Música

Fito vuelve a conquistar Córdoba con sus Fitipaldis

Fito Cabrales al inicio del concierto. Fito Cabrales al inicio del concierto.

Fito Cabrales al inicio del concierto. / Juan Ayala

Escrito por

· F. J. Cantador

Redactor

La escena se vuelve a repetir. Fito Cabrales lanza su ya clásica guitarra Fender Stratocaster blanca al cielo de Córdoba, un técnico la agarra en una esquina del escenario mientras el público corea los versos de la muy esperada Soldadito marinero, la segunda canción del primero de sus dos bises incluidos en su concierto en la plaza de toros de Los Califas. Después de un invierno malo, una mala primavera / Dime por que estas buscando una lágrima en la arena, cantan miles de almas a las que el bilbaino y sus Fitipaldis están haciendo felices. Una niña, Ángela, que no pasará de los 10 años, demuestra que se sabe la letra de este himno del pop-rock en castellano, y que como sus padres es fan acérrima de la música de quien concierto a concierto demuestra que hubiera encajado perfectamente en los Dire Straits. 

La historia se repite casi cuatro años después. Como en aquel concierto en el que Ángela también estuvo del 1 de junio de 2018, el 27 de mayo de 2022 Fito & Fitipaldis han vuelto a conquistar Córdoba. Y lo han hecho apenas unas horas después de recibir un disco de platino por vender más de 40.000 copias de su último disco, Cada vez cadáver, nombre que también tiene la gira que ha pasado por Córdoba.

La conquista empezó a hacerse carne nada más arrancar los bestiales acordes de A quemarropa, el buenísimo primer tema del repertorio, un repertorio que incluía siete canciones del disco Cada vez cadáver (2021), cuatro de Lo más lejos, a tu lado (2003), cuatro de Por la boca vive el pez (2006), dos de Antes de que cuente diez (2009), dos de Huyendo conmigo de mí (2014) y dos versiones. Una de ellas propia, de los tiempos en los que lideraba Platero y tú -Entre dos mares- y la otra de la siempre reivindicable banda La cabra mecánica -Todo a cien- pasada por un filtro más rockero, con sello propio fitipaldiano.

Daba igual que muchos de esos temas fueran nuevos, el público se los sabía y los coreaba igual, como hizo con sus grandes clásicos. A quemarropa, Cielo hermético, Las palabras arden, A morir cantando, Quiero gritar -esta interpretada en Córdoba con los teloneros Morgan-, Si me ves así, En el barro y Cada vez cadáver -las canciones que interpretó de su nuevo disco- se están convirtiendo concierto a concierto, escucha tras escucha, también en clásicos del repertorio de quien es capaz hoy en día, con lo difícil que es, de llenar pabellones, como hace unos días el mítico WiZink Center de Madrid -con 15.000 personas coreándolo- y plazas de toros, como la de Córdoba este viernes -también con el cartel de no hay billetes-. 

El guitarrista y productor Carlos Raya. El guitarrista y productor Carlos Raya.

El guitarrista y productor Carlos Raya. / Juan Ayala

Eso sí, no podían faltar esos clásicos entre los clásicos: Por la boca vive el pez, Whisky barato, Entre la espada y la pared, Viene y va, La casa por el tejado, Antes de que cuente diez, Soldadito marinero, Acabo de llegar...

Todo ello con un magistral Carlos Raya a la guitarra y a la producción, un Carlos Raya que tiene muchísima culpa del sonido de la música de Fito & Fitipaldis, no en vano es el productor de mucho de sus albumes "Es el corazón", dijo el propio Fito. Ese sonido lo ejecutan a la perfección, como volvieron a demostrar en Córdoba, Alejandro Boli Climent (al bajo),  Javier Alzola (al saxofón) y Coki Giménez (a la batería). 

"Hola Córdoba, muchas gracias por habernos esperado, no solo a los Fitipaldis, sino a todas las bandas", gritó Fito tras interpretar la segunda canción, Lo que sobra de mí, y antes de levantar al público de los tendidos del coso con la tercera, Por la boca vive el pez. Un Fito parco en palabras. Sabe que no las necesita para ganarse a un respetable que ya tiene entregado desde el primer acorde del concierto, un concierto en el que hasta niños y niñas, como Ángela, lo acompañan cantando desde Cielo hermético hasta la última de las 22 canciones que componían el repertorio de este músico bilbaino que va más allá de sus canciones, este músico del pueblo que transmite autenticidad haciendo fácil musicalmente hablando lo difícil, gracias también, insisto, a la magia de Carlos Raya. Un Carlos Raya que hasta se permite un punteo guitarrero final a lo Jimi Hendrix en Cielo hermético, tan magistral como el solo del propio Fito en Las palabras arden

Público asistente al concierto. Público asistente al concierto.

Público asistente al concierto. / Juan Ayala

"Viva Córdoba y viva el rock and roll", gritó Fito antes de que comenzara En el barro, tras la que sonó A morir cantando, canción previa a Quiero gritar, para cuya interpretación invitó a los Morgan a subir al escenario para marcarse una jam session entre las dos bandas salpicada con algo de funky. También con la cantante de Morgan, Nina, y con Carlos Raya a la guitarra, Fito cantó "una canción que si te metes en la letra no es fácil cantarla, por la maldita guerra", dijo. La justicia esta arrestada por orden de la malicia / el dinero que te salva es el mismo que asesina / no me des mas esperanzas se que todo son mentiras /sacos llenos de agujeros para guardar la alegria...reza la letra de esa canción, Abrazado a la tristeza.

En esta gira, Fito siempre acaba sus conciertos con una declaración de intenciones. El último de los dos bises lo abre con Entre dos mares, una canción en la que primero lanza un mensaje al poder: "No puedo concebir que tú seas tan idiota / El triunfo del poder siempre es una derrota”- Para después destaparse como un romántico rockero enamorado de su chica: “Perdido entre dos mares sin viento, sin bandera. / No quiero escaparates, quiero la vida entera. / Soy un bufón errante buscando a una princesa”. Y pone el punto y final con Acabo de llegar, con un duelo entre la guitarra de Carlos Raya y el saxo de Javier Alzola, que acaba transformándose en blues y después en un éxtasis instrumental al estilo de los mejores de los que firmaron The Beatles para poner el broche de oro a otro triunfal concierto de Fito y sus Fitipaldis en el Coso de los Califas de Córdoba.

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