Ángeles Mellado | Pregonera del Carnaval de Córdoba 2024

"La televisión es un altavoz para todo eso que no se puede decir el resto del año y en Carnaval sí"

Ángeles Mellado, pregonera del Carnaval 2024.

Ángeles Mellado, pregonera del Carnaval 2024. / Juan Ayala

El próximo 10 de febrero, la voz de Ángeles Mellado (Madrid, 1980) abrirá paso al Carnaval en la calle. La directora del canal PTV Córdoba volcará sobre las tablas del Gran Teatro (19:30) todas sus vivencias en los más de 20 años que lleva subiéndose al escenario, de febrero en febrero, aunque nunca haya sido para cantar con una agrupación, y duda que lo haga alguna vez. "No será un pregón al uso", confiesa. 

-¿Cuál es su relación con el Carnaval?

-Mi relación con el Carnaval llega a través de la televisión. Si el concurso de agrupaciones (COAC) lleva 41 años, nosotros podemos llevar treinta y tantos retransmitiéndolo. Y cuando yo comencé a trabajar aquí, hace 22 años, me tocó presentar la final del concurso, sin tener ni idea de lo que era ni una chirigota, ni una comparsa. Ese año (2002) la presenté como pude, junto a Juan Domínguez, Patato, que me ayudó muchísimo, y recuerdo que me llovieron palos por todos lados. Fue un desastre, pero cuando no sabes de algo es lógico que metas la pata. Al año siguiente me encargaron todo el Carnaval y entonces me preocupé de recorrerme ensayos, me interesé en saber lo que era un cuplé, un pasodoble, las diferencias entre las chirigotas, los cuartetos, las comparsas… Y así poquito a poco he ido haciéndome un hueco. La verdad es que el primer año que yo viví aquello me impresionó bastante: le cogí mucho cariño y mucho respeto, porque creo que es una obra de arte. 

-¿Entonces no le viene la afición de forma heredada?

-En mi caso, no. A mi padre le gustaba el Carnaval de Cádiz, y a lo mejor se quedaba la noche de la final del Falla a verlo, pero tampoco le hacía yo mucho caso. ¿Afición en mi casa o en mi familia? Nada de nada. 

-Cuando le propusieron esto de pregonar el Carnaval, ¿le costó mucho pensárselo?

-Lo pensé un par de días. Me llamó Alfonso González (presidente de la Asociación Carnavalesca Cordobesa) a finales de agosto, y me pilló por sorpresa. Para mí es un halago que se acordaran de mí, y me hizo mucha ilusión, pero a la vez me dio mucho miedo porque el pregón es un momento muy importante. Aunque para el resto de la ciudad que no conoce el mundo del Carnaval pueda ser una tontería, para los que estamos dentro significa ser la voz que abre el Carnaval en la calle, la que da paso a que la ciudad participe en una tradición y una cultura. Lo pensé unos días y lo consulté en casa, y mi marido fue el primero que me dijo que no desaprovechara la oportunidad, que lo iba disfrutar mucho y que es un recuerdo para toda la vida. Ahora, cuando me encuentro con todo el mundo y me preguntan por el pregón siento una responsabilidad y una presión increíble, sobre todo por si estoy a la altura de lo que la gente está esperando, pero yo creo que merece la pena. 

-¿Qué da más miedo presentar la final del concurso en el Gran Teatro o dar el pregón?

-Las dos cosas imponen, pero es verdad que finales del Carnaval ya he presentado muchas. El pregón es la primera vez; además, no he hecho ninguno antes, y sí tengo más responsabilidad de cumplir las expectativas. En la final del Carnaval, los que tienen que dar el callo son las agrupaciones y como presentadora no eres protagonista de nada, pero en el pregón sí y da más respeto. 

"Soy una mera transmisora de lo que se vive en febrero"

-Dijo que no iba a ser un pregón al uso. ¿En qué sentido?

-Bueno, me refiero a que yo no pertenezco a ninguna agrupación, ni canto para ninguna agrupación, entonces nadie se puede esperar que yo haga lo que ha hecho Pepín Carrillo, que es un maestro absoluto con muchas agrupaciones y letras a sus espaldas. Yo no puedo mostrar eso, entonces tiene que ser diferente. Cada persona elige su formato para hacer su pregón. Aquí también tuvimos a un maestro como Juan Carlos Aragón haciendo el pregón, que se subió al escenario con su guitarra y prácticamente tenía a todo el público ganado: cualquier cosa que saliera por su boca era el evangelio del Carnaval. En mi caso he elegido un formato muy mío. Yo suelo decir que soy poco protocolaria, aunque lleve muchos años subiéndome a las tablas y todavía, antes de salir por primera vez, me santiguo. 

-Y, ¿qué nos puede avanzar del pregón?

-Tendré mis guiños. Se puede decir que el hilo conductor soy yo misma, como mera espectadora que a su vez transmite y comenta lo que está viviendo en primera persona. Al final, yo soy una mera transmisora de lo que se vive en febrero. Y también habrá un principio y un final importante, dedicado a un sector del que yo forma parte y tiene un peso muy importante en el Carnaval y yo creo que se lo debe, y he querido reconocer ese peso.

-¿Cuál es la relación entre la televisión y el Carnaval?

-Nosotros somos un canal local y, como ello, estamos para mostrar lo que ocurre en la ciudad. Hay mucha gente que no puede salir de su casa o que están enfermos y creo que nuestra obligación es ser esa ventana. El Carnaval es una fiesta como la Semana Santa, la Feria o Los Patios. Si mostramos todo eso, por qué no vamos a mostrar el Carnaval. Es tradición, es cultura, una gran parte de la sociedad participa de él, le gusta y nosotros tenemos que estar ahí. Y como medio de comunicación hemos aportado nuestro granito de arena llevando a todos los rincones de Córdoba y provincia, incluso fuera a través de las redes sociales, lo que ocurre en el concurso, en el pregón, la cabalgata, la fiesta de mayores... Intentamos ser un altavoz para que quien aún no se haya enterado de que Córdoba tiene Carnaval sepa que sí lo tiene, que tiene un Carnaval que lo necesita porque al final es un reflejo de la sociedad y un altavoz para todo eso que no se puede decir el resto del año y que en Carnaval sí.

-¿Ha crecido el Carnaval de la mano de las retransmisiones?

-Eso no lo sé. Yo creo que el carnaval crece y tiene la oportunidad de seguir creciendo, pero no solo por los medios de comunicación, que somos una muleta más que tienen para apoyarse y verbalizar todo lo que significa el carnaval. Yo creo que que la asociación, los carnavaleros y las propias autoridades tienen que concienciarse de que tienen aquí un producto con un valor, al que hay que darle su espacio y deben abrirlo para que se participe de él y que llegue a todos los rincones. Incluso creo que es una oportunidad para todo el mundo y sería un apoyo para Córdoba en un mes en el que no prima el turismo. En Cádiz está masificado, los precios son más elevados y por qué no apoyar a que ese carnaval tan nuestro, que lo vean y lo conozcan en otros lugares, y puedan venir al concurso, a la Salmorejá…

-¿Cómo son las semanas de realización televisiva del Carnaval? 

-Ponemos toda la carne en el asador y necesitamos de todo el equipo para poder llevarlo a cabo. Habrá a quien le guste más y a quien le guste menos, pero tengo que darles las gracias a todos porque se vuelcan con el Carnaval. Se termina muy tarde, salimos del teatro a las 01:30 y al día siguiente tienes que volver, pero intentamos imprimirle ese cariño y esas ganas para mostrar lo que ocurre.

-¿Cómo ha cambiado el Carnaval desde aquella final de 2002?

-Ha habido muchos cambios. También es verdad que veníamos de una época en la que aquellos carnavaleros, que empezaron e hicieron que el Carnaval cogiera su peso en Córdoba, arrastraban mucha gente, incluso se hacían colas en las taquillas del Gran Teatro el día de antes para conseguir un abono o entradas. Eso ya no se ve, pero también es cierto que ahora se pueden comprar las entradas por internet. En ese sentido, es verdad que el público nos hemos vuelto más cómodos: vamos un día, vemos la agrupación que nos gusta y nos salimos. Quizás la juventud ha marcado por otros derroteros, aunque creo que ha sido así con todo en general: también nos comprábamos los discos y cassettes hasta en las gasolineras, y ahora nos descargamos las plataformas. Respecto al concurso sí ha crecido en calidad, en la puesta en escena, en cuidar hasta el más mínimo detalle, hay agrupaciones muy ingeniosas para poner su repertorio en el escenario. Ha subido de nivel, tenemos unos autores fantásticos y grandes voces. Todo eso se puede ver, quizás lo único que nos hace falta es creérnoslo. 

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