El Carnaval en Córdoba no acaba con el entierro de la sardina, tal y como se celebra en gran parte del país. En Córdoba, es la quema del dios Momo en la plaza de la Corredera el acto que pone el broche de oro a la fiesta de Don Carnal, que se ha celebrado durante las últimas semanas. Pero antes de que el fuego acabase con el color, las risas, los disfraces y el buen rollo de esta fiesta, Córdoba se rindió a los placeres carnavalescos en el tradicional desfile de despedida que partió a mediodía desde el Paseo de la Victoria.

Centenares de personas participaron en esta despedida del carnaval, a la que acudieron con disfraces de los más variopinto. Desde los clásicos payasos, hasta los de dibujos animados, superhéroes, brujas, magos, una monja con hábito negro embarazada... Un sinfín de posibilidades de mostrar otro lado personal al descubierto para quien se disfraza y que puso de manifiesto que en Córdoba también se vive el Carnaval y de qué manera, puesto que las calles de la zona Centro de la capital estuvieron abarrotadas al paso de los participantes del desfile, integrado por una treintena de grupos, cuatro carrozas y un tren. Entre todos estos grupos, dos procedentes de la provincia de Badajoz. Uno de ellos es el grupo Moracanta, que participó por tercera vez en esta cabalgata de música, risas y colorido, y que deslumbró a buena parte del público con su espectacular puesta en escena, centrada este año, en el mundo de los superhéroes. También desde Badajoz, en este caso desde la ciudad de Mérida, participó el grupo Los danzarines emeritenses, que este año se decantó por presentarse en Córdoba bajo el lema Summer time -tiempo de verano- y representar "las distintas etapas del estío desde los años 80 hasta la actualidad", según expuso Marina Barroso, una de las componentes de esta formación, integrada por 119 personas. "Somos una familia y nos gusta mucho venir a Córdoba", apuntó antes de entregarse a la fiesta del desfile y sus cuidadas coreografías.

Y también entre todos ellos los componentes de la chirigota Con la Iglesia habéis topado, que este año se ha alzado con el primer premio, dentro de su modalidad, del Concurso de Agrupaciones Carnavales. San Gregorio, San Cucufato, San Fermín, San Pancracio o la Virgen de la Milagrosa, incluso San Jacobo, son algunas de sus santidades que forman parte de esta formación pozoalbense que nació hace siete años. Sergio es uno de sus integrantes y ayer reconoció estar "en una nube por haber ganado" con las letras de Francisco Javier Vargas, a la postre, el alter ego de San Valentín.

"Hay más gente que otros años y la cabalgata es más extensa", apuntó a decir el portavoz de la Asociación Carnavalesca Cordobesa, José Polonio, quien tampoco faltó a la cita con su formación, El modernito del 13. Disfrazados como trovadores del siglo XIII, pero con concesiones a la actualidad, Polonio destacó la importancia de la fiesta del Carnaval, de la que reconoció es difícil encontrar las palabras exactas para poder definirla. Aún así, se atrevió y dijo que el Carnaval "somos cultura, somos música y somos poesía y todo empezó como una crítica". También aludió a la calidad de los disfraces y aseguró que ha ido mejorando en los últimos años. Prueba de ello fueron las prendas que se vieron ayer en el desfile entre algunos de los asistentes, en el que por primera vez participaron alumnos de la Escuela de Arte y Oficios Dionisio Ortiz, que aportaron a la comitiva sus creaciones artísticas.

El desfile se prolongó hasta primera hora de la tarde en la plaza de la Corredera, donde se celebró la tradicional quema del dios Momo, con la que el Carnaval se despidió de Córdoba y dio la bienvenida, de manera oficial, a Doña Cuaresma, que viene pegando fuerte.