Surcar una de las grandes avenida de la capital en hora punta comercial -entre las 11.00 y las 13.00 por la mañana y entre las 18.00 y las 20.00 por la tarde- se antoja una empresa muy complicada si se tiene en cuenta que el aparcamiento en doble fila forma parte del paisaje de la mayor parte de estos viarios. Junto a los estacionamientos legales -aquellos situados en las zonas habilitadas para tal efecto- se alinean una serie de vehículos con las luces de emergencia encendidas que suponen una especie de carrera de obstáculos para los que tratan de circular. Este aparcamiento hace que se pierda un carril de tráfico y, por tanto, que una vía que está considerada como fluida se convierta en un lento callejón por el que es difícil avanzar cuando se tiene un volante entre las manos.

Esta circunstancia hace que los conductores tilden de "embudo" avenidas de una presumible solvencia circulatoria, como son los casos de las del Gran Capitán, que suele contar con vehículos aparcados en doble fila a ambos lados, o las de Barcelona y Gran Vía Parque, que pierden un carril en cada sentido de la marcha como consecuencia de este tipo de estacionamiento. La avenida de Barcelona es una de las que padece el problema con mayor gravedad. Ello hace que se puedan llegar a invertir hasta diez minutos en cruzar un viario de apenas 400 metros de longitud total. La avenida Escultor Fernández Márquez, situada entre los barrios de Santa Rosa y la Asomadilla, también cuenta con abundantes dobles filas de coches en las franjas horarias más comerciales, lo que ralentiza la marcha de los vehículos.

Éstas son las estampas que pretende borrar la Policía Local. Lo hará a base de multas, según informó ayer el concejal de Seguridad y Movilidad, José Joaquín Cuadra, quien en su etapa como presidente de la Asociación Provincial de Autónomos de Taxi y Radiotaxi ya denunció por activa y por pasiva los perjuicios que ocasionan las dobles filas de vehículos a la fluidez circulatoria. El concejal pretende erradicar este problema al menos en las zonas más comerciales empujando a los conductores a dejar el coche y tomar el transporte público.