La Diputación es conocida como el ayuntamiento de los ayuntamientos. La institución provincial ha prestado y presta durante todo el periodo democrático unos servicios a los municipios que han contribuido al desarrollo y modernización de los mismos. El papel de la institución provincial desde 1979 ha sido el de ser garante de los principios de solidaridad y equilibrio que deben regir entre los entonces 75 localidades cordobesas –y ahora 77 tras conseguir La Guijarrosa y Fuente Carreteros ser municipios–. Otro de sus papeles es el de la coordinación entre los ayuntamientos, la Junta de Andalucía y el Gobierno central.

Buena parte de culpa de ese desarrollo y modernización de los municipios durante los últimos 40 años la tienen los llamados Planes Provinciales y otros programas de inversiones parecidos. Los distintos ayuntamientos se han podido acoger a ellos y hacer realidad de esta forma tanto el arreglo de calles y otros espacios públicos como las construcciones de centros de salud, centros de día, bibliotecas, casas de la cultura...todo tipo de equipamientos públicos municipales.

Y es que, casi medio siglo de Diputación democrática ha dado para mucho. Por ejemplo, para la creación de la Empresa Provincial de Aguas (Emproacsa), tras la extinción de los consorcios de las zonas Norte y Sur de Córdoba, que eran los responsables del abastecimiento en alta a los municipios a los que ofrecían el servicio. Emproacsa ahora se llama Aguas de Córdoba y en el caso del conocido como servicio Supramunicipal del Ciclo Integral del Agua (CIA) integra en la actualidad a 49 municipios y tres entidades locales autónomas, atendiéndose a una población aproximada de 166.000 habitantes. Este servicio gestiona los procesos de abastecimiento y saneamiento domiciliarios. Emproacsa también ha tenido su importancia a la hora de la gestión de depuradoras en los municipios.

Además, la Diputación creó la Empresa Provincial de Residuos y Medio Ambiente (Epremasa) –en octubre de 1992– , entidad a la que poco a poco se le han ido sumando ayuntamientos y que tiene como objeto social la gestión del servicio provincializado, sin monopolio, de recogida, transporte y tratamiento de los residuos domésticos y municipales, así como cualesquiera otras actividades, de competencia provincial tendentes a la conservación y mejora del medio ambiente.

La institución provincial puso a disposición de los ayuntamientos además un órgano recaudador al que en un primer momento llamó Eprinsa y que cambió su nombre a Instituto de Cooperación con la Hacienda Local. La institución provincial conservó el nombre de Eprinsa, pero como sociedad pública que ofrece servicios relacionados con la informática y las nuevas tecnologías a los consistorios.

Hacienda Local juega cada año un papel importante económicamente hablando para los distintos municipios, ya que a través de este organismo la Diputación adelanta a los ayuntamientos año tras año el dinero de lo que van a recaudar durante ese ejercicio, lo que posibilita que los municipios dispongan de liquidez antes de que se pasen los recibos al cobro, por ejemplo, del IBI.

Durante los últimos 40 años la Diputación ha creado asimismo el Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios, que tiene parques de bomberos repartidos por las distintas comarcas cordobesas, a las que atiende; y el Instituto Provincial de Bienestar Social, un instituto puesto al servicio de las personas dependientes y de los desfavorecidos dando cobertura a toda la provincia y que tiene entre sus competencias la de hacer efectivo el desarrollo de la Ley de Dependencia.

Mención aparte merece el área de Infraestructuras de la Diputación, encargada, entre otros asuntos, del mantenimiento y la conservación de la que es la red de carreteras de índole provincial más extensa de toda España.

La Diputación también creó la empresa provincial de la vivienda, Provicosa, centrada en la construcción de VPO y ya extinta o el Consorcio Provincial de Desarrollo Económico –llamado ahora Instituto Provincial de Desarrollo Económico (Iprodeco)–, que entre sus servicios tiene los de atender y ayudar a las empresas y a los emprendedores cordobeses, además de ser un ente organizador de ferias comerciales; además del Patronato provincial de Turismo, que lleva décadas llevando la oferta turística de cada rincón de la provincia por medio mundo.

En materia de cultura, la Diputación lleva 40 años ofreciéndole numerosas actividades a los ayuntamientos –muchas de ellas promovidas desde la Fundación Botí– y también en materia deportiva, incluido el patrocinio de distintos eventos. Además, en 1996 la Diputación creó la figura del Defensor del Ciudadano, poniendo en marcha una oficina para ello. El objetivo de la institución provincial era el de fomentar la participación ciudadana y los valores democráticos. El primer defensor fue Carmelo Casaño.