematológicas. En concreto, para leucemias, linfomas y mieloma múltiple, tres enfermedades "muy mayoritarias", explica la jefa del servicio de Hematología del Hospital Reina Sofía de Córdoba y directora de la Unidad de Terapia Celular, Concha Herrera.

Las células CAR-T son un tipo de inmunoterapia celular en la que los linfocitos T del sistema inmunitario de un paciente se modifican genéticamente en un laboratorio para que puedan reconocer y destruir células cancerosas. Para ello, hay que crear un ADN sintético que actúa de receptor quimérico de antígeno (CAR) -un arma de reconocimiento- que se incorpora a los linfocitos. Luego, estas células modificadas se introducen en el cuerpo del paciente a través del torrente sanguíneo, el CAR reconoce la célula tumoral y dirige al linfocito T hacia ella para que la ataque.

Perfil de pacientes para el ensayo

La doctora Herrera indica que en el ensayo se reclutará a pacientes con linfoma y leucemia porque se pueden tratar con el mismo CAR (el ADN sintético creado en laboratorio) pero los de mielona necesitan otro. En total, serán 21 personas y el estudio durará entre dos y tres años.

La doctora Concha Herrera, en uno de los laboratorios de Terapia Celular del Hospital Reina Sofía.
La doctora Concha Herrera, en uno de los laboratorios de Terapia Celular del Hospital Reina Sofía. / Luis Navarro

Al ser una fase 1, el ensayo "no tiene ni brazo control, ni rama control, ni está aleatorizado", señala Herrera. Es decir, "se trata a pacientes que cumplan los criterios de inclusión y ya está".

Al principio van a incluir a pacientes que estén "muy mal" y que, "necesitando un CAR-T como única solución para su vida, no puedan ser tratados con los comerciales (Kymriah) " al no cumplir con algún criterio. "Si un paciente cumple los criterios para ponerle un CAR comercial, no sería ético ponerle uno que está en investigación porque del comercial ya sabemos los resultados y en investigación no", aclara la doctora.

Por ahora, los especialistas y científicos saben que el CAR que se va a usar en el Hospital Reina Sofía "cura ratones, pero no sabemos si cura personas", puntualiza la especialista en Hematología.

La nueva Unidad de Terapias Avanzadas se está diseñando y debe ejecutarse en 2026

Respecto a los criterios, los CAR-T comerciales para leucemia aguda linfoblástica solo se aplican a pacientes de menos de 25 años ya que el ensayo original realizado en EEUU se realizó con niños y jóvenes, no en adultos. Así que, si en Hematología hay uno de 28, sería susceptible de entrar en el ensayo.

Ahora mismo, en España los pacientes de más de 25 años solo pueden tratarse con esta terapia en el Hospital Clínic de Barcelona, que hace unos años comenzó a fabricar sus propias células CAR-T, como ahora va a hacer el Reina Sofía. Por lo tanto, "si yo ahora mismo tengo un paciente de 28 años con una leucemia linfoblástica, lo tengo que mandar al Clínico", resalta Herrera. "Cuando tengamos el ensayo aquí, pues ya lo podremos hacer", agrega.

En la unidad clínica de CAR-T del hospital cordobés hay tres doctoras y una enfermera (aunque en los próximos días se incorporará otra). De la fabricación de las CAR-T en el laboratorio se encargan tres biólogas y una biotecnóloga. Este equipo será el que lleve a cabo en ensayo.

Por otro lado, para realizar el estudio será fundamental la puesta en marcha de una nueva unidad de Terapias Avanzadas que estará destinada a ingresar pacientes. Desde 2022, que el centro sanitario comenzó a usar los CAR-T comerciales, las personas que se trataban con estas células tenían que ingresar en la unidad de trasplantes de médula -que tiene nueve camas- porque no había otro sitio. Normalmente, estos enfermos están tres semanas hospitalizados y luego se les hace un seguimiento en consulta. Ahora mismo, el Reina Sofía está diseñando cómo será esta nueva unidad que se debe ejecutar en el año 2026.

Los CAR comerciales

La unidad de Hematología del Hospital Reina Sofía tiene autorización desde el año 2022 para el uso de CAR-T comerciales como una terapia más. Sin embargo, hace una década que sus profesionales llevan investigando sobre estas células.

Aparataje en un laboratorio de Terapia Celular del Hospital Reina Sofía de Córdoba.
Aparataje en un laboratorio de Terapia Celular del Hospital Reina Sofía de Córdoba. / Luis Navarro

Los CAR-T "son medicamentos, por eso son comerciales", explica la doctora Herrera, añadiendo que "el hospital los compra y los paga a una empresa farmacéutica". Lo que ocurre es que son "productos autólogos" porque el hospital envía a la farmacéutica los linfocitos T de cada paciente, que se obtienen mediante un procedimiento de aféresis con una máquina que filtra la sangre y separa sus componentes. Transcurridas tres semanas, la empresa los devuelve convertidos en células CAR-T.

Diez años de investigación en el Reina Sofía

Hace diez años que los profesionales de Hematología del Reina Sofía empezaron a trabajar con el Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (GENyO) porque necesitaban a biólogos moleculares que les fabricaran el ADN sintético necesario para las CAR-T.

A lo largo de este tiempo, han testado muchos CAR distintos tanto in vitro como en ratones, pero "la cuestión no es curar ratones, es curar personas". Llegado el momento, tenían "un CAR suficientemente maduro y dimos el paso de pasarlo a humanos en un ensayo clínico", manifiesta Herrera.

Imagen de archivo de células CAR-T preparadas para su infusión en un paciente.
Imagen de archivo de células CAR-T preparadas para su infusión en un paciente. / Penn Medicine

La documentación para llevarlo a cabo se está preparando y están "fabricando a gran escala el CAR para ser humano en un laboratorio" del Hospital Reina Sofía con la idea de que en 2026 se pueda empezar ese ensayo "con el CAR-T fabricado aquí". De forma que "el invento del trocito de ADN es de Granada, la fabricación es nuestra y los pacientes también de aquí, del Reina Sofía", especifica.

Las CAR-T entran al cuerpo por vía intravenosa, como si fuera un suero ya que las células están en una bolsa pequeña de 30 o 40 mililitros. Los resultados se ven "muy pronto" ya que este tratamiento "funciona súper rápido", aunque depende de la enfermedad del paciente. En el linfoma, que es lo más frecuente, al cabo de un mes ya se puede saber si ese paciente está en remisión o no a través dela imagen de un PET-TAC.

"Transcurrido un mes le haces un PET-TAC al paciente y ha volado el linfoma. Ha volado. Literalmente. Es espectacular", incide la doctora, que asegura que "es un momento emocionante para los que nos dedicamos a esto y creo que también debería serlo para los ciudadanos porque nadie sabe quién va a ser paciente algún día".

Una probabilidad de supervivencia del 60%

La doctora Herrera indica que, en terminos generales, la mayor cantidad de pacientes de Hematología llegan por linfomas. La primera indicación para usar las CAR-T era para personas con linfoma difuso de células grandes con dos recaídas previas, que tienen una probabilidad de supervivencia inferior al 10% con quimioterapia.

Es un momento emocionante para los que nos dedicamos a esto y también debería serlo para los ciudadanos"

Con CAR-T, esa probabilidad de supervivencia sube al 60%. "Los resultados son muy buenos, pero hay un 40% que no lo consigue y ahí está la investigación", asevera. "No hemos llegado a mejores resultados con lo que tenemos y por eso hay que seguir investigando para variar el constructo del CAR-T" porque "el ADN que le ponemos puede funcionar mejor".

En la actualidad, los estudios van encaminados en dos sentidos. Por una parte, "hacer CAR-T biológicamente mejores para que ningún paciente recaiga, ya que algunos recaen, y para que no sean tóxicos, que lo son". La otra línea está centrada en utilizar esa misma tecnología en otras muchas enfermedades.

Respecto a esa toxicidad, la especialista explica que se trata del Síndrome de Liberación de Citoquinas, que no existía hasta la invención de las CAR-T. Las citoquinas son sustancias que segregan los linfocitos para matar a las células tumorales. Cuando se liberan en gran cantidad, además de acabar con el tumor, pueden producir toxicidad. Hoy en día, ya hay tratamiento para este síndrome.

Origen de las células CAR-T

Los primeros pacientes se trataron en ensayos clínicos con CAR-T en EEUU en los años 2010 y 2011. Es decir, solo 15 años, un tiempo muy corto cuando se habla de nuevos medicamentos. Esto ha sido así porque "como los resultados fueron tan brutalmente buenos, las agencias reguladoras, la FDA en Estados Unidos y la EMA en Europa, les han dado aprobaciones súper rápidas", explica la jefa de Hematología.

Instrumental y aparataje de laboratorio.
Instrumental y aparataje de laboratorio. / Luis Navarro

Esta rapidez se debe a que, aunque no estuviera completamente terminado el desarrollo de los ensayos clínicos porque estaban en fase 2 y hay que llegar a la 3, "con esos resultados tan buenos, éticamente había que autorizarlos para salvar vidas", apunta.

En 2010 se trató en EEUU a la primera paciente con CAR-T, una niña de siete años, Emily Whitehead, con una leucemia aguda linfoblástica para la que no había tratamiento, estaba ya para paliativos. "Empezaron, como siempre, a tratar los pacientes que están ya desahuciados", apunta la doctora. Esa niña ahora es una joven que está completamente curada y tiene una página web y una fundación para dar a conocer su historia y este tratamiento.

La autorización de comercialización se produjo en Estados Unidos en 2017 y en Europa en 2018.

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