Urbanismo

Bocetos de la otra Córdoba moderna

Vista aérea del Estadio El Arcángel y el recinto ferial a principios de siglo. Vista aérea del Estadio El Arcángel y el recinto ferial a principios de siglo.

Vista aérea del Estadio El Arcángel y el recinto ferial a principios de siglo. / El Día

Escrito por

· F. J. Cantador

Redactor

El último Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Córdoba ha cumplido dos décadas. Un documento que ha cambiado urbanísticamente a la capital y que sigue aún hoy haciéndolo. No obstante, hubo dos planes anteriores, uno en 1958 y el otro en 1986, que junto con el actual han contribuido a diseñar la ciudad moderna que hoy conocemos

Con la entrada del nuevo siglo, la ciudad vivió un proceso de incesante renovación. Tras la aprobación de ese PGOU de 2001, en el entorno al río se fueron generando numerosos equipamientos y propuestas que cambiaron aceleradamente la imagen de la ciudad. Entre estos proyectos destacaban los nuevos puentes realizados, actualmente la ciudad cuenta con seis, que permitieron minimizar los problemas ocasionados por la barrera que suponía el río.

También se crearon nuevos espacios verdes, como los jardines del Balcón del Guadalquivir, proyecto de Juan Navarro Baldeweg, o el Parque de Miraflores de Juan Cuenca, además de nuevos equipamientos de ciudad como el Centro de Arte Contemporáneo de Córdoba (de los arquitectos Nieto y Sobejano). Mientras, el Centro de Congresos de Córdoba (proyecto de Rem Koolhaas) acababa durmiendo el sueño de los justos. Otras actuaciones fueron la recuperación de los molinos, como el de Martos, también obra de Juan Navarro Baldeweg, o el de San Antonio de Juan Cuenca, y la construcción del Museo de Bellas Artes.

No obstante, durante el siglo XXI, también urbanísticamente hablando, en Córdoba se han diseñado otros planes para el desarrollo de la Córdoba moderna, alguno de los cuales han acabado quedándose, como bocetos, en un cajón o reemplazado por otros

Plan Especial Arenal-Fuensanta

Desarrollado en la margen derecha del Guadalquivir en el contacto del mismo como el núcleo urbano aguas arriba, este plan establecía una serie de objetivos encaminados a potenciar este sector de la ciudad. Entre sus objetivos estaban el de modificar el Estadio Polideportivo Municipal para que dejara de ser exclusivamente un estadio de fútbol, incorporando usos lucrativos como hotelero y comercial que hicieran viable la operación a un inversor privado; ampliar el recinto ferial, aumentando su capacidad y destinando una zona para usos dotacionales, especialmente de ocio, incluso un parque de atracciones, con carácter estable; y dotar de aparcamientos a todo el conjunto de estadio, ferial y parque de atracciones.

Además de los de consolidar los usos deportivos en el sector norte (noreste) completándolos con aquellos otros que fueran complementarios y compatibles con la clasificación del suelo, como hotelero, aparcamientos, etcétera; y crear un parque en el resto del ámbito, especialmente en la zona más próxima al río, que pudiendo ser compatible con los cultivos existentes, pudiera incorporar un campo de golf.

Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico (Pepchc)

Fue el documento clave para la salvaguarda del extenso patrimonio de la ciudad. El ámbito del Pepchc coincide con el Conjunto Histórico declarado por la Consejería de la Junta de Andalucía: los recintos amurallados históricos, la Calahorra, el Puente Romano, la Albolafia y los molinos. La superficie protegida por el plan es de 246 hectáreas, lo que convierte al Conjunto Histórico en uno de los mayores de Europa. En 1994 fue declarada Patrimonio de la Humanidad una superficie de 81 hectáreas al suroeste del recinto amurallado, un tercio del total del Conjunto.

El Pepchc incluye un extenso catálogo a proteger urbanísticamente con 119 monumentos y 513 edificios con fichas individualizadas. Además, bajo la figura de “conjunto catalogado” agrupa varios inmuebles, reconociendo entornos urbanos sensibles que requieren una protección ambiental por su interés paisajístico o histórico, afectando a un total de 1.163 parcelas.

En total, sumando monumentos, edificios y conjuntos catalogados, son cerca de 1.800 los inmuebles con algún grado de protección de un total de 4.831 que conforman el Conjunto Histórico. De ellos 55 están declarados Bien de Interés Cultural (BIC). El catalogo recoge otros elementos urbanos singulares como son los restos de lienzos de muralla y las fuentes.

El documento considera también las llamadas Zonas Renovadas o áreas que abarcan fundamentalmente el norte de la Medina y fragmentos del perímetro de la Axerquía, zonas, como su propio nombre indica, muy afectadas por las renovaciones de principio del siglo XX y demoliciones posteriores, en las que prácticamente no existen elementos de interés a conservar, excepto algunos casos puntuales de buena arquitectura. El Pepchc además potencia el uso residencial en el Conjunto Histórico frente a otros usos.

Obras de peatonalización de la calle Cruz Conde. Obras de peatonalización de la calle Cruz Conde.

Obras de peatonalización de la calle Cruz Conde. / El Día

Remodelación del Eje Monumental

Fruto de un concurso internacional convocado por la Junta de Andalucía en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba, del que resultó ganadora la propuesta del arquitecto Juan Cuenca, se procedió a remodelar el último tramo del eje urbano norte-sur de la ciudad, iniciado en la Ronda de Tejares con la calle Cruz Conde reurbanizada por la Gerencia de Urbanismo en 2011, llegando a la Plaza de las Tendillas, centro comercial de la ciudad, y continuando por Jesús María hasta llegar al entorno de la Mezquita. Se remató este eje con la importante actuación en el entorno de la Puerta del Puente, el Puente Romano y la Torre de la Calahorra y la construcción de un nuevo centro de recepción de visitantes.

Los criterios seguidos en la restauración fueron respetuosos con el nivel de protección de los elementos que lo conformaban, sin renunciar a la contemporaneidad, utilizando técnicas y elementos actuales. Este eje pretendía conectar el centro comercial de la ciudad con los nuevos equipamientos que se debían desarrollar en la margen izquierda del Guadalquivir, como el entonces proyectado centro de Congresos de Rem Koolhaas, el Centro de Arte Contemporáneo de Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, y el también proyectado Museo de Bellas Artes, previsto en ese momento junto a la Torre de la Calahorra.

El entonces alcalde preside la presentación del Plan Alcázar-Caballerizas en estas últimas. El entonces alcalde preside la presentación del Plan Alcázar-Caballerizas en estas últimas.

El entonces alcalde preside la presentación del Plan Alcázar-Caballerizas en estas últimas. / El Día

Plan Especial Alcázar-Caballerizas

Era quizás la actuación más importante que planteaba el Pepchc, ya que buscaba poner en valor el conjunto monumental conformado por el Alcázar de los Reyes Cristianos y las Caballerizas Reales, mediante la que debía ser una de las mayores operaciones de puesta en valor del Conjunto Histórico, debido a la gran superficie afectada, a la importancia de los edificios que lo conformaban, a los valores paisajísticos y ambientales, y por desarrollarse en un escenario fundamental para la historia de Córdoba.

Este ámbito fue muy maltratado por el urbanismo, con la apertura de la avenida del Alcázar, la proximidad del Puente de San Rafael y por el trazado de la avenida del Corregidor, que hacían del lugar un espacio con serios problemas de accesibilidad y con una fuerte alteración del paisaje, dando lugar a un espacio residual en el corazón de la ciudad.

El objeto de este plan especial era definir los criterios con los que se debe actuar en uno de los ámbitos con más potencial de la ciudad, incluido dentro de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad, próximo a la Mezquita y al Puente Romano. El plan especificaba que, en este lugar, donde se estableció desde época muy temprana el poder civil y religioso de la ciudad, intentaba ordenar el urbanismos en el entorno de "dos monumentos de primer orden", el Alcázar de los Reyes Cristianos y el edificio de Caballerizas Reales.

Las propuestas iban encaminadas a preservar todos los elementos de interés y evitar futuras actuaciones que "por razones de oportunidad pudieran distorsionar e incluso ocasionar daños irreparables en un ámbito extremadamente vulnerable, evitando en cualquier caso caer en falsos historicismos". Se buscaba devolver al recinto histórico amurallado una imagen similar a la que tenía antes de la construcción de la avenida del Alcázar, a mediados de la década de los años 50, como carretera nacional, resolviendo la travesía de la ciudad y descargando el Puente Romano del importante tráfico que soportaba hasta ese momento desde que se construyó el Puente de San Rafael. Se consideraba imprescindible, "ya que esta vía había dejado de ser estructural, en la ordenación viaria de la ciudad, eliminar su impacto negativo, suprimiéndola para recuperar el recinto amurallado original", relataba el documento.

El recinto amurallado, los edificios de Caballerizas Reales y el Alcázar de los Reyes Cristianos, los distintos lienzos de las murallas tanto de la Huerta del Alcázar como de la Alcazaba almohade, el río Guadalquivir y el gran espacio ajardinado del Alcázar eran los protagonistas incuestionables de este documento.

Para el desarrollo de la propuesta se optó por siete grandes actuaciones divididas en dos grupos, por una parte aquellas que se centraban en conservar, rehabilitar y adaptar las edificaciones existentes, dotándolas de contenido, incluidas las murallas; y por otra, las que buscaban recualificar los espacios libres, tanto interiores al recinto amurallado (Jardín del Alcázar), como exteriores (entorno inmediato del recinto amurallado, espacios exteriores a las edificaciones) de manera que respondieran a un criterio uniforme. 

Se trataba de establecer una continuidad entre espacios construidos y naturales, haciendo permeables los diferentes recintos, mediante la apertura de conexiones históricas actualmente perdidas o cegadas (Puerta de los Sacos, Portillo hacia jardines del Alcázar en Caballerizas, pasadizo entre Caballerizas y Alcázar, Puerta Barroca del Alcázar) o de nueva creación (accesos entre el jardín del Alcázar y el paseo bajo aprovechando fragmentos de muralla destruidos). Además, se estudió la posible apertura de una nueva conexión con el barrio de San Basilio desde la calle Postrera liberando parte de la Torre de las Vírgenes.

Asimismo se pretendía hacer presente al río, para lo que se proponía un acercamiento mediante pasarelas ligeras, algunas de ellas elevadas que partiendo desde el jardín del Alcázar, de bajo impacto, se adentraran en los Sotos de la Albolafia con un carácter lúdico. Se buscaba la aproximación al agua, y la creación de nuevos miradores y observatorios.

El interior del jardín del Alcázar debía extenderse hasta ocupar el que fue recinto de la huerta del monumento, respetando los elementos paisajísticos que han pasado a formar parte del imaginario de la ciudad, en concreto los grupos de estanques generados en la ordenación realizada en la segunda mitad del siglo XX, dando lugar a un gran equipamiento, de primer orden, en el Centro Histórico.

En el plan se insistía en que "los dos grandes edificios, el Alcázar y Caballerizas, poseen cualidades, no solo monumentales e históricas, sino espaciales, que los convierten en privilegiados contenedores de usos que difícilmente pueden tener cabida en otros lugares de la ciudad, como ocurre con la planta alta de la nave norte de Caballerizas Reales".

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