Movember

El Hospital Reina Sofía de Córdoba atiende cada año 1.250 consultas de pacientes con sospecha de cáncer de próstata

Responsables de los servicios que participan en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata en el Reina Sofía.

Responsables de los servicios que participan en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata en el Reina Sofía. / Miguel Ángel Salas

El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en hombres, con una incidencia que se sitúa por encima de los 100 casos por cada 100.000 habitantes. Cada año, el Hospital Reina Sofía atiende 1.250 consultas de pacientes con sospecha de presentar esta patología, practica 500 biopsias y diagnostica 250 cánceres.

El centro sanitario se suma un año más a la campaña Movember, que promueve durante el mes de noviembre el cuidado de la salud masculina, seguir un estilo de vida saludable y las visitas al urólogo. Es la única forma de detectar de forma precoz este tumor que no suele presentar síntomas.

El jefe de la Unidad de Urología del centro, Francisco Anglada, ha explicado que muchas veces los hombres tardan en consultar "por miedo, por vergüenza, por ceñirnos a los estereotipos que marca la sociedad en cuanto a la masculinidad y tardamos en recurrir al médico cuando pensamos que algo va mal".

Dentro de la salud masculina, Anglada también ha destacado el cáncer de testículos, que no es muy frecuente, pero se desarrolla en hombres jóvenes que "muchas veces tardan en consultar", y la hiperplasia benigna de próstata, que "es un problema benigno, pero que tiene un gran impacto en la calidad de vida".

Como factores de riesgo para padecer cáncer de próstata destacan la genética (que haya habido algún caso en la familia), la edad o la raza negra, mientras que llevar un estilo de vida saludable disminuye el riesgo de padecerlo.

La mayoría de los pacientes que llegan a las consultas de Urología del Reina Sofía provienen de Atención Primaria, donde los médicos de familia les han realizado una determinación del antígeno prostático específico (PSA), una proteína que producen las células de la próstata (benignas y malignas), ya que este tumor no suele presentar síntomas. Los resultados de este análisis, que se realiza a partir de los 50 años aproximadamente, indicarán la necesidad de derivar al paciente al servicio Urología del Hospital Reina Sofía, ya que un valor elevado puede estar relacionado con la presencia de un cáncer de próstata.

Una vez que la persona llega al hospital, el equipo de Urología realizará un estudio personalizado del paciente junto con el resto de especialidades implicadas en la detección y diagnóstico de este tumor. En esta primera evaluación, en la que se inicia el camino del diagnóstico, los profesionales de Urología tienen en cuenta multitud de factores como la edad, la elevación del PSA, la raza, etc.

En función de estos criterios, el paciente puede ser atendido por Radiodiagnóstico (a través de la realización e informe de imágenes de resonancia magnética, que se utilizará para guiar en cooperación entre Radiología y Urología la biopsia –biopsia con fusión- o para planificar la cirugía si finalmente es necesario); Medicina Nuclear (para la realización de pruebas como el PET o la gammagrafía) para el estadiaje. Después, interviene Anatomía Patológica (analizando el tejido prostático extraído de la biopsia para su estudio, que determinará la existencia o no de células tumorales y la gradación de las mismas).

Una vez confirmada la enfermedad y su alcance, se acuerda con el paciente el tratamiento más adecuado, que puede variar desde la vigilancia a otras intervenciones como la radioterapia, la cirugía o el uso de fármacos.

Seguimiento

Una vez diagnosticado, se inicia un plan de tratamiento personalizado, que puede requerir también la participación de diferentes especialidades, que se determinará dependiendo del tipo de células, del estadiaje del cáncer, etc. En este proceso se promueve la implicación del paciente en la toma de decisiones, pues en ocasiones se dispone de diferentes opciones de tratamiento para un mismo caso. Igualmente, distintos tratamientos pueden ser complementarios o secuenciales para conseguir un mejor control de la enfermedad.

Así, el tratamiento de una persona podrá centrarse en la cirugía (prostatectomía radical con o sin vaciamiento ganglionar, donde intervendrá de nuevo Anatomía Patológica para estadificar el cáncer, determinar si la resección ha sido completa y valorar ciertos factores prnósticos según la histología del tumor), o en radioterapia o fármacos o combinaciones de los mismos.

Respecto a los avances, "la evidencia nos ha ido marcando el camino de selección de pacientes para ampliarles las opciones de tratamientos con intención curativa, es decir, en la actualidad es frecuente ofrecer, en determinados casos, más de una actuación con intención curativa, que puede ser simultánea o secuencial", indica Anglada.

Otro de los ejemplos que señala el jefe de Urología del hospital es la posibilidad de ofrecer al paciente con un tumor de bajo riesgo la opción de la vigilancia, "evitando así los efectos secundarios de otras opciones más agresivas como la cirugía o radioterapia", como es el caso de José Arroyo, un paciente que ha participado en la presentación de la campaña Movember.

Avances

En los últimos años se han incorporado muchos avances en el tratamiento del cáncer de próstata, como la cirugía robótica; la biopsia por fusión; la suma de tecnología de altas prestaciones como la RM o el PET, que ofrecen nuevos trazadores no sólo para el diagnóstico, sino también para detectar una posible recidiva; los tratamientos de gran precisión que se ofrecen en Oncología Radioterápica (que realiza cada año unos 300 procedimientos dirigidos, ya sea con intención curativa o complementarios a una prostatectomía) gracias a los aceleradores lineales de alta gama y a la utilización de la imagen guiada por ecografía, que permite monitorizar el movimiento de la próstata durante la irradiación, entre otros.

Los especialistas explican que todas estas acciones han ayudado a obtener diagnósticos más ajustados y precoces, a disminuir las sesiones de tratamientos, el número de biopsias, a ofrecer opciones personalizadas y nuevas posibilidades en determinados pacientes con enfermedad no localizada t a homogeneizar el manejo del paciente en toda la provincia, entre otras cuestiones.

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