Gastronomía

Un vino de Montilla-Moriles hace historia al lograr la máxima puntuación de la Guía Peñín en sus 30 años de vida

  • Alvear Pedro Ximénez Solera 1830, de Alvear, ocupa con 100 puntos el podio de los mejores caldos de España junto a Conde de Aldama Amontillado Bota NO, de las sanluqueñas Bodegas Yuste

Los dos vinos que han logrado por primera vez 100 puntos en la Guía Peñín.

Los dos vinos que han logrado por primera vez 100 puntos en la Guía Peñín.

Un vino de la Denominación de Origen (DO) Montilla-Moriles ha hecho historia al conseguir la máxima puntuación en los 30 años de existencia de la Guía Peñín, la gran referencia de los aficionados a la enología de España. El Alvear Pedro Ximénez Solera 1830, de Alvear, ha logrado 100 puntos, colocándose en el podio de los mejores caldos del país junto a Conde de Aldama Amontillado "Bota NO”, de las sanluqueñas Bodegas Yuste. Ambos aparecerán en la guía de 2023.

Estos dos vinos "rompen el techo de puntuación otorgado por la guía hasta la fecha" con dos elaboraciones históricas que representan unas tipologías únicas en el mundo. España cuenta en su haber con una amplísima variedad de estilos de vinos, muchos de ellos exclusivos y propios de nuestro país, explica la publicación. "Este reconocimiento convierte a estas dos elaboraciones históricas en los mejores representantes del vino español hasta la fecha", añade.

Alvear Pedro Ximénez Solera 1830 es un vino elaborado por la casa centenaria Alvear. Como señala Carlos González, director técnico de la Guía Peñín, "es un vino puro y racial, que alcanza la excelencia gracias a una elaboración cuidada y muy lenta". Un vino que, además, deja a Montilla-Moriles como la zona donde los dulces de Pedro Ximénez alcanzan su máxima expresión y complejidad.

El otro gran vino de esta edición es Conde de Aldama Amontillado "Bota NO", de Bodegas Yuste, una elaboración que procede de una solera de mediados del siglo XVII y que representa la línea de los amontillados viejísimos y eternos que excepcionalmente se pueden encontrar en algunas botas jerezanas. En palabras de Carlos González, "un vino del cual no se conoce un final y que seguirá presente por muchísimos años más, incrementando su ya amplísimo espectro de aromas y sabores".

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