Cultura

Cosmopoética 2023: Artefactos de denuncia contra el feminicidio y por el consentimiento

Un momento de la conversación de Dolores Reyes y Rosario Villajos en Cosmopoética.

Un momento de la conversación de Dolores Reyes y Rosario Villajos en Cosmopoética. / Miguel Ángel Salas

Rosario Villajos (Córdoba, 1978) ha impactado en el panorama literario nacional a sus 45 años con su tercer libro publicado, La Educación Física (Seix Barral), logrando el Premio Biblioteca Breve en 2023. El impacto de Dolores Reyes (Buenos Aires, 1978) con su primera novela, Cometierra (Sigilo), sacudió la escena internacional años antes, amplificado más aún por las recomendaciones que hicieron el New York Times y la presentadora estadounidense Oprah Winfrey. Con estos dos talentos literarios como protagonistas, y el feminismo como conexión en sus dos obras, se presentaba el cartel de Cosmopoética, este lunes, en la Sala Orive.

La cordobesa no participaba por primera vez en Cosmopoética: ya lo hizo en 2010 con el encargo de facturar un disco de música versionando la poesía de autores como Antonio Machado, Miguel Hernández o Antonio Gala. Al poeta cordobés lo ha recordado "majísimo" siempre que trató con él y le ha dedicado un verso a su altura: "Creo que el mundo es menos elegante desde que se fue". 

Su relación con la música se fue abandonando, "pero con la poesía no", ha reconocido Villajos. "Cuando hacía música había momentos en los que no tenía para pagar el alquiler. No quiero volver a eso jamás". La vigente ganadora del Premio Biblioteca Breve (dotado con 30.000 euros) trabaja en la creación de un software para la recepción de manuscritos científicos y escribe en su tiempo libre. "Me aterra y ya con 45 años no se me pasaría por la cabeza abandonar mi trabajo de oficina, aunque sea algo muy grande", ha respondido a la pregunta de si intentaría vivir de la literatura.

"A mí, mi trabajo no me representa, y que no tenga nada que ver con la literatura hace que mi mente esté limpia. No cederle ni un gramo de mi creatividad a un trabajo me parece estupendo porque esa creatividad se queda para mí", ha profundizado Rosario Villajos al respecto, concluyendo que, después de un año de promoción ilusionante y agotador, "leo para despejarme y escribo para sentirme mejor, publicar ya me da igual". 

Para Dolores Reyes, la creación literaria es mucho más disciplinada: como madre de siete hijos se despertaba de madrugada para escribir su primera novela, antes de levantarlos para que fueran al colegio. "Ahora ya son un poco más grandes y entienden que es un trabajo y no necesito aislarme de ellos para escribir en una habitación", ha afirmado la argentina, aunque el tiempo de promoción es otro: "Es dura, aunque también es tiempo muy adrenalínico y hermoso porque conoces lugares maravillosos. Sería muy hipócrita haciéndome la víctima".

Artefactos de denuncia

La Educación Física "trata de la adolescencia, del consentimiento y del hecho de haber nacido mujer: si eres una chica y te has criado en los 90 se te presenta un panorama deplorable", ha explicado Villajos. La historia comienza con la protagonista haciendo autostop para llegar a su casa a tiempo reproduciendo una escena parecida del Caso Alcasser, que invadió las casas españolas en aquella época y salpicó con sentimiento de culpabilidad y miedo a la generación de adolescentes de aquella época, ha asegurado la escritora, para la que "hay anécdotas y miedos reales escupidos en este libro".

Cometierra aborda el tema del feminicidio y la violencia en Argentina, inspirado en las madres que tuvieron que unirse para buscar a sus hijos e hijas en la tierra -y no es un recurso literario- durante la segunda mitad del siglo XX y la época más dura de la dictadura de Videla. "Sigue habiendo esas asociaciones de madres", ha asegurado Reyes.

Continuando el hilo de la primera novela, Miseria (Alfaguara), publicada en 2023, también es una artefacto de denuncia. "Está escrita desde la impotencia que me daba, después de las redes de mujeres que se tejieron en mi país, llegó la pandemia, nos encerraron y las cifras de feminicidio crecieron. Habíamos avanzado en un montón de luchas y, de repente, empeoramos. Escribí conmovida con una mezcla de tristeza y de bronca", ha comentado.

Repensar la concepción que tenemos del trabajo, la explotación laboral o los problemas para comprarse una vivienda, son otros temas sociales que ocupan la cabeza de Rosario Villajos porque se siente identificada en ellos, y escribir de ellos es el mecanismo para reflexionar y lograr entenderse a sí misma y al mundo que la rodea, porque ella también sucumbe, confiesa: "Nos meten en la cabeza que tenemos que ser exitosos si al final esto no sirve para nada". "Me apetecería escribir algo con lo que nadie se sintiera identificado y simplemente por el hecho de pasarlo bien, pero no me sale, al final siempre acabo en algún jardín", ha sentenciado.

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