Córdoba

Las Cruces, una tradición que se impone al coronavirus

Antonio Ángel Romero Vacas, junto a la Cruz de Mayo que ha montado en su azotea.

Antonio Ángel Romero Vacas, junto a la Cruz de Mayo que ha montado en su azotea. / R. Gálvez

La fase final del confinamiento por el coronavirus y el inicio de la desescalada coincide en Córdoba con la entrada en el mes grande de la ciudad, un mayo que en este 2020 será distinto, mucho menos multitudinario y lucido. La cancelación de todas las fiestas populares que la primavera trae consigo a la provincia ha cambiado de manera drástica la vida de los cordobeses. Aún así, son muchos los que se animan en estos días a cumplir con sus tradiciones más populares en casa. En una suerte de rebeldía contra la pandemia, un paseo por la ciudad basta para toparse con algunas Cruces que engalanan rincones y alegran la vista. Un recordatorio claro y directo del privilegio que sigue siendo vivir la primavera en Córdoba, a pesar de los estrictos condicionantes de este 2020 tan atípico.

En uno de esos rincones singulares de la ciudad, la Plaza de Abades, una florida Cruz de Mayo destaca en una de las azoteas más altas. Es la contribución de Antonio Ángel Romero Vacas al mantenimiento del espíritu festivo de estos días. Imponente, en las alturas, se integra en el skyline de Córdoba junto a la Mezquita, dibujando una estampa idílica.

Este vecino de Cardeña, afincado desde hace años en la capital, cumple así con una de sus tradiciones más arraigadas. "Desde niño siempre he participado en el pueblo de las Cruces. En Cardeña, antiguamente, la costumbre era hacerlas en casa, para decorar el patio, aunque después se empezaron a hacer en las calles y también recuerdo hacerlas en el colegio", cuenta Antonio, que se trajo a Córdoba consigo esos pequeños detalles distintivos de la fiesta en la localidad pedrocheña.

"En Cardeña las Cruces se decoran con diferentes motivos, no solo con flores; es costumbre colocar algún motivo religioso, macetas alrededor o utensilios de labranza, rememorando cuando se hacían en el interior de las casas y se rodeaban de helechos y pilistras", explica Antonio con ese orgullo indisimulado del que tuvo la suerte de vivir la infancia en un pueblo tan singular como Cardeña. Por esa forma de entender la fiesta de las Cruces, este atípico mes de mayo se lo toma como "un retorno a la tradición" con la que se crió, "celebrando en casa la llegada de la primavera".

El confinamiento no hace que desaparezca el espíritu de la fiesta, aunque obliga a montar las Cruces con materiales de andar por casa. Lo que en condiciones normales son flores naturales, en esta ocasión se sustituyen por papel maché y cartón reciclado, sobre una base construida con latas de refresco. Una adaptación casera, pero "con el mismo cariño que las he hecho siempre", explica Antonio.

Las Cruces, una tradición que se impone al coronavirus. Las Cruces, una tradición que se impone al coronavirus.

Las Cruces, una tradición que se impone al coronavirus. / R. Gálvez

Las Cruces son mucho más que una fiesta para este diseñador de interiores que estos días vuelca su creatividad en embellecer su terraza, a la espera de que la dichosa nueva normalidad le permita el regreso a su trabajo. "Es la fiesta de mayo que más me gusta, mucho más que la Feria o los Patios", reconoce Antonio, que encuentra en ella además "una manera de seguir unido a Cardeña". Por eso, a pesar de las limitaciones y de echar en falta a la familia y los amigos, el fin de semana en su casa tiene claro que será "festivo, con música, rebujitos y comida". Con mucho menos bullicio, pero con el mismo espíritu festivo.

Una forma diferente de vivir el arranque del Mayo Festivo, con la esperanza de que en 2021 "se pueda volver a la normalidad y compartir con los seres queridos un fin de semana tan bonito como el de las Cruces". Y es que por mucho que nos haya quitado el coronavirus, hay tradiciones que están por encima de la pandemia.

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