El Centro Operativo del Infoca en Córdoba: Medios aéreos y terrestres y 400 profesionales para combatir los incendios
Medio ambiente
La coordinación con el 112 y una vigilancia continua durante 24 horas son fundamentales para actuar con celeridad ante cualquier emergencia que surja en la provincia
El Centro Operativo Provincial de Infoca en Los Villares, en imágenes
El Centro de Control Operativo Provincial (COP) del Infoca en Los Villares es la cabeza pensante para toda la provincia de Córdoba en la lucha contra el fuego. Este es uno de los ocho que hay repartidos por Andalucía, uno en cada una de las provincias, si bien en Sevilla acoge también el Centro Operativo Regional, que coordina a nivel autonómico. "Aquí en el centro de Córdoba hay casi 400 personas de todas las categorías, desde conductores, bomberos, encargados... Desde aquí se gestiona y se organiza el tratamiento de una emergencia en cualquier parte de la provincia, como sucedió en el caso del reciente incendio en La Albaida", declara el subdirector del COP de Los Villares, Carlos Revilla.
Al mínimo aviso de cualquier ciudadano al 112 por avistamiento de humo, por pequeño que sea, la alerta salta automáticamente en el centro telemático de control de Los Villares. Con todas las características y las informaciones facilitadas por el servicio de emergencia, el siguiente paso es geolocalizar el fuego. "Con el 112 tenemos una comunicación directa y en el momento que hay alguna llamada relacionada con humo, nos lo trasmiten. Además, nuestras torres de vigilancia, que tenemos en la provincia más de una veintena, están oteando el horizonte continuamente y, cuando ven una columna humo, nos lo comunican también. Nos describen el color, la dirección y el tipo de humo que están viendo. Y en función de lo que valoramos desde aquí, vamos enviando distintos medios: un helicóptero, un camión, un retén de bomberos... lo que haga falta", describe Revilla.
De la coordinación del primer momento de la emergencia, se pasa al siguiente nivel de alerta, que se da cuando el incendio empieza a coger envergadura y es necesario movilizar a los medios presentes en el Centro Operativo: "Cuando ya la situación se pone un poco más fea, nos desplazamos nosotros desde aquí. Tenemos una unidad móvil, un vehículo con todas las comunicaciones, transmisiones e información meteorológica, y con él establecemos un primer puesto de mando móvil sobre el terreno".
En el caso de que la actuación se alargue en el tiempo, lógicamente se deben establecer unos turnos de trabajo, para lo que la coordinación, la jerarquización y la organización son fundamentales. El máximo de horas trabajadas en primera línea de un incendio forestal no debe sobrepasar las diez, por lo que a partir de ahí se van haciendo relevos, algo que se gestiona desde el puesto de mando. Al igual que la retirada paulatina de los medios cuando va siendo necesario, todo gestionado bajo una coordinación absoluta.
Cinco medios aéreos en la provincia
Del 1 de junio al 15 de octubre, el nivel de alerta es máximo en el COP de Los Villares, por lo que durante las 24 horas del día existen turnos de guardia (aunque la mayoría de avisos se suelen dar por la tarde). Incluso desde sus propios domicilios, todos los trabajadores del centro realizan lo que denominan guardias no presenciales, es decir que deben estar preparados para salir en el menor tiempo posible, a cualquier hora del día, si se diera la voz de alarma.
Los medios que el COP tiene operativos y listos para actuar en toda la provincia son dos camiones cisterna, una retroexcavadora y la unidad móvil ya mencionada. Junto a estos hay que contar con cinco medios aéreos repartidos por la provincia, dos aviones de carga en tierra en el aeropuerto de Córdoba, un helicóptero en Adamuz, otro en Villaviciosa de Córdoba y otro en el centro de almacenamiento de residuos nucleares de El Cabril, en Hornachuelos. Si fuera necesario, a ellos se les pueden sumar otros apoyos provenientes de cualquiera de las provincias andaluzas.
"Estos cinco medios áreos, en principio, acometen la extinción en un primer ataque en la provincia, pero tenemos hasta 36 aeronaves en toda Andalucía. Nuestro operativo es el más potente de España, no solamente en medios, sino también en experiencia y profesionalidad, no en vano la andaluza es la segunda brigada más antigua de España. El modelo de Infoca Andalucía está siendo replicado en las demás comunidades autónomas porque es un operativo muy profesional, bastante potente y que funciona bien", detalla Revilla.
"Los incendios forestales no se apagan con agua"
Al contrario de lo que se podría pensar, el agua no es el mayor aliado en la lucha contra el fuego en los montes. La principal herramienta en la extinción de las llamas son los medios terrestres, bomberos forestales equipados con azadas, motosierras y maquinaria pesada, que son los encargados de reducir el combustible que el fuego puede ir encontrando a su paso (maleza, arbustos y demás vegetación). "Los incendios no se apagan sólo con agua. Los medios aéreos lo que hacen es darnos una oportunidad, bajando la intensidad de las llamas para que los medios terrestres puedan trabajar. Lo que hacemos es eliminar todo lo que pueda ser combustible para el fuego en todo el perímetro alrededor del mismo, para que cuando avance y llegue a ese cortafuegos no tenga nada que quemar", insiste Revilla.
"Los incendios se apagan desde la cola a la cabeza. La cola es el origen desde donde empieza a avanzar, y la cabeza es el frente de avance. Pues empezamos a cerrar desde la cola y vamos avanzando, ya que en el frente de avance hay tal voracidad y energía que es imposible actuar ahí. Pero si lo vas cerrando desde la cola y por los flancos, lo vas ahogando y, al final, llega un momento en el cual se corta el avance. Es organización, estrategia y conocimiento del medio y del funcionamiento del fuego", señala Revilla.
La organización y la jerarquía son dos conceptos claves a la hora de atacar las llamas, dado que la fuerza sin organización no sirve de nada en este tipo de situaciones. Desde el Infoca lo que utilizan es el denominado sistema de manejo de la Agencia de Incendios Forestales, que aporta una estructura de mando jerárquica, similar a la del ejército, en la que se define la función de cada persona presente en el operativo.
Los investigadores del fuego
Antonio González es el coordinador de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales de la provincia de Córdoba. Ellos son los agentes de medioambiente que se encargan de investigar las causas y las motivaciones de este tipo de hechos. Son dependientes de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, pero cuando están bajo labores de investigación responden ante la Consejería de Presidencia.
Bajo el mando de González hay actualmente diez agentes en toda la provincia. "No Somos funcionarios al uso, ni agentes del Infoca como muchas veces se dice. Somos agentes encargados de las indagaciones y averiguaciones sobre el origen de incendios forestales", remarca González. Este cuerpo está catalogado como Policía Judicial Genérica, lo que le otorga la potestad exclusiva para manipular pruebas, además de tener la autoridad de elaborar un informe que posteriormente es entregado a la autoridad judicial y que se une a las pesquisas de otros estamentos como puede ser la Guardia Civil.
"Lo que nosotros tratamos de resolver son cinco dudas: ¿dónde empezó el incendio? ¿Cómo empezó? ¿Cuándo? ¿Quién lo originó? ¿Y por qué? Si somos capaces de responder a esas preguntas, entonces digamos que la investigación nos cuadra perfectamente. De esa forma, sí podemos determinar la causa y la motivación del incendio. Nuestra condición debe ser la de alerta permanente, para que en el momento del origen de la emergencia podamos desplazarnos hasta el lugar", explica González.
Interpretar las llamas y leer las cenizas
La labor de esta brigada consiste en "rebobinar" sobre el terreno hasta el inicio del fuego para encontrar su causa, para lo que usan el denominado método de la evidencia física. "Es un método ideado por los servicios forestales de Estados Unidos y es el que está implantado a nivel internacional. A través de él vamos buscando indicadores de paso del fuego, pero hay que saber interpretarlo para leer esas cenizas. Para que se entienda, somos el CSI del fuego", especifica González. Esta misión, junto con la de prevención, hacen que el trabajo de todos estos agentes sea impagable y tan necesario como el de los propios bomberos forestales.
"Otra de las grandes situaciones que nos preocupan es el abandono del medio rural, que está haciendo que terrenos antes controlados por el hombre acaben siendo auténticas selvas llenas de combustible para el fuego", afirma Antonio Cost, el agente de medioambiente e investigador más veterano de la provincia (desde 1986) y en el que se encarna toda la experiencia y el conocimiento del medio rural, que cada día pone al servicio de toda la ciudadanía en la lucha contra el fuego. Otro problema real para la brigada de investigación es el relevo generacional, ya que "entramos muchos agentes de la generación del baby boom, que ahora nos toca jubilarnos, pero no encontramos relevo. En la última oferta de empleo se cubrieron 20 plazas, pero este año se jubilan 60 compañeros", lamenta.
A la espera del "gran incendio"
Este cuerpo divide la provincia en tres áreas: Norte, Centro y Sur. A lo largo de todo el año pasado se registraron en ellas 102 incendios forestales, mientras que en lo que llevamos de 2025 se han abierto 92 partes, según informa González, quien también avisa de que "superaremos al 2024 y todavía está por llegar el gran incendio (catalogado así por su gran poder devastador). No sabemos cuándo, pero es muy posible que se acabe produciendo debido, en parte, a los efectos del cambio climático", sentencia el agente.
Las causas que provocan los incendios forestales pueden estar relacionadas con descuidos o negligencias. "En el norte de la provincia se dan muchas incidencias relacionadas con cosechadoras, sobre las que existe un vacío legal y una falta de legislación preocupante", denuncia Cost, quien también pone a las carreteras como "un gran foco de incendios por las chispas que pueden soltar todo tipo de vehículos. Esto, unido a las malas costumbres, como tirar las colillas, dejar cristales en el monte o la quema de rastrojos y demás desperdicios en parcelas privadas conforman los principales orígenes de estas catástrofes, junto con los fallos en tendidos eléctricos".
Para evitar males mayores en terrenos privados, desde esta brigada recalcan la importancia de contar con planes de prevención privados, unidos a necesidad máxima de prudencia y sentido común en los ciudadanos, sobre todo, en esta época del año. Porque el verano, con las condiciones climáticas extremas que afectan a una provincia como Córdoba, es un elemento potenciador de los incendios forestales contra los que lucha el equipo humano y técnico del Infoca, que tiene en el Centro Operativo de Los Villares su corazón y cerebro.
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