La importancia de la innovación varietal en cereales, leguminosas y proteaginosas

Campos de Trigo
Campos de Trigo

19 de junio 2024 - 05:00

España es un país con un enorme potencial agrícola, donde se pueden encontrar prácticamente todos los cultivos y producciones que existen, en parte gracias a la gran diversidad climática del país. Cada uno de estos cultivos tiene sus propias particularidades, que condiciona el desarrollo de los mismos.

La producción de cereales, leguminosas y proteaginosas en España tiene lugar de manera general en régimen de secano, de manera que las producciones finales están muy condicionadas por las precipitaciones de cada campaña. Los efectos de la crisis climática ya se notan de manera excepcional en los cultivos de secano, pero también en los cultivos de regadío. Además, estas producciones se engloban dentro del concepto de “commodities” lo que implica que su valor está muy condicionado por los mercados internacionales.

Con estas condiciones los agricultores que los cultivan deben ajustar sus métodos de producción para obtener un mínimo rendimiento económico que asegure la actividad a lo largo de los años.

Las herramientas digitales   Debemos usarlas para aprovechar cada kilo de semilla que utilizamos en función del potencial productivo.
Las herramientas digitales Debemos usarlas para aprovechar cada kilo de semilla que utilizamos en función del potencial productivo.

El sector en su conjunto, organizaciones de agricultores, cooperativas y empresas obtentoras de nuevas variedades, trabajan desde hace varios años para poner a disposición de los agricultores, material genético innovador en cada una de las semillas de cereales, leguminosas y proteaginosas. La iniciativa “Grano Sostenible”, tiene un doble objetivo, por un lado, mejorar el conocimiento y la formación del agricultor en todo lo relativo a la importancia de la semilla en el desarrollo de los cultivos, pero también incrementar los fondos disponibles para investigar en nuevo material más adaptado a un ambiente cambiante y que dificulta la producción de alimentos.

La obtención de una nueva variedad implica invertir un presupuesto importante durante un tiempo largo, con una gran incertidumbre sobre el resultado final. Cuando un agricultor compra una semilla certificada o paga el canon por reempleo de grano de su propia cosecha, está apostando por aumentar la investigación en estos cultivos.

El avance que se ha producido en mejora varietal en las últimas décadas es una cuestión indiscutible. Todo el sector quiere acercarse a las mejores variedades y aprovecharse de unas características, que permiten obtener mejores rendimientos.

A pesar de una paulatina reducción de la superficie de siembra, en 15 años se ha reducido la tierra de labor unas 800.000 hectáreas que en su mayor parte han pasado a cultivos leñosos, la cosecha total de cereales sigue manteniendo una tendencia al alza, más allá de los dientes de sierra que producen en España los períodos de sequía, como el ocurrido la campaña pasada.

Esta tendencia positiva de la producción total, se debe a varios motivos, entre los que se encuentra una mayor profesionalización del agricultor en el manejo de sus cultivos. Pero sin duda, la investigación en nuevas variedades es la gran culpable de ello, tal y como ha puesto de manifiesto el informe del Instituto Cerda, en el que se concluye que las mejoras de la obtención vegetal han dado lugar a un incremento de la productividad del trigo de entorno al 220% en los últimos 50 años y de un 37% en los últimos 30. Esto, a su vez, ha hecho posible, entre 1990 y 2018, una producción adicional de 14,7 millones de toneladas de trigo blando en España, es decir, el 11,5% de la producción en este periodo.

Grano sostenible.
Grano sostenible.

En general, el éxito de una explotación de cultivos extensivos de secano en España, pasa por ajustar mucho los gastos y no equivocarse con inversiones innecesarias. En este sentido, analizar las mejores variedades y su adaptación a las condiciones climatológicas concretas de una explotación, es una práctica deseable que debería llevarse a cabo todos los años por parte del agricultor.

El futuro de la producción de alimentos se enfrenta a muchas incertidumbres, tanto en el ámbito climatológico como de geopolítica. Todos los que estamos involucrados en él de una u otra manera, necesitamos aportar nuestro granito para que tengamos las herramientas necesarias para asegurar el abastecimiento de alimento al conjunto de la sociedad.

En el futuro, tendremos que avanzar en nuevas normas de obtención de variedades vegetales, que puedan acortar los plazos y reducir la inversión necesaria, y nos tendremos que apoyar de herramientas digitales para aprovechar cada kilo de semilla que utilizamos en función del potencial productivo de cada metro cuadrado de parcela.

Si vamos todos juntos, es más rentable.

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