Andalucía

La prisión de 'la Pantoja'

  • El centro de Alcalá de Guadaíra dispone de celdas tanto individuales como compartidas Dentro de las instalaciones se respira un ambiente familiar

A unos 15 kilómetros de Sevilla se levanta el centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra. Las instalaciones de esta prisión de mujeres fueron remodeladas en 1992 -es de las cárceles más antiguas- y cuenta con una superficie construida de casi 9.000 metros cuadrados. En una de las 83 celdas -a las que se suman otras siete complementarias- que alberga la prisión cumplirá su condena por el 'caso PTA' la ex alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, que el domingo hizo su ingreso en el centro penitenciario, en el que también cumple condena la tonadillera Isabel Pantoja, que tras disfrutar del tercer grado está a la espera de que se resuelva ahora su petición de libertad condicional.

Las celdas se distribuyen en tres módulos: las hay individuales en el módulo 1 y que se suelen reservar para las mujeres de mayor edad o con las mayores condenas, aunque no es descabellado pensar que Pilar Sánchez pueda acceder a uno de estos habitáculos; también las hay con capacidad para tres personas, en el módulo 3; y las de cinco personas con literas, en el módulo 5.

La propuesta de ubicación definitiva la realiza el equipo técnico del centro, que tiene en cuenta para ello tanto la personalidad de la reclusa como su historial delictivo. El centro facilita a las reclusas los productos necesarios para la limpieza, higiene y aseo -personal y de la celda-, así como ropa de uso personal y de cama, aunque también se les permite a las internas tener su propia ropa y un espacio en la celda para guardar sus cosas.

El establecimiento dispone igualmente de espacios comunes, como los patios al aire libre, zonas deportivas, biblioteca, escuela y salas para talleres, el comedor o la sala de estar. En el centro hay alojadas en la actualidad entre 120 y 150 reclusas, de cuyo control y seguridad se encargan algo más de un centenar de funcionarios, repartidos en varios turnos. Esta cárcel dispone en sus instalaciones de un módulo exclusivo de madres, el primero de sus características en los centros penitenciarios españoles y en el que no se tiene la sensación de estar recluido.

Las condiciones dentro de la prisión distan mucho de la vida en el exterior en libertad, pero el centro sevillano se caracteriza por su ambiente familiar. Las reclusas tienen la posibilidad de colaborar en determinados servicios y tienen a su disposición cursos y talleres.

Como todas las internas, Pilar Sánchez tiene derecho a mantener comunicación personal en locutorios del centro con familiares acreditados y amigos previamente autorizados, con una duración de 20 minutos, acumulables en una sóla comunicación de 40 minutos el fin de semana. Y en caso de no disfrutar de permisos ordinarios, puede tener al menos una comunicación familiar al mes, de entre una y tres horas de duración, en un local adecuado, así como una comunicación íntima al mes con su pareja, de la misma duración que la anterior y en una habitación adecuada y en la que tendrá asegurada la intimidad. Además podrá comunicarse de forma habitual con su familia, abogado u otras personas.

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