Andaluzas 22M

Con un pie en las autonómicas y el otro en las municipales

  • Los alcaldes socialistas se suben a la 'ola susanista' para construir la remontada de mayo.

Susana Díaz no se distrae. Se quedará afónica, pero no callada. El viernes cumplió con su secretario general y el fin de semana ha recuperado el tono regionalista de la campaña con un pie en las autonómicas de marzo y otro en las municipales de mayo. Su marca hay que amortizarla y no hay plaza en la que no se dé cancha a los candidatos socialistas a las alcaldías y a los secretarios provinciales. Los teloneros tienen la lección más que aprendida: el "voto útil por el cambio" que reclama el PP tiene para ellos nombre de mujer: Susana Díaz. Los socialistas llevan 33 años gobernando Andalucía y el #YoConSusana ha conseguido situarse como cartel de lo nuevo. Los alcaldes vuelven a defender los valores y principios del socialismo y se suben a la ola susanista para construir la remontada de mayo. 

 

Si en la campaña de hace tres años Griñán ejerció de último mohicano -era el único que realmente pensaba que tenía una oportunidad-, ahora todos reivindican el pasado, el presente y el futuro del puño y la rosa. La corrupción y tú más que tanta desesperación y hastío ha generado en la sociedad española ha desaparecido de la contienda. Hace tres años la gente se "escondía" de la caravana presidencial; ahora aplauden la bajada de la candidata como si un nuevo Armstrong pisara la Luna. De Huelva a Almería, los socialistas ven el momento de "empatía" de la actual candidata a la reelección con el Felipe González de la mayoría absoluta del 82. Y lo dicen abiertamente: "Vamos a ganar por ti, Susana", "Susana, solos no podemos", "Vamos a ganar... con Susana". Entonces se trataba de "resistir" a la ola azul de la derecha, ahora la ola es verde y lleva en su cola la palabra "esperanza".

 

El #YoConSusana está tan de moda en la campaña del 22-M como lo estuvo Podemos en las europeas. En la recta final electoral, cada día que pasa, el PSOE-A está más convencido de que la "mayoría amplia" que reclama Susana para gobernar sin deberse a nadie, pactando sólo con los andaluces, es más que posible. No se refleja en las encuestas públicas pero sí en las internas que maneja el partido. 

 

De la gestión del PSOE al frente de la Junta de Andalucía sólo ha quedado 'vivo' Rafael Escuredo. No hay ni un solo acto en el que la candidata socialista no asemeje el momento "histórico" del próximo 22-M con aquel el 28-F de 1980 que convirtió nuestra región en una autonomía de primera y permitió que empezara a edificarse la transformación que ella quiere terminar ahora. Se especula mucho sobre la 'controlada' presencia de Pedro Sánchez en la campaña, pero la estrategia va más allá de la tibia relación entre los dos dirigentes. En las europeas hasta sacaron del armario a Felipe González y, a tenor de la intensa (y polémica) actividad que está teniendo Zapatero en el extranjero, no parece descabellado intuir que se hubiera sumado gustoso a la campaña andaluza al igual que cualquiera de los ausentes 'barones' socialistas.

 

Hay ganas e ilusión, pero no se baja la guardia. Frente al PP de los recortes, el guardián de los "privilegiados" y de quienes "han hecho negocio con la crisis a costa de los más débiles", el PSOE saca pecho como el defensor de las clases medias "empobrecidas", de los trabajadores que cada vez "curran más por menos", de los abuelos "explotados" a los que les estamos exigiendo que levanten "otra vez" el país, de las mujeres discriminadas, de los jóvenes sin oportunidades. El partido de la gente "normal".

 

Susana Díaz es el "liderazgo consolidado" al que este domingo se refería Felipe González en una entrevista y representa también la "prudencia" que, sin nombrarla, podríamos ver reflejada en las palabras de aquel Escuredo que por sorpresa se sumó en marzo de 2012 a la campaña de Griñán y, con un tono más alto de la cuenta, vaticinó lo que ocurriría la noche electoral: "Son tan gilipollas que van sobrados". El PP de Javier Arenas tenía la mayoría absoluta en las manos y pocos, poquísimos, creían en un Griñán capaz de remontar el partido.

 

Si el pueblo andaluz es tan "sabio" como son los refranes y se cumple lo que la candidata socialista advierte en todos sus mítines, el próximo domingo el PP recogerá en las urnas la "derrota de Rajoy" y una "gran victoria de Andalucía". Es la corta historia de "amor del PP con Andalucía" que el sábado pronosticó en Jaén y que Díaz achaca a la "mala conciencia" de los 'populares' por no haber cumplido sus compromisos, porque no han hecho "lo que tenían que hacer" y porque sólo han ofrecido a Andalucía "dolor y sufrimiento". 

 

La candidata a la reelección endureció ayer su discurso, acusó al presidente del Gobierno de "indolente" y le recriminó que se "esconda" de provincias como Huelva y Jaén: "Rajoy no se esconde por casualidad. Se esconde porque no puede dar la cara. Porque no puede mirar a los ojos a los alcaldes. Para dar la cara tiene que ponerse los zapatos de los ciudadanos, que es lo que hago yo todos los días desde que me levanto".

 

Mientras Rajoy concentraba el fin de semana en Córdoba, Granada y Almería para arropar a su candidato al Parlamento andaluz, Díaz ha programado sus actos en Huelva y Jaén, dos bastiones del PSOE que se han quedado completamente al margen de la agenda del líder de los populares y del desembarco de ministros: "Ahora vienen mucho de romería, pero ¿sabéis cuántos van a quedar el 23 de marzo? ¡Ninguno!". 

 

No es sólo Susana Díaz la que confía en un resultado electoral mucho más positivo del que reflejan las encuestas. El portavoz del PSOE en el Parlamento y cabeza de lista por Huelva, Mario Jiménez, también se mostró ayer convencido de que se va a "ganar y bien" el próximo domingo con la misma fuerza que lo defendieron tanto el candidato socialista a la Alcaldía, Gabriel Cruz, como el secretario provincial, Ignacio Caraballo. 

 

El tono en Jaén del sábado no fue diferente. En la misma ola de ilusión iban subidos Fernández Palomino y Francisco Reyes. La misma ola de ilusión en la que están depositadas las esperanzas de remontada de todos los candidatos socialistas a las locales de mayo, de la Andalucía rural pero también de esas ciudades medias y urbanas en las que el PP ha levantado sus fortines de resistencia. 

 

Las autonómicas entran en su recta final con la misma fuerza con que arranca la carrera susanista para las municipales.

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