La prematuridad es la principal causa de mortalidad entre los recién nacidos con menos de cuatro semanas de vida y la segunda causa de mortalidad infantil en el mundo. En la Unidad de Neonatología del Hospital Reina Sofía, dentro de incubadoras, entre cables y respiradores, estos bebés luchan por salir adelante con los cuidados de los profesionales. Allí, cada pequeño paso es un gran logro que los sitúa más cerca de la supervivencia y, a medio plazo, de conseguir el alta hospitalaria. 

La coordinadora de la Unidad de Neonatología del centro sanitario, María José Párraga, explica que a pesar del descenso generalizado de la natalidad, la cifra de nacimientos prematuros (antes de las 37 semanas de gestación) ha permanecido estable con un "sensible aumento" de incidencia en los últimos años. El 9% de los 2.568 bebés nacidos en el Reina Sofía en 2022 fueron prematuros; es decir, 231.

La doctora señala -con motivo del Día Mundial del Niño Prematuro, que se celebra cada 17 de noviembre- que el bebé nacido en el hospital cordobés que ha sobrevivido con menor peso fue un gran inmaduro con retraso del crecimiento intrauterino, que pesó al nacer 390 gramos. Actualmente "mantiene seguimiento ambulatorio multidisciplinar con evolución clínica favorable".

Causas de la prematuridad

La doctora Párraga señala que, aunque con frecuencia no es posible establecer la causa, existen determinados factores de riesgo que pueden conducir a un nacimiento antes de lo esperado. Dentro de los factores maternos, destacan las edades extremas (mayores de 45 años o menores de 18), los partos prematuros previos, los abortos de repetición, enfermedades como hipertensión, diabetes o cardiopatías y el bajo peso o la obesidad previas al embarazo.

Dentro de los factores relacionados con el feto o con la propia gestación, destacan la gestación múltiple, el ambiente social desfavorable, la falta de control del embarazo, la infección urinaria, vaginal o uterina, las anomalías placentarias, la desnutrición durante la gestación, las patologías asociadas al embarazo (preeclampsia, coagulopatías), las malformaciones fetales, el consumo de alcohol, tabaco o drogas, la alteración mental, la depresión y la ansiedad.

De igual forma, la responsable de la unidad destaca que el desarrollo de las técnicas de reproducción asistida ha supuesto una mayor incidencia de embarazos múltiples y una mayor probabilidad de nacimientos prematuros.

Secuelas en los niños

En España, los partos prematuros constituyen la principal causa de morbimortalidad y discapacidad en la infancia, condicionando un elevado número de ingresos hospitalarios y consultas de seguimiento. Este impacto es mayor cuanto menor es la edad gestacional y/o el peso al nacimiento, indica Párraga.

De esta manera, los niños nacidos antes de las 32 semanas y/o con menos de 1.500 gramos de peso y especialmente aquellos nacidos por debajo de las 28 semanas de gestación o con menos de 1.000 gramos de peso, son "los más vulnerables y los que tienen más riesgo de que la condición neonatal pueda afectar a su desarrollo y supervivencia".

Una profesional de Neonatología atiende a un bebé en una incubadora.

"La mayoría de sus funciones biológicas se desarrollarán fuera del seno materno, por lo que la calidad y complejidad de los cuidados y prestaciones que deben recibir es alta", añade.

Los problemas médicos precoces más frecuentemente asociados a los recién nacidos de muy bajo peso (por debajo de 1.500 gramos) son los derivadas de la hipoxia-isquemia perinatal, el síndrome de dificultad respiratoria por inmadurez pulmonar, las infecciones (sepsis), las lesiones del sistema nervioso central, la persistencia del conducto arterioso o la enterocolitis necrotizante, entre otras.

Por otro lado, la prematuridad extrema conlleva a la larga mayor riesgo de trastornos de salud y discapacidades como son la parálisis cerebral, deficiencias en el lenguaje y aprendizaje, déficit de atención, anemia, enfermedad pulmonar crónica, retinopatía, déficit visual, estrabismo, sordera, retraso en el crecimiento y síndrome de muerte súbita, entre otras.

Párraga destaca que, con el objetivo de favorecer el desarrollo neurosensorial y emocional del recién nacido, en las últimas décadas se han implantado en la mayoría de las unidades neonatales los denominados Cuidados Centrados en el desarrollo y en la Familia (CCD).

Las actuaciones de estos cuidados se basan en la reducción del nivel de estrés y apoyo al desarrollo a través de la "optimización del macroambiente" (luces, ruídos) y del "microambiente" (contención para mantenimiento de postura en flexión con limitación de movimientos, manipulaciones mínimas con agrupación de cuidados, evaluación y tratamiento del dolor, práctica del método canguro…) así como del reconocimiento de la familia como referencia permanente del recién nacido, haciéndoles partícipes (en la medida de lo posible) de los cuidados de su hijo durante y después de la hospitalización. En este sentido, "la apertura de puertas de la Unidad Neonatal las 24 horas es un elemento clave para la integración de la familia en los cuidados de su recién nacido", aclara.

Además, en la Unidad de Neonatología del Hospital Reina Sofía "se promociona y se protege la alimentación del prematuro con leche materna de la propia madre y cuando por diferentes circunstancias no es posible disponer de ella, se indica la alimentación con leche donada de Banco".

El Banco de Leche del centro sanitario cordobés abrió sus puertas en abril de 2019 y desde entonces han contactado con él 214 donantes, que han suministrado un total de 1.100 litros de leche de la que se han beneficiado 314 recién nacidos, la mayor parte prematuros.

Impacto en las familias

El nacimiento de un niño prematuro, especialmente de aquellos nacidos antes de la semana 32 o con menos de 1.500 gramos de peso puede "condicionar una alteración importante en la dinámica familiar". Párraga destaca que se trata de una situación "inesperada" en la que los padres se encuentran con una realidad totalmente diferente a la que habían imaginado: tienen un bebé con problemas de salud más o menos graves, así como con un pronóstico incierto, tanto de supervivencia como de posibilidad de aparición de secuelas. "Todo ello va a influir de forma negativa en el establecimiento del vínculo y de una dinámica familiar óptima", asevera.

Profesionales trabajando en la Unidad de Neonatología del Reina Sofía.

Gracias a las actuaciones incluidas en los Cuidados Centrados en el Desarrollo y en la Familia -que se han implantado en las últimas década en la mayoría de las Unidades Neonatales-, se intenta "hacer partícipes a los padres en el cuidado de sus hijos, aún en situaciones clínicas críticas, proporcionando innumerables beneficios tanto para el desarrollo del recién nacido como para una óptima adaptación psicológica de los padres". Por otro lado, el apoyo profesional por parte de psicólogos es una "prioridad en la que se está trabajando en la mayoría de unidades neonatales".

De igual forma, la doctora señala que en los casos de nacimientos prematuros se contemplan en España una serie de apoyos sociales como son la ampliación del permiso por nacimiento por hospitalización del hijo, la prestación por cuidados a menores con enfermedad grave, ayudas a la discapacidad y ayudas a la dependencia.

"Es importante que los profesionales sanitarios conozcamos estas prestaciones y remitamos a las familias a las Unidades de Trabajo Social donde les puedan proporcionar toda la información y la ayuda necesarias", concluye.