Córdoba

Consejos de una dermatóloga para el cuidado de la piel en invierno

  • Una especialista del Hospital Quirónsalud recomienda una hidratación diaria y evitar lavar excesivamente las manos

La dermatóloga Carmen Alcántara.

La dermatóloga Carmen Alcántara.

El descenso de la temperatura y el efecto del viento pueden provocar en la piel cambios que pueden resentirla, causando sequedad y deshidratación, y en algunos casos, malestar, picor, tirantez e incluso agravamiento de dermatosis preexistentes como la dermatitis atópica, seborreica, rosácea y psoriasis.

Por ello resulta imprescindible mantener cuidados regulares y adaptados a esta época del año, según indica la dermatóloga del Hospital Quirónsalud CórdobaCarmen Alcántara.

La doctora explica que con el frío, la secreción grasa de nuestra piel disminuye y esto aumenta su pérdida de agua, por lo que “es importante hidratarla cada día con emolientes adecuados, que se adapten no solo a cada tipo de piel, sino a cada zona del cuerpo, con el fin de reparar su manto hidrolipídico”.

En este sentido, destaca que se debe prestar atención a dos de las zonas que resultan más perjudicadas en invierno, los labios y las manos. Es importante el uso de guantes, evitar lavar excesivamente las manos, y si por motivos laborales es preciso hacerlo, aplicar cremas barrera tras cada lavado. Por otro lado, sería adecuado nutrir varias veces al día nuestros labios con bálsamos para evitar sequedad y grietas.

La especialista señalado que es recomendable evitar los cambios bruscos de temperatura, ya que aumentan el riesgo de rojeces sobre todo en las mejillas, que pueden llegar a hacerse permanentes cuando aparecen capilares dilatados o arañas vasculares. Por tanto, “hay que ser muy prudentes con la calefacción y el agua de la ducha tampoco debería ser ni muy caliente ni muy fría”, apunta.

Aunque en invierno la intensidad de la radiación solar es menor, la doctora resalta que no debemos bajar la guardia en cuanto a la fotoprotección, pues "es bien conocido que el efecto del sol en la piel produce un daño acumulativo".

Además, superficies como la nieve, al actuar como un espejo, reflejan la luz incluso más que la arena y el agua, en concreto un 80% la nieve, frente a un 10% el agua y un 25% la arena.

Por último, ante cualquier duda o síntoma que no ceda solo con hidratación, Alcántara es recomendable la valoración por parte de un dermatólogo, "que puede ayudar en la elección de los activos y tratamientos más adecuados en función de cada tipo de piel y paciente".

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