Entrevista al presidente de Aucorsa y delegado de Accesibilidad

Bernardo Jordano: "Llegará un punto donde la Delegación de Accesibilidad sobre, y será una buena noticia"

Bernardo Jordano posa en uno de los nuevos autobuses de Aucorsa.

Bernardo Jordano posa en uno de los nuevos autobuses de Aucorsa. / F. M.

Bernardo Jordano nació en Córdoba, es abogado, experto en Derecho Mercantil y fue presidente de la Fundación Miaoquehago, que fundó junto a su esposa. Repite como delegado de Inclusión y accesibilidad del gobierno de José María Bellido al frente del Ayuntamiento de Córdoba y suma una responsabilidad más: la presidencia de Aucorsa y la delegación de Movilidad. En sus manos tiene continuar convirtiendo la ciudad en una más accesible, definir la Zona de Bajas Emisiones o la renovación total de la flota de autobuses de la ciudad. 

-Repite en Inclusión pero agrega una responsabilidad más, Movilidad... ¿Cómo valora lo que va de mandato?

-Yo estoy acostumbrado a cambiar el chip con cierta facilidad, uno se acostumbra, se hace sus ideas y su composición, pero si toca cambiar se asume rápido, somos profesionales y pensamos en prestar un servicio público donde nos toque. Estoy muy satisfecho con lo vivido en los cuatro años, ya no tienes esa sensación de ser un becario o un recién llegado a esto, ya tienes otro sentido de la responsabilidad que te obliga a ser más eficiente. Yo me ilusiono con mucha facilidad, se me notó mucho en Inclusión y espero que se me note en Movilidad ahora. Estoy echándole mucha imaginación a lo que tenemos por delante, sé que se pueden hacer muchas cosas, tienes las tareas de mantenimiento, del día a día de la movilidad en una ciudad como Córdoba, ni grande ni pequeña, pero con una periferia muy complicada, y tienes el reto de adaptarla a muchos recursos y soluciones que ya hay en otras ciudades y que creo que se pueden traer aquí fácilmente.

-¿Cómo está la salud de Aucorsa?

-Hay que tener en cuenta que somos de las pocas capitales de ciudad que asumen directamente este servicio público. Una empresa pública, de por sí, financieramente es complicada de sacar adelante y aquí se decide que se tiene que asumir como una gestión directa. Yo que estaba acostumbrado a ver la parte financiera de las empresas, tengo que abstraerme de eso, porque me generaría una ansiedad importante. Llegué cuando se estaba saliendo del túnel de la pandemia, que hizo un daño enorme a las empresas de transporte público. Aquí se está saliendo bastante bien, recuperando los datos, no solo de antes de la pandemia, sino que ya estamos por encima. El horizonte es bueno.

-Está en proceso la renovación de la flota, ¿Cuándo podremos decir que Aucorsa no contamina?

-La mitad de la flota toca renovarla y necesitamos el músculo financiero del Ayuntamiento, eso es así y se hará. Estamos viendo bajo qué instrumento se va a llevar a cabo, pero esa renovación de flota va a ser la gran noticia de este mandato. Hay unos 50 vehículos que son de combustión, el resto ya son híbridos de gas, yo aspiro a que en cinco o seis años estén fuera todos los de combustión. Pero nosotros no tenemos músculo para aguantar esa renovación, dependemos del Ayuntamiento y tenemos que aspirar a unos diez vehículos por año, pensando en que los que están van adquiriendo antigüedad y añadiendo presión.

-¿Cuánto cuesta cada autobús de estas características?

-Si nos fuésemos a coches eléctricos viene a costar 800.000 euros cada uno, con 300.000 tenemos un híbrido de gas, que no llega a ser cero emisiones, pero sí es de bajas emisiones y bastante razonable. Se hizo una inversión importante para una gasinera para los híbridos que todavía tiene que dar más de sí. El rodaje que tienen los coches eléctricos creo que es corto, todavía ofrecen dudas sobre mantenimiento, costes y tiene margen de mejora, y por lo que vale uno casi tenemos tres híbridos, podemos ir más rápido en esa renovación. Tenemos que velar por el equilibrio financiero pero sin perder el ritmo. Eso seguramente redunde también en reforzar ese atractivo que tiene este servicio público para mucha gente en Córdoba. Son muchos viajeros al cabo del día, si seguimos mejorando esa calidad seguramente atraigamos a alguien más, sobre todo el publico que empieza a moverse con autonomía, de institutos, colegios, en esa edad que valoran poder moverse de una punta a otra de la ciudad con libertad.

"Yo no recuerdo, ni antes de entrar en política, grandes referencias negativas de un servicio como el de Aucorsa"

-Por curiosidad... ¿Qué se hace con los autobuses que quedan fuera de flota?

-A veces se revenden, hay quienes lo pueden aprovechar, otras ciudades, otros países y si no, al desguace o queda para el recambio de piezas para los que están en funcionamiento. Algunos no se compran de fábrica, sino de segunda mano, su vida útil son muchos kilómetros.

-Las líneas también suelen revisarse... ¿Cómo están las rutas de Aucorsa ahora?

-Toca darle una pensada al sistema de líneas, a ver si es la más eficiente y la más lógica para la ciudad, esa será otra de las grandes novedades, seguro habrá un cambio. Estamos pendientes de tomarle el pulso a los viajeros, a lo que nos reportan los órganos de participación y tomamos nota. Este tipo de cambios no se hacen de la noche a la mañana, todo está muy medido, muy calculado, sabemos la gente que sube y baja en cada parada, lo que soporta y puede absorber cada línea y toca ver si se puede mejorar ese sistema.

-¿Hay alguna idea en concreto?

-Hay una idea que nos gusta, la de implementar un sistema circular de varias grandes líneas complementado con sistemas radiales de líneas pequeñas que vayan al centro, por no castigar más esa zona.

-¿Cómo están las cuentas de la empresa?

-De un presupuesto de unos 33 millones de euros nosotros somos capaces de generar unos 11 o 12 millones, va subiendo porque hay más viajeros, pero hay una bonificación del 50% ahora mismo del billete, que afecta directamente a los ingresos por viajero. Eso tiene que pagarlo alguien. Ahora el 30% lo pone el Gobierno central y el gobierno local el otro 20%. Nosotros solo somos capaces de generar una tercera parte de lo que consumimos en recursos. La gestión del transporte público en una ciudad como Granada la lleva una empresa privada, con el control público, pero es otro modelo y nadie lo discute a estas alturas, está consolidado, en Zaragoza es igual y funciona muy bien allí.

-¿Se ha planteado la idea de privatizar el servicio en Córdoba?

-Aquí se apuesta por el modelo de gestión publica, con una plantilla considerable y proyectos de renovación de flota y no hay visos de cambiar eso, así funciona. Yo no recuerdo, ni antes de entrar en política, grandes referencias negativas o quejas de un servicio como el de Aucorsa. Tenemos la responsabilidad de mantenerlo y de mejorarlo.

-Entiendo que no tendrá todavía noticias de cómo se va a aplicar el bono de gratuidad que anunció Pedro Sánchez en la investidura...

-Tiene que llevarlo de la teoría a la práctica, a nosotros ya nos genera mucha tensión seguirle el ritmo al bono del 50%, estábamos dispuestos a seguir así, pero a ver cómo nos plantean ese 100%, porque de todas las veces que se ha hablado, en distintos escenarios locales o autonómicos, nadie lo lleva a la práctica. Estamos esperando a conocer más detalles.

El concejal, en uno de los despachos de la sede de Aucorsa. El concejal, en uno de los despachos de la sede de Aucorsa.

El concejal, en uno de los despachos de la sede de Aucorsa. / F. M.

-Aparte de la flota y las líneas, ¿Qué otros proyectos hay en cartera?

-Presentamos ya esta semana la nueva aplicación y estamos en pleno cambio del sistema de pago, aquí no se puede pagar con tarjeta de crédito, puede parecer algo fácil, pero no es tan fácil como poner un datáfono, requiere un sistema que Málaga lleva apenas dos años implementando y Sevilla uno y todavía les queda camino. Nosotros llevamos varios meses y nos queda bastante por delante para implementar el pago con tarjeta. 

-¿Cómo va la redacción del proyecto de Zona de Bajas Emisiones?

-En breve tendremos noticias. Esa iniciativa se pensó para ciudades que no tuvieran un sistema de circulación restringida, que sí teníamos nosotros, que es la zona Acire, con ella ya teníamos controlados algunos de esos objetivos. Hay ciudades donde la ZBE permite pasar vehículos de tres categorías: CERO, ECO y etiqueta C. En datos de 2021 en Córdoba teníamos unos 600 vehículos eléctricos, 5.000 ECO, y 55.000 de etiqueta C, si a eso le sumamos los que ya podían transitar en ese espacio, no es lo idóneo, entonces se restringió aquí y se puso solo a ECO y CERO, ya veremos si restringimos un poquito más. La calidad del aire se puede trabajar con otros métodos que estamos valorando, estamos viendo qué nos dice la empresa encargada y sobre eso valoraremos unas actuaciones u otras.

-¿Se instalarán más cámaras o controles?

-Habrá novedades, pero facilita mucho tener una zona como la Acire. Hay que pensar y utilizar otra perspectiva más amplia: ¿por qué quedarnos tan cortos con una zona de la ciudad? si creemos de verdad en ese cambio a una movilidad eléctrica, a lo mejor tenemos que tener más guiños por la ciudad para potenciar el uso de esos vehículos. Hay un problema: no hay más coches porque no hay infraestructura y no hay infraestructura porque no hay más coches. Eso se cambiará. Espero que antes del verano podamos licitar un sistema que nos ayude a poner puntos de recarga en todo el mapa, ya veremos cuántos, entre 50 y 100 seguro. Sevilla se anticipó con 350 puntos, esa referencia es valiosa. A lo mejor conseguimos un modelo de ciudad más atractivo para esos usuarios y con el tiempo no tendrá tanto sentido la Zona de Bajas Emisiones, porque se convierta toda la ciudad en una. 

-¿Y se plantea algún otro barrio para una ZBE?

-No, se está trabajando sobre la base de la Acire y el Casco, y si acaso se juega con los límites. Yo, porque no termino de entender el hacerlo coincidir con la zona Acire, no sé si es un acierto, hasta la pondría más reducida todavía y sobre esa zona hacer todos los experimentos que queramos, pero tendremos que escuchar a todas las partes, que nos digan si tiene sentido lo que hacemos, hay más voces que escuchar y prácticas a tomar en cuenta. 

La accesibilidad

-En materia de accesibilidad parece que hubo un gran avance en el mandato anterior ¿Cómo está Córdoba en este aspecto?

-Yo tengo una hija con discapacidad al 100% y eso lo tengo en casa todos los días, los fallos del sistema los detectaba antes y los sigo detectando ahora. Falta muchísimo. Lo único que hemos hecho es empezar a ponernos las pilas con algo en lo que ya íbamos bastante tarde: faltaban muchas cosas y siguen faltando.  Estamos cogiendo una velocidad de crucero interesante y es lo que está llamando la atención fuera de Córdoba. Antes se hacía, pero a lo mejor de forma inadecuada, porque cuesta mucho entender el mundo de la discapacidad. Tradicionalmente se tendía solo a trabajar las barreras arquitectónicas y el espectro de perfiles es amplísimo, estamos hablando de 4 millones de personas en España y sus familias, en Córdoba unos 25.000, son muchos y muy diversos, el abanico es interminable y no se trabajaba de forma eficaz en todos esos perfiles.

"Si los padres de niños y adultos con discapacidad no tuvieran que explicar porqué hacen lo que hacen, la ciudad funcionaría mejor"

-¿Qué ha quedado pendiente?

-Hemos puesto en marcha recursos de todo tipo para discapacidades auditivas, sensoriales, visuales, orgánicas... el colectivo de personas ostomizadas no tenían nada, ningún recurso, solo piden una estación de baños públicos porque lo hacían de rodillas, eso no puede ser así. Antes solo había dos baños y ahora vamos por cinco o seis y vienen dos más en camino para 5.000 personas afectadas que hay en la provincia. Los recursos para personas con problemas cognitivos, desde un autismo o discapacidad intelectual, hojas de apoyo con pictogramas, que se va a implementar ahora en hostelería, o todos los bucles magnéticos en los espacios de atención al público, una cosa que estaba inventada en los años 80 o el espectáculo de luz y sonido de Cruz Conde, mobiliario urbano donde se encaja una silla de ruedas en El Patriarca, el museo Julio Romero de Torres, el IMAE con una oferta de teatro accesible, eso no estaba antes, no estábamos acostumbrados a verlo y no cuesta nada hacerlo, no consume los mismos recursos que arreglar una calle. Estamos muy contentos porque todas las delegaciones han captado la idea y de eso sí estoy muy orgulloso, no tenemos esa sensación de molestar con nuestro tema, ellos entienden que es una cosa que se tiene que hacer, o se hace para todos, o no vale.

-Esa gestión le ha valido varios reconocimientos...

-Vamos a terminar el año con nueve reconocimientos en total, todos ellos internacionales. Todo eso es el ruido de desmarcarse del pelotón, en muchos casos solo estamos cumpliendo la normativa y en otros estamos echando mucha imaginación, equilibrando unas personas con otras y a mi me sonroja a veces tener que reconocer eso. Son muchas horas de trabajo y los reconocimientos nos dicen que tiene sentido que tiremos por ahí, pero que al final estamos aplicando una cosa de dignidad y de justicia para una parte de la población que parece que lo están suplicando. Si haces un servicio público, tienes que hacerlo para todos y el que no lo entienda a estas alturas, yo no pierdo medio minuto en explicárselo. Llegará un punto donde la Delegación de Accesibilidad sobre, y será una buena noticia.

-¿Córdoba podrá ser 100% inclusiva?

-Inclusiva sí, porque se impliquen todas las personas. Tenerlos a ellos en tus planes es inclusión y ponérselo fácil es accesibilidad. Si los padres de niños y adultos con discapacidad no tuvieran que explicar porqué hacen lo que hacen la ciudad funcionaría mejor, no tienes que pelearte por una plaza de aparcamiento, por entrar por la misma entrada principal que entran todos, cosas tan lógicas que da hasta rabia explicarlo. Inclusiva puede serlo, a pesar de que costaría mucho trabajo. En el sector privado encontramos iniciativas muy buenas, se va perdiendo el miedo de tratar con esos perfiles y es super gratificante. Queda mucho por hacer, pero se puede conseguir y estamos muy ilusionados con eso, porque no esperábamos ir a este ritmo.

-¿Cómo se encuentra la instalación de ascensores?

-Eso lo lleva Vimcorsa de la mano de la Junta de Andalucía y las referencias que tenemos son positivas. Estamos hablando de unos barrios en los que ahora están aflorando los problemas, hace 60 años el perfil habitual era una familia joven, ahora empiezan a necesitar esos recursos. Ciudad Jardín, Santa Rosa y Fuensanta están sufriendo eso, pero lo bueno de las normas de accesibilidad que están por encima, te permiten ser más flexibles, como invadir vía pública para poner un recurso, porque la accesibilidad siempre está por delante, en ocasiones los ascensores ocupan la vía pública. En la parte financiera ambas administraciones están haciendo un esfuerzo y es importante que se siga ese ritmo y que nunca sea una cuestión de dinero porque hay familias que tienen algún miembro totalmente secuestrado en su vivienda.

-¿De qué se siente más orgulloso?

-Viniendo de lo privado he chocado mucho con la manera de trabajar, pero me he quitado ideas preconcebidas. En el sector público he encontrado gente buenísima y gente malísima, la buena compensa por mucho a la mala. La buena me ha dado tantos buenos ratos que me he impresionado y me ha chocado con la mala imagen que se tiene del servicio público. Aquí hay gente muy válida y muy comprometida, que se lleva trabajo a casa y no mira el reloj. La imagen típica del funcionario que se le cae el boli al llegar la hora no es así y no es justa. Lo que hemos imaginado se ha llevado a la práctica por gente que se lo cree, que lo disfruta y la facilidad con la que el mensaje de la discapacidad ha calado ha sido muy gratificante. Fue un acierto separar Inclusión de Servicios Sociales y por eso se nos tachó de delegación florero, pero el florero está quedando precioso.

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