Perros y gatos sin identificar y sin historia: la realidad del abandono animal en Córdoba
Medio ambiente
El Servicio de Bienestar Animal acoge una media de 350 animales, que pasan revisiones veterinarias y son alimentados, y a los que se pasea y proporciona juego para su comodidad
Sadeco recogió de la calle a casi un millar de perros y a más de 540 gatos durante el 2024 en Córdoba
Cada verano, las cifras de abandono animal vuelven a dispararse en Córdoba. Las vacaciones, los cambios de rutina o, simplemente, el desinterés empujan a muchas personas a abandonar a sus mascotas, como si fueran un objeto más que ya no encaja en sus planes. Lo que para unos supone una mera decisión, para los animales significa perder su hogar, sus referencias, y en muchos casos, el inicio de una vida en la calle.
Esta escena la viven con frecuencia en el Servicio de Bienestar Animal (SBA) de Córdoba: perros abandonados, gatos recogidos de colonias callejeras, animales sin chip ni vacunas... En definitiva, sin historia y, muchas veces, sin futuro. O no, porque en medio de esa realidad, muchas personas se comprometen con el centro para cambiar el destino de estos animales.
Un centro desbordado con cifras aplastantes
“Tenemos una media de 350 animales, aunque puede variar. Suelen ser aproximadamente 200 perros y 100 o 150 gatos, pero también hay cabras y ovejas”, explica Elena Jiménez, veterinaria y una de las responsables del SBA. A pesar de este esfuerzo constante, los recursos son limitados. El mayor problema es que muchos animales llegan sin identificación. “Antes solo un 60% llegaban sin chip, pero ahora el 93% de los animales que recogemos no están identificados”, denuncia.
En el año 2024 se recogieron más de 900 perros y cerca de 550 gatos, cifras alarmantes que preocupan a todos los ciudadanos. Pero más que preocupar, esta cifra refleja la gran desinformación que existe sobre la tendencia responsable. “La ley obliga a identificar con chip, vacunar contra la rabia, desparasitar… pero la mayoría no lo hace. Y cuando el animal llega sin identificación, es muy difícil determinar su origen”, afirma Isabel Albás, presidenta de Sadeco.
Pero el SBA no solo recoge animales, también educa. En el centro cuentan con un salón educativo donde se imparten charlas a colegios, asociaciones o, simplemente, a personas interesadas en la adopción. Además, al adoptar a alguna de las mascotas se debe rellenar un cuestionario de 75 preguntas que obliga a reflexionar sobre situaciones futuras que pueden aparecer, con obligación de firma para fomentar la idea de que un animal no es un mero juguete.
Voluntarios entregados en cuerpo y alma
Pero el Servicio de Bienestar Animal de Sadeco cuenta también con un grupo de voluntarios que ayudan a socializar a los animales, les dan paseos, juegan con ellos y colaboran estrechamente con el equipo del centro para detectar cambios de comportamiento, necesidades especiales o signos de mejora en aquellos que han sufrido maltrato o abandono. El tiempo que dedican, aunque a veces es limitado, tiene un enorme impacto en el bienestar animal, especialmente en los perros, que necesitan ejercicio, contacto y estimulación constante.
Los voluntarios son entre 60 y 80, hombres y mujeres de distintas edades y profesiones que dedican parte de su tiempo libre a mejorar la vida de los animales acogidos. Su labor es esencial para que los perros y gatos no solo estén bien alimentados o cuidados a nivel veterinario, sino también atendidos emocionalmente. “Te puedo asegurar que en otros sitios los perros no salen en su vida. Aquí, viendo los cálculos de las fechas, se les saca dos o tres veces”, comenta uno de los voluntarios con experiencia en centros de todo el país.
El testimonio de este voluntario es demoledor: “Todas las semanas recojo perros abandonados. Muchos me los dan sin documentación, como si fueran un mueble; y no sabes lo que ha pasado con ellos”. La nueva Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales (7/2023 de 28 de marzo) ha endurecido las obligaciones para los propietarios, pero también ha traído un efecto perverso: “Mucha gente abandona por miedo a multas. Antes también era obligatorio vacunar o poner chip, pero ahora, al ver sanciones más serias, se deshacen del animal”, explica Elena.
En vacaciones, no abandones
Aunque el abandono sigue siendo un problema, se reconoce una evolución positiva en el comportamiento de la ciudadanía. Cada vez son más las personas que se interesan por los cuidados que requiere un animal, que preguntan por tratamientos veterinarios, vacunación o desparasitación, y que buscan asesoramiento antes de adoptar.
Con el inicio del verano, el SBA ha puesto en marcha su nueva línea de acción y concienciación bajo el lema En vacaciones, no abandones. Charlas en colegios, contenidos audiovisuales, talleres y presencia en redes son los ejes de una estrategia intensa que busca prevenir el abandono masivo de animales durante las vacaciones.
Además, se han difundido alternativas reales como residencias caninas, campings que admiten mascotas, redes de acogida entre familias y hogares temporales. El objetivo: ofrecer soluciones antes de abandonar, reforzando el mensaje de que “una mascota es para siempre, no solo por vacaciones”.
A pesar de que la cifra de animales no identificados sigue siendo elevada, los profesionales constatan que una parte creciente de la población está empezando a ver la tenencia de una mascota no como un capricho, sino como un compromiso a largo plazo.
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