Honores para el gigante de la caridad

El obispo pide al Ayuntamiento un "homenaje" para el nuevo beato

L. Chaparro

08 de abril 2013 - 07:44

Córdoba cuenta con un nuevo beato y, por ello, el obispo, Demetrio Fernández, consideró ayer necesario que "esta ciudad deba rendir algún honor especial a este gigante de la caridad, que nos estimula a atender a tantas personas necesitadas hoy en nuestra ciudad". Este es el mensaje que lanzó tras la beatificación del Padre Cristóbal a los representantes municipales que acudieron a la ceremonia; entre ellos, el alcalde, José Antonio Nieto, y el subdeleado del Gobierno, Juan José Primo Jurado. Así, subrayó en varias ocasiones que para Córdoba, el de ayer, fue "un día grande" y recordó la fecha en la que padre Cristóbal falleció. "Aquel día que murió, en el más riguroso calor de julio de 1690, el Ayuntamiento de la ciudad honró y agradeció su memoria, porque el padre Cristóbal se lo tenía bien merecido", apuntó, y subrayó que "después de tres siglos, habéis tenido la sensibilidad de estar aquí, y os lo agradecemos". "Vuestra presencia os honra a vosotros y nos honra a todos", apuntó. Sin duda todo un buen recado para el actual equipo de gobierno municipal del PP, ya que Fernández concluyó asegurando que "lo dejo a vuestra consideración".

Tras felicitar a todos los asistentes, el prelado confió en que "en este domingo de la divina misericordia nos quede a todos el buen sabor de haber experimentado esa misericordia divina en cada uno de nosotros, y que el ejemplo y la intercesión del beato Cristóbal nos impulse, movidos por la caridad de Cristo, a salir al encuentro de todos los que sufren por cualquier causa para hacerles partícipes de esta misericordia divina".

Sin duda, la jornada de ayer fue de auténtica fiesta para los fieles y hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, que llenaron la Catedral, así como los niños que acuden a su colegio, que llegaron vestidos de uniforme para ser testigos de un hecho tildado ya de histórico, por ser la primera beatificación que se celebra en la Catedral cordobesa y también la primera aprobada por el Papa Francisco.

Pero sin duda, dos de los asistentes a la ceremonia coparon gran parte del protagonismo. Prueba de ello fue al término de la misa, ya que ningún asistente quería abandonar el templo sin saludar a las hermanas y, entre todas ellas, a Leonor Copado. Entre saludos, besos y abrazos, la religiosa insistió en que "es un día muy grande para todos" y destacó "la alegría, el compromiso y la santidad del beato". También recordó que el proceso "ha sido muy largo" y reconoció que el final de todo llegará con la futura canonización del padre Cristóbal, algo que ya esperan.

Y si las hermanas fueron felicitadas y demandadas por la mayoría de los asistentes, el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, también captó la atención de los fieles. Fueron muchos a los que tuvo que saludar, incluido al alcalde, y también a los que abrazó mientras intentaba abandonar la Catedral.

Y si a la misa acudieron más de 5.000 personas, la procesión de Jesús Nazareno, precedida por las reliquias del Padre Cristóbal hacia su sede, también contó con numerosos asistentes. Fueron cientos de fieles los que aguardaron esta salida procesional en la que no sólo participaron las autoridades civiles, sino que contó con la asistencia de las cofradías del Nazareno procedentes de diversos puntos de la Diócesis.

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