Adopción de animales

Mascotas en busca de una nueva vida

  • Las protectoras alertan de que muchos abandonos son regalos de Reyes

  • Los voluntarios ofrecen casas de acogida a los animales hasta que son adoptados

Un operario de Sadeco acaricia unos animales.

Un operario de Sadeco acaricia unos animales. / Jordi Vidal

Estas fechas son conocidas como una de las épocas del año en la que más animales domésticos llegan a los hogares, especialmente como regalo de Reyes para los pequeños de la casa. Y también es de sobra conocido el consiguiente abandono que muchas de estas mascotas sufren posteriormente, al no encajar con el estilo de vida de la familia o carecer de alguien que realmente se haga cargo de sus necesidades. Así que en verano, cuando llegan las vacaciones, suelen repetirse las estampas contrarias a las que se dan ahora mismo. El resultado es que, por unos motivos o por otros, los animales no sólo pierden su nueva familia sino que también pierden la oportunidad de tener un hogar.

Para combatir este problema social, existen varias protectoras de animales en la provincia de Córdoba como Galgos del Sur, el Arca de Noé o Dejan Huella –en Montilla– que colaboran con voluntarios y casas de acogida para garantizar un futuro feliz a las mascotas. Gracias a su trabajo, se consigue que los perros y gatos que sufren el abandono puedan optar a una segunda oportunidad, a la vez que reciben un cuidado merecido mientras llega esa persona adecuada que les dará un nuevo hogar.

La montillana Alicia Fernández es una de estas voluntarias que ofrece su hogar como casa de acogida. “Desde hace diez años colaboro acogiendo cachorros de biberón”, cuenta, pues los animales de menos edad “pueden llegar a coger enfermedades en los refugios”. Gracias a la labor de personas como ella, algunos perros que necesitan cuidados especiales tienen la oportunidad de ser atendidos mejor que estando en el grupo a pesar de no tener una nueva familia aún.

Según cuenta, los perros pueden tardar algunos meses en ser adoptados, pero también hay casos que se prolongan durante años. “Por ejemplo, no se sabe bien por qué, pero los perros adultos negros son los que más problemas tienen para salir en adopción”, dice. En su caso, tiene en adopción un bulldog, Mambo, que acogió a través de la Asociación Española de Bulldog Sin Hogar. “Le cogí mucho cariño y decidí que se quedara en casa”, recuerda.

'Mambo' pasea con Paula, su familia adoptiva de Montilla. 'Mambo' pasea con Paula, su familia adoptiva de Montilla.

'Mambo' pasea con Paula, su familia adoptiva de Montilla. / A. Fernández

La joven explica que para adoptar a través de la protectora hay que rellenar un cuestionario con la finalidad de saber qué animal tendría cubiertas sus necesidades; así, desde la asociación deciden además si la persona es apta para la adopción. Además, incluso después de la adopción, “el chip queda a nombre de la protectora hasta que se certifica que la familia cumple con los requisitos”, especialmente cuando la esterilización queda a cargo de la persona que adopta. “La esterilización es importante porque es una de las formas de combatir la sobrepoblación” y el abandono que ésta genera.

Otro caso similar es el de Inmaculada Soriano, que también ha colaborado como casa de acogida. Actualmente tiene tres perros que han sido adoptados a través de Dejan Huella, “y aún así es necesario que la protectora tenga un control sobre los animales”. El primero en llegar a casa fue un cachorro de dos meses “al que estábamos acogiendo y con el que nos encariñamos mucho”. Tras él, la siguiente adopción fue para una de sus familiares y, por último, uno que ha adoptado mi suegra. “Su caso es especial porque llevaba mucho tiempo en el refugio. Llegó allí porque lo iban a sacrificar”, relata Inmaculada. En su caso, asume que no puede volver a ser casa de acogida “porque al final les cogemos mucho cariño y siempre acabamos adoptando”.

Ambas son de Montilla y reconocen que “es una zona en la que se abandonan muchos perros, especialmente tras la época de caza”. En ese momento, abundan los abandonos de los perros de caza ya que dejan de ser útiles para los dueños. La presidenta de la protectora Galgos del Sur, Patricia Almansa, afirma de hecho que el 50% de los abandonos totales son casos de perros que han sido usados para cacerías. Aunque el verano se conoce como la época de mayor abandono, “en febrero surgen muchos avisos de perros encontrados en la calle, aunque preferimos tener que recogerlos a que aparezcan muertos”, afirma.

Esta protectora se especializa en galgos y podencos, porque “tienen una mayor dificultad para salir adoptados”. De hecho, Patricia añade que “la creencia general es que los galgos no se adaptan a los pisos, pero es al contrario porque son muy obedientes y calmados, no necesitan tanta actividad”. Para ellos, la mejor salida es el extranjero, y a través de protectoras de Alemania, Bélgica, Francia o Luxemburgo consiguen dar un hogar a estos animales que en Córdoba tienen mayores dificultades para encontrar un futuro. “Dentro de España, la ciudad de Barcelona es la que más adopta galgos y podencos, pero aún así los números son muy bajos, especialmente en Córdoba”, dice.

Galgos del Sur retira un animal de Sadeco. Galgos del Sur retira un animal de Sadeco.

Galgos del Sur retira un animal de Sadeco. / Jordi Vidal

Esta protectora colabora con el centro de control animal de la empresa municipal Sadeco para hacerse cargo de todos los galgos que se encuentren en su instalaciones. Así, el pasado viernes 28 de diciembre Galgos del Sur se llevó 12 animales del recinto que habían sido entregados por galgueros. La protectora “responsabiliza” a este colectivo “del abandono y desecho masivo de galgos que no les sirven para la caza, y culpabiliza una vez más a la Junta de Andalucía por amparar el maltrato a estos y permitir la caza con galgo en la región”.

En 2018, la asociación ha rescatado 300 galgos, aunque sólo ha encontrado cobijo para 240 de ellos. Esta protectora también se asegura de que quien adopte cumpla unos requisitos mínimos, al igual que “nos aseguramos que no se vuelva a usar para la caza u otro tipo de tareas que impidan que el animal viva en un entorno familiar”, especifica Patricia.

En el centro de control de Sadeco

Sadeco también cumple una importante labor en la ciudad de Córdoba a través de su centro de control animal. Se trata de un refugio que acoge a perros y gatos que se encuentran en la calle a través de avisos o que particulares llevan hasta allí. La veterinaria del centro, Elena Jiménez, expone que dentro del centro se mantiene una observación de 14 horas para comprobar si tienen la rabia, tras lo cual se procede a vacunar e incluir con el grupo en el refugio. A partir de ese momento, siempre que surge alguna duda se pasa del módulo de adoptables “a una cuarentena para aislar las infecciones y conocer el caso”, por lo que siempre se mantiene un control de salud y bienestar del animal.

En el caso de las pérdidas, si el animal llega con chip se procede a buscar al dueño –que dispone de cinco días para reclamarlo como suyo– y se realiza un chequeo de vacunas. En el caso de no cumplir con el calendario, “el dueño deberá asegurar que un veterinario realiza las vacunas o paga las tasas junto con las de rescate”. Aun así, Sadeco no dispone de autoridad para impedir una devolución o una adopción, “a no ser que nos pongamos en contacto con las autoridades y ellos paren el trámite”.

Al contrario que lo que sucede con el procedimiento de las protectoras, Sadeco no realiza ningún cuestionario para comprobar el posible nuevo entorno del animal, aunque sí aclara que “intentamos conocer la situación de las personas e intentamos aconsejar sobre la adopción”. La veterinaria, no obstante, avanza que “está en nuestro planes implantar un cuestionario pronto, aunque nosotros sigamos sin tener autoridad para detener el proceso, pero así podemos conocer el destino de los animales antes de salir del refugio”.

Unos cachorros esperan a ser adoptados en Sadeco. Unos cachorros esperan a ser adoptados en Sadeco.

Unos cachorros esperan a ser adoptados en Sadeco. / Jordi Vidal

Uno de los mayores problemas que destacan desde Sadeco es la vuelta de los animales incluso después de haber sido adoptados. Elena explica que ha habido casos de perros que han pasado muchas veces por allí. “Por desgracia, a pesar de que son adoptados, vuelven a ser abandonados y volvemos a recogerlos”. Para Elena, “una de las razones por las que fallan las adopciones es porque se intenta contentar a los niños, que aún no saben hacerse responsables de un ser vivo, pero no se tiene en cuenta la responsabilidad que supone adoptar. Por desgracia conozco a gente que ha devuelto varias veces animales que han adoptado aquí”.

En este aspecto, la veterinaria sugiere que las campañas que se realicen para concienciar a la población deberían ir enfocadas a los menores. “Cuando los niños captan el mensaje son capaces de enseñar a los propios adultos, y en un futuro serán educadores”, advierte. Esta fórmula ayudaría a reducir el número de abandonos, “aunque hay muchos factores, como la caza, que afectan negativamente y aumentan el número de abandonos”. Por lo tanto, desde las protectoras y Sadeco intentan hacer fuerza “para que se implanten nuevas medidas legales” enfocadas a la reducción de las ventas en comercios y “especialmente hacia la adopción responsable, que se consigue desde la educación de todos los ciudadanos”.

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