Semana Santa en Córdoba: "Que el mundo cofrade evolucione es positivo económicamente"

Comercio

La Tienda del Cofrade apuesta por diversificar su producción en otros sectores durante el resto del año para desestacionalizar las ventas

Fotogalería: La Tienda del Cofrade apura las horas previas a la Semana Santa vistiendo nazarenos

José Manuel Cabello frente a la Iglesia de San Lorenzo / Juan Ayala

Una sombra recorre el tejado de la Semana Santa, año sí y año también. Por excelencia, el debate se cierne entre la obsesión de los que se afanan en poner puertas a la globalización a un lado, y el interés de los que utilizan la tradición -también devoción en este caso- para hacer negocio, a otro lado de la mesa. Es un debate recurrente que, en el fondo y visto con cierta perspectiva, sirve igual para el fútbol que para la gentrificación de las ciudades.

En el punto medio aristotélico de la virtud se encuentra José Manuel Cabello, devoto y encargado de La Tienda del Cofrade, situada en la Plaza de San Lorenzo, frente a una de las iglesias más importantes de la Semana Santa cordobesa. Su inauguración, el 30 de noviembre de 2013, no fue una casualidad coincidiendo con la salida extraordinaria de Jesús Rescatado.

A pesar de la evidente estacionalización que tienen este tipo de negocios, "el cofrade sigue estando vivo los 365 días del año y los artículos se siguen consumiendo, aunque no con la envergadura de esta época", afirma un Juan Manuel Cabello que aboga por "sacar artículos novedosos de cara a los cofrades para motivar que el mundillo se siga moviendo y que la venta se pueda mantener".

La pandemia sirvió como una "gran oportunidad" para crecer en el comercio online, cuenta Cabello, "donde hicimos una apuesta para poder llegar al cliente de manera más potencial, aunque estuviera en una zona más lejana". En su caso, y tras estudiar diferentes maneras de cómo "sobrevivir" a la situación, se empeñaron en la fabricación de mascarillas personalizadas para distintas empresas, "gracias a la maquinaria que teníamos en ese momento" y que aún conservan.

Desde ese punto de partida, han logrado diversificar la producción hacia otros sectores, como con la venta de "manteles y toallas a hoteles", sin perder de vista la tienda. Igual con las pulseras. Se trataba de "dar un giro" porque, al fin y al cabo, "este negocio cuando funciona es en los dos o tres meses de la campaña más fuerte", explica Cabello.

José Manuel Cabello ajusta una túnica a un joven nazareno en su tienda. / Juan Ayala

Los artículos más exitosos dependen buenamente de la época del año. En Navidad, por ejemplo, "lo que más se vende son souvenirs o prendas de regalo como sudaderas, mochilas, carteras o tazas", sin embargo, llegada la Cuaresma -incluso antes, con el comienzo de los ensayos de costaleros- la mayor parte de los ingresos llegan de los artículos necesitados para la estación de penitencia como los costales, fajas, morcillas o zapatillas (costaleros), y túnicas a medida, capirotes, guantes o cubrerrostros (nazarenos).

Entre las particularidades más consumidas, Cabello pone acento en el incienso. "Se vende muchísimo, tanto en varilla como en grano". Sobre las varillas, novedad de los últimos años, resalta que "han pegado muy fuerte por la comodidad". Más allá del mostrador, también hay negocio a través de los encargos que realizan las propias hermandades, por ejemplo "para mesas petitorias".

"Tenemos mucho cuidado con determinados artículos"

En la delgada línea de lo que puede ser "aceptado" y lo que se puede considerar una "ofensa", Cabello se mueve como un equilibrista en el terreno, entendiendo que "hay que tener en cuenta todo eso" y "lógicamente intentamos tener mucho cuidado con determinados artículos y novedades que sacamos para incorporarlas".

El dilema, "lo entendemos" y "es importante saber lo que representamos", señala Cabello, reconociendo su "puntito" de purista. "Nosotros vemos nuestro negocio como un punto de servicio", es decir, "para que las cofradías y el mundo cofrade en general se pueda abastecer de los artículos, se necesita un enclave donde se le pueda dar el servicio". Aún así, se muestra muy concienciado en "saber de dónde venimos y lo que, desde nuestra labor, podemos transmitir".

Respecto a la mercantilización del mundo cofrade, "está evolucionando a grandes rasgos y se está comercializando cada vez más", algo que "desde el punto de vista económico es positivo", ya que "todo lo que suba repercute en muchas familias, pero yo siempre he dicho que hay que guardar un equilibrio muy importante", concluye José Manuel Cabello.

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