Literatura

Valeria Correa Fiz en Cosmopoética: "La poesía es una forma de resistencia, especialmente en estos tiempos"

  • La autora argentina defiende que "lo más importante a la hora de ejercer el oficio de poeta es la honestidad y no seguir modas, tendencias ni etiquetas"

Un momento de la intervención de Valeria Correa Fiz.

Un momento de la intervención de Valeria Correa Fiz. / Juan Ayala

"Ser poeta es una manera de estar en el mundo, es una atención perseverante hacia el presente, hacia los detalles, con el ejercicio de la palabra como un lazo entre el pasado y el futuro". Ser poeta es la manera de estar en el mundo de Valeria Correa Fiz (Rosario, Argentina, 1971), autora de ascendencia española que participa en Cosmopoética 2022. Abogada, "ya no lo soy, fui abogada", defiende, de profesión, Correa Fiz cuenta entre sus obras con libros como El álbum oscuro (2005), finalista del Premio de Poesía Manuel del CabralLa condición animal (2016); El invierno a deshoras (2017),  Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez; y Hubo un jardín (2022). Algunos de sus relatos y poemas han sido recogidos en diversas antologías y traducidos al inglés, italiano, hebreo y rumano. En esta edición del festival, en el que Argentina es el país invitado, cobra especial relevancia la voz de quien defiende que "la poesía, más que un arte de élites, es un arte de la revolución y de resistencia, especialmente en estos tiempos", 

La autora insiste en la narrativa tiene otras exigencias distintas a la poesía, otro desarrollo, pero que de alguna manera, "de modo germinal", toda la literatura que ella practica "es poesía". Una poesía, la suya, que se resiste a definir. "Tengo una resistencia a ponerme etiquetas; creo que las etiquetas tienen que venir desde afuera. No me gusta ponerme etiquetas, porque creo que las etiquetas que uno se pone dentro del ejercicio artístico limitan tu creatividad", sostiene. Correa Fiz defiende en este sentido que "si de repente digo que voy a hacer una poesía esencial y del silencio, si en algún momento tengo la urgencia de comunicar algo de manera más torrencial, me voy a estar cuestionando mi impulso creativo", mantiene. La poetisa insiste en que lo importante "no es cómo es eso que uno hace, sino que lo que uno hace responda a la verdad más íntima que aflige al artista".

Para ella, lo más importante a la hora de ejercer el oficio de poeta es la honestidad y no seguir modas, tendencias ni etiquetas. "Me costaría mucho calificarme, pensarme, porque creo que un artista es también una especie de sonámbulo dentro de su poética", añade. Correa Fiz mantiene que al poeta y a ella en especial le sorprende la recepción "de eso que uno crea, de cómo se lee eso que uno escribió y cómo se lee eso que uno no dijo, como se leen los agujeros o los tajos, los silencios, cómo los rellena el lector". Para destacar que toda la literatura y especialmente la poesía "es una especie Lázaro que sin su lectura no resucita".

La autora insiste en que en su obra intenta recoger "la vida misma", algo que deja patente en último libro, Hubo un jardín. "La vida está llena de mal, de bien, de belleza..., y creo que todo ello está recogido en el libro". A la hora de escribir, destaca que en el caso de Hubo un jardín, el lazo conductor de los cuentos que incluye "son la culpa y los secretos. Se trata de siete cuentos, siete voces de personajes adultos que recuerdan un momento de su infancia o adolescencia en el que perdieron la inocencia y eso los marca para el resto de su vida". Explica que el título del libro, Hubo un jardín, se refiere metafórica o simbólicamente "al Jardín del Edén, también a la idea del jardín como espacio de orden, cuidado, un espacio medido, espacio de belleza que de alguna manera se desborba y en el que se pierden las historias".

Valeria Correa Fiz, durante su intervención. Valeria Correa Fiz, durante su intervención.

Valeria Correa Fiz, durante su intervención. / Juan Ayala

Correa Fiz define la poesía como "una forma de resistencia". Para la autora la poesía "es probablemente" el género más revolucionario de todo el arte literario "y creo que para acceder a ella no hay que tener ninguna especie de conocimiento particular, sino simplemente una sensibilidad y una voluntad de detenerse en su lectura". La poetisa insiste en que para este género literario están siendo tiempos muy difíciles, "aunque es verdad que nunca fueron fáciles. Pero creo que están siendo tiempos muy difíciles, porque vivimos en unos tiempos de furia del presente y además, un presente muy particular que ya viene cargado con su propio horizonte de caducidad y obsolescencia; es como cuando te compras un móvil y mañana ya está viejo o como cuando te enteras de una noticia y a los dos minutos ya salió otra más espectacular", sostiene.

Para añadir que, además, "estamos en un presente muy aislado, a diferencia de otros momentos de nuestra historia, muy aislado del pasado y muy sin esperanzas, en un sentido también muy desfragmentado o fracturado del futuro". "Para la poesía, esta velocidad de las cosas y esta especie de continuidad alocada de las cosas hace que sean tiempos más difíciles, porque la poesía es un arte que de alguna manera requiere cierto detenimiento y cierta constancia, y es un arte que se articula con dos movimientos, que son continuidad, porque se apoya en la tradición, y ruptura, porque siempre está buscando formas nuevas del decir. Creo que la poesía, más que un arte de élites, es un arte de la revolución y de resistencia, especialmente en estos tiempos", defiende.

 

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