Muestra en el Patio de los Naranjos

'En ese pondré mis ojos, en el humilde', la exposición de Álvaro Tejero sobre la misión diocesana en Picota

Imágenes de la exposición 'En ese pondré mis ojos, en el humilde', de Álvaro Tejero.

Imágenes de la exposición 'En ese pondré mis ojos, en el humilde', de Álvaro Tejero. / El Día

“En ese pondré mis ojos, en el humilde (Is, 66,2)”. Esta cita bíblica da título a la exposición de fotografías de Álvaro Tejero Maján, fotógrafo de la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación de Córdoba que se puede contemplar en el Patio de los Naranjos de la Santa Iglesia Catedral.

La muestra tiene carácter itinerante para las parroquias cordobesas que lo soliciten. Se trata de una mirada a la misión diocesana de Picota en la selva amazónica de Perú recogida en 73 fotografías, fruto de dos viajes de su autor. El primero de ellos acompañando al obispo de Córdoba en su visita pastoral en enero de este año y el segundo viaje entre julio y agosto pasado

La exposición trata de reflejar de una manera muy real y muy directa la labor misionera de los dos sacerdotes y los misioneros que realizan su labor pastoral en Picota, como ha explicado Álvaro Tejero. En la muestran se podrá ver una fotografía “muy documental” que refleja la realidad de una manera a la que no estamos acostumbrados. Las redes sociales ofrecen grandes paisajes y gente guapa pero “eso no se ve allí”. Sin embargo las setenta y tres fotografías “muestran de una manera directa lo que se vive en la misión”.

Estamos ante una exposición de fotos documentales, como ha destacado Álvaro, por dos razones; la primera porque “Picota es un sitio al que hay que ir”, no está de paso hacia Lima, ni hacia Cuzco, ni hacia ningún sitio turístico. Las personas que nacen allí, crecen, viven, trabajan y mueren allí. Además, son fotografías documentales porque tienes que acompañar a los misioneros. No es necesario un conocimiento muy amplio desde el punto de vista técnico, que también, de la fotografía, pero son fotos que tienes que estar siempre con la cámara para captar momentos que son muy espontáneos, que no son muy originales pero que desprenden una bondad y una nobleza propias del mismo Evangelio en la propia realidad, Dios se hace presente”, ha resaltado el fotógrafo.

La muestra está dividida en cuatros bloques: misioneros, sacramentos, comunidad y pobres, los cuales han sido propuestos por Nicolás y Antonio Javier, los sacerdotes diocesanos instalados en Picota, basados en encíclicas y exhortaciones de los últimos cuatro Papa de nuestra Iglesia.

Como ha reconocido Álvaro, su labor ha sido más “costosa” porque ha sido el que ha tenido que seleccionar las setenta y tres fotografías, que aun siendo un buen número, ha supuesto dejar fuera otras “que hubieran merecido la pena”. Pero el fotógrafo ha reconocido que lo realmente complicado de la exposición ha sido “titular cada foto” ya que cada imagen lleva una frase exacta del Antiguo o del Nuevo Testamento.

El fotógrafo Álvaro Tejero y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. El fotógrafo Álvaro Tejero y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

El fotógrafo Álvaro Tejero y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. / El Día

El fotógrafo ya tenía claros algunos títulos desde el principio, en cambio otros le ha costado más y se ha valido de la inteligencia artificial, tan de moda en este momento, pero que “se pierde un poco en el Evangelio y el Antiguo Testamento”, por lo que ha tenido que hacer una “labor mini-teológica”.

Álvaro Tejero ha viajado este año en dos ocasiones a Perú, la primera acompañando al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en su visita pastoral a Picota, y la segunda en sus vacaciones de verano, en las que ha coincidido con un grupo de seminaristas de la Diócesis de Córdoba.

El fotógrafo está acostumbrado a hacer viajes por Europa y ha destacado que en los mismos, salvo por el idioma, las diferencias culturales son mínimas. Sin embargo, en Perú es distinto y reconoce que le ha llamado mucho la atención el coche cultural.

En una zona sin globalización y en la que la pobreza, aun no siendo tan extrema como por ejemplo en África o India, sientes que “tus comodidades desaparecen”. Álvaro explica que la gente allí es “humilde, acogedora y con una gran capacidad de servicio” él ha detectado que tienen “hambre de Dios y muestran un profundo respeto por los sacerdotes” y vives “de una manera muy real” la misma Biblia. Muchas veces “lo material nos aleja de una experiencia de Dios” aunque los bienes materiales “nos protejan”.

Sin duda a Álvaro sus viajes a Picota le han cambiado la vida y con estas setenta y tres fotografías espera transmitir al espectador su vivencia. Él asegura que “ha sido un privilegio vivir esta experiencia”, de la que da gracias a Dios y al que le pide poder regresar porque como dice Jesús “donde está tu tesoro está tu corazón” y sin duda una parte del corazón de Álvaro Tejero se ha quedado allí.

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