Llegó el 22-M, el encuentro con las urnas, la fiesta de la democracia, el día D, el momento de la verdad, o como prefieran denominarlo. La cuestión es que durante la jornada de ayer se decidió, en un día importante para el futuro de esta tierra, nada más y nada menos que el rumbo de esta comunidad autónoma durante los próximos años, en un día que en el que se midió el pulso de la provincia cordobesa y en el que Andalucía sometió a examen al bipartidismo.

Las elecciones de ayer tuvieron un ambiente especial, un aroma particular, diferente al resto de los comicios que se han producido en esta tierra, y tan sólo hizo falta salir a la calle durante la mañana para percatarse de que no era un domingo cualquiera. La jornada electoral arrancó en la provincia sin incidencias. Pasados unos minutos de las 09:00, los 416 colegios habilitados para estos comicios ya estaban operativos, y al margen de un pequeño retraso en uno de los centros de la zona de Vimcorsa, el guión comenzó a transcurrir con la más absoluta normalidad.

A pesar de que la primavera ya ha entrado en España, a primeras horas de la mañana de ayer la temperatura era más baja de lo normal para ser ya primavera, y los diez grados que marcaba el mercurio a las 09:30 obligaron a los más madrugadores a acudir a su cita electoral con ropa de abrigo en un día marcado por la inestabilidad climatológica.

Al colegio Caballeros de Santiago acudió el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, pasadas las 10:00. En declaraciones a los periodistas, se mostró bastante optimista, subrayó que "el PP cuenta con una fidelidad muy alta de votantes", y no pasó por alto "la influencia" que tienen estos comicios sobre las próximas elecciones municipales de mayo. Tras estas declaraciones, insertó su papeleta en una de las cuatro mesas dispuestas en el centro bajo una lluvia de flashes y protagonizó sin duda una de las anécdotas de la jornada electoral. Nieto había acudido a votar con un ramo de rosas rojas, un hecho poco común que sorprendió a los periodistas allí congregados y a un electorado curioso que sobre esa hora también fue a ejercer su derecho al voto. A los pocos minutos, la incógnita fue despejada: la esposa del regidor ejercía como interventora del PP en el interior del centro. Al parecer, era el aniversario de la pareja y el alcalde quiso sorprender a su señora - no todo va a ser política-. Eso sí, tampoco es que tuviera durante el día de ayer mucho tiempo para celebraciones pues, según confesó, le esperaba una dura jornada por delante en el que tenía previsto visitar a varios interventores y acudir a la sede de la formación para ayudar en las diferentes labores.

El resto de representantes políticos y candidatos también acudió a las urnas durante las primeras horas de la mañana. La candidata más madrugadora fue Isabel Albás, de Ciudadanos, que lo hizo a las 10.00 en el Centro de Servicios Sociales Moreras. Media hora más tarde, Elena Cortés (IU) depositó su papeleta, a las 11.00 hizo lo propio la popular Rosario Alarcón y el socialista Juan Pablo Durán ejerció su derecho al voto a las 11:30. David Moscoso, de Podemos, ya había votado por correo, aunque acudió al colegio López Diéguez a acompañar al número tres de esta formación, José Larios, donde atendió a los medios y aseguró que tenía "muy buenas sensaciones".

Conforme fue avanzando la mañana las urnas comenzaron a llenarse de sobres, y según declararon varios interventores, las percepciones de participación "no estaban siendo malas", aunque aún tendrían que esperar más horas para concretar la cifra. Como todos los años, los más madrugadores fueron las personas mayores. La mayoría de ellos no necesitan un despertador para despegarse las sábanas, aún guardan en su memoria los años del Franquismo y suelen darle a las citas electorales la importancia que realmente merecen. "Yo voy a votar en blanco porque no me convence ninguno pero hay que votar porque hemos estado mucho tiempo sin hacerlo", confesaba un anciano de pelo canoso mientras desayunaba en La Corredera. Una de las estampas más significativas de la jornada la ofreció Isabel Soledad Pérez, una anciana de Las Palmeras que acudió a su cita con las urnas al colegio Duque de Rivas a la edad de 101 años. Según destacaron los vecinos de la barriada, es una mujer muy activa en todas las actividades del barrio y, para esta ocasión, y a pesar de su avanzada edad, no iba a ser menos.

Alrededor de las 12:30 los colegios comenzaron a alcanzar el pico de asistencia y en algunos centros como el López Diéguez o el colegio electoral habilitado en el centro cívico del mercado Sánchez Peña ya se podían observar largas colas de familias que esperaban pacientemente. "Yo ya he cumplido, ahora les toca a ellos cumplir", decía un joven votante al salir del colegio situado en la calle Rey Heredia tras insertar su papeleta en la urna, dejando entrever que un programa es, o debería ser, un compromiso sagrado, y que con su voto está entregando nada más y nada menos que sus aspiraciones.