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Arqueología
Medina Azahara es uno de los focos de estudio más importantes en cuanto al periodo islámico en España y prueba de ello es el interés que muestran los expertos nacionales e internacionales en la ciudad palatina de Abderramán III. Con el objetivo de ofrecer una visión completa de los trabajos de investigación que se vienen realizando en los últimos años, el conjunto arqueológico ha organizado unas jornadas en las que se están desgranando aspectos inéditos hasta la fecha de la vida de la ciudad, especialmente sobre su urbanismo, su arquitectura y la alimentación de sus habitantes.
Una de las novedades que han salido a la luz en este encuentro de arqueólogos, historiadores y conservadores, entre otros especialistas, gira en torno a la Plaza de Armas, un recinto que estaba ubicado delante del Gran Pórtico en el que las campañas de investigación comenzaron en 2017.
Los últimos estudios reflejan que este gran recinto se construyó en una terraza artificial, para lo que los omeyas tuvieron que mover una cantidad ingente de material. Y es que Medina Azahara se alzó en las faldas de la Sierra de Córdoba, por lo que el terreno es irregular y con muchas zonas de pendiente, como donde se construyó esta plaza.
Felix Arnold, investigador del Instituto Arqueológico Alemán, explica que en el caso de la Plaza de Armas, se trata de una superficie de 15.000 metros cuadrados y ese desnivel o escalón es de diez metros de altura. Es decir, el volumen de materiales que tuvieron que mover para aplanar el terreno es descomunal.
Este hallazgo se enmarca dentro del Proyecto General de Investigación que el conjunto arqueológico mantiene con el Instituto Arqueológico Alemán y que se ha desarrollado en varias fases. La última se ha centrado en una investigación geofísica con georradar para estudiar la composicion de la terraza sobre la que se asentaba la Plaza de Armas.
"En este caso, lo interesante es que toda la terraza es una construcción artificial, por lo que fue un gran proyecto de transformación del paisaje", destaca Arnold.
El investigador añade que, "en un lado, el terreno que aparece es natural, mientras que la otra está creada por un relleno artificial con un movimiento de tierra muy fuerte", unos trabajos para lo que tuvieron que contar con "mucha gente y animales que transportaran el material".
Por su parte, el director del conjunto arqueológico, Antonio Vallejo, ha recordado que la investigación en esta zona de Medina Azahara con el Instituto Arqueológico Alemán "ha dado unos resultados realmente espléndidos". Según ha indicado, las últimas campañas se han centrado en la delimitación de los ángulos de la plaza y en su "paleotopía, es decir, qué había ahí de manera previa a que se conformara como plaza para evaluar el esfuerzo titánico que hizo el Califato de terraplenar ese inmenso espacio con pendiente".
Para allanar ese terreno pusieron distintos niveles de materiales: "No son escombros procedentes de otras zonas del yacimiento, sino material limpio a base de picadura de montaña con alguna intrusión de restos de materiales de construcción", aclara Vallejo.
La investigación ha descubierto que están sacados de la Sierra y, "seguramente, de otras partes del yacimiento en las que necesitaban excavar para situar las edificaciones y con esa tierra que sacaban de ahí terraplenaban la plaza". Es decir, que "hay un proceso de transferencia de material de un lado a otro de Medina Azahara".
En este proyecto también se ha descubierto la puerta que da acceso a la Plaza de Armas -similar al Gran Pórtico y que se situaría enfrente de este-, que constituye la entrada desde la parte oriental. El director del conjunto arqueológico resalta que "también era una puerta monumental y, por tanto, nos da idea del interés del propio Califato en mostrar unas fachadas realmente monumentales a todos los visitantes ilustres que venían a Medina Azahara para ser recibidos por el califa".
La Plaza de Armas era la entrada simbólica y ceremonial al sector más cualificado del Alcázar de Medina Azahara, donde se encontraban los servicios centrales y administración del Estado. Por ejemplo, por ella entraban las embajadas que llegaban a Medina Azahara para ser recibidas finalmente en el Salón Rico y también se utilizaba para hacer paradas militares.
Las jornadas científicas, tituladas Investigaciones recientes sobre Madinat al-Zahra. Homenaje a Salvador Escobar Montero y que han sido inauguradas por la viceconsejera de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Macarena O'Neill, también han abordado el edificio basilical superior y las técnicas que se están utilizando para su análisis arqueológico, el proyecto de digitalización y documentación en 3D de bienes muebles del conjunto arqueológico o las nuevas herramientas para su conocimiento, que "fundamentalmente son las prospecciones geofísicas, que nos están dando una imagen del subsuelo inédita, desconocida y que nos cambia la percepción que teníamos de Medina Azahara en la parte no excavada, donde vivía la población", concluye Vallejo.
Las jornadas tendrán como broche final la realización de un homenaje a Salvador Escobar, figura unánimemente reconocida como fundamental en el proceso de recuperación de los edificios palatinos del alcázar de Medina Azahara y, en especial, del Salón Rico.
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