La Gloria de San Agustín

Castañas

  • Yo siempre las he relacionado con otro tiempo, más fresco, y no con el de ahora, con tela de calor

Puesto de castañas en Córdoba.

Puesto de castañas en Córdoba. / Juan Ayala

Yo sé que ya es el tiempo, lo sé, pero también sé que no hace tiempo, porque esta semana hemos vuelto a tener tela de calor, pero tela, que el martes y el miércoles apretó de lo lindo. La cosa, hoy, va de castañas, que yo siempre he relacionado con otro tiempo, más fresco, y no con el de ahora, pero es que las cosas están cambiando, lo queramos o no, que la cosa es así.

Si tuviera que decir las castañas más ricas que me he comido en mi vida, diría las que me comía en las puertas del Arcángel antiguo, en esos tostaderos con forma de tren, y que estaban pintados de blanco y verde, los domingos de fútbol. Recuerdo esas castañas como si me las acabara de comer ahora mismo, y puede ser que no estuvieran tan buenas, y que fuera por el ambiente, por lo bien que lo pasaba, porque estaba a punto de ver a mi equipo otra vez, o lo que fuera, la cosa es que a mí me sabían a auténtica gloria, lo que yo les diga. Pero también recuerdo esas castañas tan ricas con fresco y hasta con frío, que se agradecía tener las manos calientes mientras se estaban comiendo, que eso es así. Porque ya no es como antes, queramos o no.

Recuerdo la boda de mi hermana, que fue por estos días, no voy a decir los años, pero muchos, y vaya tela el frío que pasamos, pero tela de frío. Y eso que íbamos con nuestras chaquetas y nuestras cosas, pero ni por esas. Vaya frío, como nunca he pasado. Y ya quisiéramos ahora pasar un poco de frío, y menos mal que por las noches refresca y podemos dormir medio bien, pero que al mediodía todavía seguimos sudando como en julio, y bien sabe que no estoy exagerando.

Esta semana también he leído en mi Día lo del río, que como han cerrado las compuertas de los pantanos apenas tiene ya agua, que acabará siendo un charquito a este paso. Seguro que lo volvemos a ver a tope, con los ojos ciegos por el agua, pero para eso todavía nos queda un rato, espero que no sea demasiado largo. Pero largo se me haría a mí el paseo que van a hacer por el cementerio, que cuando hay gustos como colores no me quedo atrás ni exagero un pelo. Hay a quien le gusta eso, y tan respetable, pero que conmigo no cuenten, y menos pagando, que a miedo no hay quien me gane.

Y hablando de ganar, no pasa nada porque hayamos perdido una vez, que sabíamos que iba a pasar y ya está, que hasta los más sanos pasan por una gripe, y tan tranquilos, dos pastillas y leche con miel y para adelante, que seguro eso es lo que va a hacer nuestro Córdoba. En fin, que ya estamos cerca de San Rafael y espero que esto baje un poquito, que a este paso acabamos haciendo salmorejos en vez de peroles, y tampoco ese es el plan. Digo yo.

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