El ministro principal de Gibraltar se ha convertido en el prototipo de ese dicho tan repetido a este lado de la Verja de que los llanitos sólo persiguen una "tostá con mantequilla por los dos lados". Fabian Picardo se confiesa convencido de que el Gobierno español dispara de forma arbitraria contra los ciudadanos de la Roca, o eso al menos declaró esta misma semana ante el cuarto Comité de la Asamblea General de la ONU. Sin embargo, en la misma medida debe estar seguro de que esa supuesta conducta agresiva no va con él, ya que posee dos propiedades en suelo español: una en Sotogrande (San Roque), valorada en algo menos de un millón de euros y otra, en Gazules del Sur, en Benahavís (Málaga), que el registro de la propiedad tasa en 322.532 euros. Una forma cuanto menos peculiar, o mejor incoherente, de poner de manifiesto su animadversión contra España.

El abogado llanito (formado en el Oriel College de la Universidad de Oxford), tiene una de sus residencias en suelo español en la archiconocida urbanización Sotogrande (San Roque), una zona elitista en la que también residen numerosos ciudadanos gibraltareños de gran poder adquisitivo, atraídos por la posibilidad de adquirir mansiones que ni en sueños podrían levantarse en el reducido y escarpado territorio del otro lado de la frontera.

El primer ministro adquirió en 2006 (cuando gobernaba la colonia Peter Caruana, otro de los residentes en esa misma zona residencial, pero infinitamente menos beligerante con España) una finca en la calle Alba a medias con su ex mujer, Elaine Lima. La vivienda, según el registro de la propiedad, tiene 253 metros cuadrados y está levantada sobre una parcela de 1.583, en la que existen jardines, piscina, terraza y porche cubierto. Su valor oficial es de 987.000 euros. La primera inscripción de dicho recinto en San Roque data del 6 de marzo de 1984, según desveló Interviú.

Abc sostiene que para afrontar la compra Picardo y su ex cónyuge, que tenían separación de bienes, "solicitaron una hipoteca al británico Barclays Bank de 824.000 euros".

"Se presupone que completatron la compra con sus ahorros, ya que el valor de la propiedad superaba el millón de euros. La casa cuenta con tres dormitorios, tres cuartos de baño, cocina, salón, patio, terraza y trastero, además de piscina en un jardín de más de mil metros cuadrados", agrega el rotativo.

Esta residencia no ha sido ocupada por el político gibraltareño desde que accedió a la Presidencia del Gobierno del Peñón, al menos eso aseguran sus vecinos, la mayoría de ellos ingleses o residentes en la colonia. Eso no quiere decir que no le reporte beneficio alguno, ya que está alquilado con frecuencia, aunque los esfuerzos por decir cuánto abonan los inquilinos resultan infructuosos.

Tres años después, el 23 de octubre de 2009, Picardo decidió invertir de nuevo en el mismo país al que ahora acusa de todo tipo de maldades y adquirió un apartamento en una urbanización de Benahavís, muy cerca de Marbella (Málaga). El inmueble cuenta con 130 metros cuadrados de casa, diez de terraza y treinta más de aparcamiento y está ubicado dentro del complejo Gazules del Sol, situado en la urbanización Capanes Sur.

Se trata de un complejo de lujo, con cinco piscinas exteriores y una más climatizada, sauna, jacuzzi y seguridad las 24 horas del día. El valor del apartamento rondaba entonces los 400.000 euros. De hecho, cuando Picardo lo adquirió, el inmueble contaba con una carga hipotecaria de 360.000 euros que le concedió la Caja de Ahorros de Valencia Castellón y Alicante en abril de 2004. Sin embargo la crisis y la consecuente depreciación de la vivienda provocan que un apartamento similar al de Picardo se puede adquirir en estos momentos por sólo 300.000 euros.

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ya filtró hace varias semanas que iba a mirar con lupa los expedientes de todas las propiedades que tengan Fabian Picardo y sus ministros -algunos de los cuales tienen su segunda residencia en La Alcaidesa, en La Línea de la Concepción (Cádiz)- porque el Gobierno español entiende que podrían estar cometiendo un delito fiscal.

Mantener una residencia fiscal en el Peñón y otra real en territorio español es un negocio muy rentable para los gibraltareños, ya que los impuestos son mucho menores al otro lado de la frontera: el de sociedades es de un 10% cuando en España es del 30%, y el IVA que se paga en Gibraltar es del 15%, el tipo mínimo exigido por la Unión Europea.

Fabian Picardo no tardó en responder a lo que entendió como una amenaza por parte del Gobierno español. Le basta, sostiene, con demostrar que no pasa en España más de 180 días al año.