El colectivo Café Feminista, que llevó a cabo durante la pasada edición de la Feria de Nuestra Señora de la Salud, la iniciativa de los Brazaletes morados, registró cerca de 50 agresiones machistas durante la celebración de la misma, arrojando un resultado similar al informe del año anterior.

Así lo indicó ayer Café Feminista, destacando como novedad la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba, hecho que ha suscitado "complicaciones" que se recogen en el informe.

"Casi 50 agresiones se han contabilizado por el grupo de voluntarias que este año ha conformado el conjunto de Brazaletes morados", señaló el colectivo, que detalló que en el documento que se ha elaborado al respecto se pueden leer pormenorizados diferentes tipos de acoso y agresiones sexuales, donde el incidente de mayor gravedad fue "un intento de violación", apuntaron las fuentes de Café Feminista.

También se contó este año con los llamados puntos morados, sumando una caseta más al total de estos, y siendo un "punto de polémica recogido por los Cafés Feministas al haberse gestionado por parte del Ayuntamiento un protocolo para que las casetas se adhirieran y generando con ello confusión". Para concluir, el colectivo pidió al Consistorio que intervenga "de una forma diferente en próximos años", pues es "necesario que haya implicación por parte del Ayuntamiento y de la sociedad en este tipo de cuestiones, pero ha de hacerse con el rigor, diálogo, seriedad y tiempo necesario para llevarlo a cabo". "De otro modo se entorpece el fin de la campaña así como el trabajo de las voluntarias que sí hicieron sus deberes a tiempo", apostillaron desde Café Feminista. Antes de la última cita del Mayo Festivo, la portavoz de Café Feminista, Luz Marina Dorado, insistió en que la Feria "no es un lugar donde muchas mujeres se sientan seguras". Medio centenar de mujeres se unieron a esta iniciativa, además de cuatro casetas colaboradoras que eran puntos fijos de apoyo: Aspa, la caseta de Juan XXIII, la del PCA-Rincón Cubano y La Libertaria-CNT.

El Ayuntamiento también se propuso que la última edición de la Feria de Nuestra Señora de la Salud fuera no sexista y sin agresiones machistas. Para ello realizó una campaña a la que se sumaron la mayoría de las casetas con un protocolo de actuación en el caso de que se comprobara que en las mismas se cometían abusos, ataques sexistas o se usaba a la mujer como reclamo publicitario.