La Gloria de San Agustín

Otoño florido

  • Lo de Flora está muy bien, aunque cueste un pico, pero es que a lo mejor por las cosas que están muy bien hay que pagar un pico, o dos

Instalación de una pasada edición de Flora.

Instalación de una pasada edición de Flora. / El Día

El otro día leí aquí mismo, en mi Día, que este año, y el que viene, va a haber Flora, que es eso de las flores tan bonito que se hace en otoño, y yo que me alegro, que por lo visto, según explicaron, eso ha traído a un montón de turistas, y mientras más vengan, mejor, que siempre dejan algo en nuestra ciudad.

Y espero que también se lleven algo, un buen recuerdo, un detalle para los familiares, una botellita de vino, lo que sea, o un imán para el frigorífico, que la verdad es que tenemos de todo para ofrecerles, por suerte. Yo es que he salido poco de mi Córdoba bendita, la verdad, que estoy pasando de Las Quemadas y se me hace un nudo el estómago, la verdad, que pienso que ya me encuentro en el extranjero, muy lejos de donde quiero estar.

Y ustedes pensarán que estoy exagerando, pero no, que la cosa es así, como les estoy contando. Pero, a lo que iba, que me encantaría ir a la casa de alguien, muy lejos de aquí, y encontrarme un detallito de nuestra Córdoba, una postal, un imán, un cenicero o lo que sea, debe ser de lo más emocionante, digo yo.

Que si me pasa, que seguro que no, me pongo a llorar como un niño, que me conozco yo tela y sé de mis reacciones. Pero a lo que iba, que lo de Flora está muy bien, aunque cueste un pico, pero es que a lo mejor por las cosas que están muy bien hay que pagar un pico, o dos, porque si luego sirven para que tengamos a Córdoba repleta de gente, pues eso, que no es dinero gastado, sino invertido, que no es ni remotamente lo mismo, y yo creo que eso no hay que explicarlo.

Hablando de flores, el otro día me acerqué aquí al lado, a ver el monumento que está haciendo Belmonte, el escultor que vivía en El Realejo, sobre los Patios de Córdoba. Lo han puesto en la plaza del Poeta Juan Bernier, que es donde estuvo ese convento que durante muchos años fue un descampado a donde iban los chavales a meterse con katiuskas en los charcos.

Que ya han pasado unos años, pero me sigo acordando. Igual que me acuerdo del cine Ramos, que estaba en Santa María de Gracia, justo antes de llegar a Pleitineros, donde estaba el marmolillo. Bueno, a lo que iba, que se ha quedado muy bien el monumento, que yo creo que es lo poco que se merecen nuestros Patios.

En fin, que ya queda menos para agosto y ahí seguimos, con nuestros planes de Trassierra, que la verdad que estamos ilusionados con hacerlo, aunque luego eche mucho de menos a mi Córdoba bendita. Pero a lo mejor hay echarla un poco de menos para luego quererla más. Que todo pudiera ser

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