Entrevista

El testimonio de Fadi Najjar, sacerdote sirio: "Mucha gente pregunta por qué Dios nos ha dejado"

El sacerdote sirio Fadi Najjar posa para 'El Día de Córdoba'.

El sacerdote sirio Fadi Najjar posa para 'El Día de Córdoba'. / Miguel Ángel Salas

Hace más de 11 años que estalló la guerra en Siria, desencadenada por los levantamientos en Túnez y Egipto que despertaron una serie de protestas contra los gobiernos islámicos, popularmente conocidas como la Primavera Árabe. A diferencia del resultado en otros países, el conflicto en Siria se extendió implicando a potencias mundiales. La cifras del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos son devastadoras: un saldo de más de 600.000 muertos, casi seis millones y medio de refugiados y un 80% de la población viviendo en la pobreza absoluta. 

En este país pegado al otro extremo del Mediterráneo y que es políticamente musulmán solo quedan 400.000 cristianos, según la Fundación de Ayuda a la Iglesia Necesitado. La mayoría de ellos se encuentran en Alepo, la ciudad más poblada del país. Y allí vive Fadi Najjar, sacerdote sirio que está de gira por España ofreciendo su testimonio para recaudar fondos que financien los proyectos pastorales y humanitarios de esta fundación.

"Mucha gente pregunta por qué Dios nos ha dejado, sobre todo los jóvenes", asegura Fadi en su entrevista con El Día horas antes de dar una conferencia en la iglesia de la Esperanza. No es fácil responder estas preguntas, reconoce, "pero tenemos que saber que Jesucristo no tiene que ver con lo que está pasando".

¿Dónde estará este Dios misericordioso y todopoderoso del que nos han hablado?, retumba en la mente de los sirios. "Cuando no hay respuestas hay que contestar a la gente que no es que Jesucristo no quiera ayudarnos. Jesucristo nos acompaña, acompaña a la gente que sufre, no es un mago, no puede decir mañana todo esto terminará".

Es la primera vez que el padre Fadi regresa a España desde que estalló la guerra en su país. Estudió Teología entre Granada y Sevilla hasta el año 2006. "Estoy muy contento de volver a este país, veo a las familias preparando las navidades cómodamente y me pone feliz. No perdáis eso", pretende advertir desde la experiencia.

El sacerdote Fadi Najjar. El sacerdote Fadi Najjar.

El sacerdote Fadi Najjar. / Miguel Ángel Salas

Un paquete de tabaco en Siria cuesta lo equivalente a un euro; una lata de leche en polvo son 6 euros. El salario medio actual es de 30 euros al mes. El padre Fadi se enciende un pitillo de los sirios, finos y alargados, mientras se asoma por una de las ventanas del Obispado de Córdoba: "Veo que la mayoría de la gente no sabe nada de Siria, hay muchísima gente que no sabe donde está, y eso me deja triste". 

Para el sacerdote sirio en Alepo, los medios de comunicación no hablan lo suficiente de Siria, "y aunque hablen no reflejan la realidad de lo que está pasando". La grabadora sobre la mesa detiene en seco la respuesta del padre Fadi, como si la red hubiese escupido su voluntad de abrir el melón de nuevo hacia su campo: "No quiero hablar de eso ahora mismo porque no es mi asunto, aunque estoy segurísimo de que la idea que tiene la gente no es la misma que la que nosotros hemos visto en nuestro país", justifica.

Las sanciones internacionales hacen mucho daño al pueblo sirio

De fondo planean formulaciones que no pronuncia directamente el sacerdote. "Después de una terrible guerra, en la que el gobierno recuperó varios territorios que en su día cayeron en manos del Estado Islámico, Siria no ha tenido la oportunidad de reconstruirse", afirma uno de quienes lo acompañan en la entrevista. Es un país que está sometido a una serie de sanciones económicas internacionales impuestas al presidente Bashar Al Asad y es el pueblo quien está pagando los platos rotos. "Las sanciones internacionales hacen mucho daño al pueblo sirio", reconoce en esta línea el sacerdote. El país está sumido en la pobreza porque además de no haber tenido el apoyo internacional, se le ha bloqueado cualquier tipo ayuda. Los análisis de los porqués son otra historia en la que no entra el sacerdote.

Más allá del tablero geopolítico, la cruda realidad es que la crisis en Siria sigue causando terribles estragos: "Estamos sin electricidad ni gasolina", cuenta Fadi. "La clase media ha desaparecido y el 80% de la población depende de la ayuda humanitaria viviendo bajo el umbral de la pobreza", asegura el sacerdote.

La fe cristiana más auténtica, perseguida con dureza bajo el control del Estado Islámico -"las iglesias han sido destruidas"-, florece en la más absoluta miseria: "Hemos descubierto que no siempre Jesucristo es triunfal, también contemplamos un Jesucristo que llora por nosotros, que está con nosotros y trabaja por nosotros". 

Ahora, de nuevo bajo el control del gobierno, Fadi defiende al presidente de Siria: "Bashar Al Asad es el que más ha protegido a los cristianos". Aunque el gobierno no reconoce públicamente la conversión de los musulmanes al cristianismo, tampoco lo impide.

Precisamente, la pervivencia del cristianismo en Siria es unos de los objetivos que persigue Fadi con los fondos que recaude durante su travesía española. Uno de los proyectos que comprende su misión pastoral es darle un primer impulso económico a los jóvenes recién casados que quieren formar una familia en Siria.

También se dedican a reconstruir y construir iglesias, hay más de 130 proyectos que se realizan. Aunque el más importante de todos, destaca el sacerdote, se llama Una gota de leche y atiende a más de 3.000 niños cristianos solo en Alepo. "Los niños no pueden crecer de una manera sana sin tomar la leche". Con este proyecto, se le garantizan ocho latas de leche en polvo al mes a cada niño hasta que cumpla los 10 años. En total 48 euros al mes para dar un futuro a los próximas generaciones; 18 euros más de lo que supone el salario medio en Siria. 

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