La Gloria de San Agustín

Feliz Año

Alumbrado navideño en Ronda de Tejares.

Alumbrado navideño en Ronda de Tejares. / Juan Ayala

Me porté y nos portamos como es debido en Nochebuena, que llegué intacto a la cena, como es debido, y lo mismo hicieron Cayetano y mi cuñado, que se juntó con nosotros ese día. Y vaya día bueno que pasamos, pero tela marinera, y sin tener que salir del barrio, que aquí tenemos de todo y hasta algo más.

Después de la que cayó la semana anterior nadie se podría haber imaginado la Navidad que estamos teniendo, que más parece primavera que invierno, que yo no sé la temperatura que hizo el 24 y el 25 pero que daban ganas de ponerse en manga corta, una cosa. Con decir que el día de Nochebuena estuvimos en la azotea de Andrés, un vecino de la calle Zarco que tiene una casa la mar de bonita, normal con todo el tiempo le dedica, que yo no sé la de horas para tenerla siempre recién pintada, las flores puestas en su sitio y todas las cosas como está mandado.

Pues empezamos a eso de la una en las Beatillas, que nos fuimos juntando los amigos poco a poco, sin querer la cosa, que nos conocemos ya muy bien y sabemos cómo respiramos y no tenemos ni que ponernos una cita. Pues estando en esas, y después de decir todos que vaya día hacía, que si la temperatura, que si quítate el abrigo, Andrés dijo lo de irnos a la azotea de su casa, y dicho y hecho, que no tuvo que insistir mucho, que en menos de cinco minutos teníamos el plan montado, como el que no quiere la cosa.

Pues allí estuvimos la mar de a gusto, pero tela de bien, que si llegamos a tener la luz de junio yo no sé hasta cuál hora habríamos estado aguantando, que lo mismo no llegamos a la cena y me tengo que comer todas mis promesas, pero por suerte no pasó, y tengo que decir que eso, que sea invierno, me ayudó, y a las seis ya estábamos de retirada, con el paso firme, andando rectos, todo en su sitio, como debe ser. Cenamos pavo, como está mandado, porque desde que recuerdo en mi casa cenamos pavo, que yo no sé la de comidas que saca mi hermana de uno, pero tela, y anda que no está bueno.

Un poquito de consomé al principio, calentito, que anda que no sienta bien, y luego el rollo, que le sale exactamente igual que a mi madre, vaya cosa más rica. Y luego después de cenar vino Soraya y estuvimos un rato de charla, de cartas y de cantar villancicos, que casi nos da la madrugada. En fin, que lo pasamos bien, claro que sí, eso es lo importante, y que seguimos estando, y lo que nos queda. Y a por otro año, que será mejor.

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