La valentía ofensiva del Córdoba, recuperada de la mano de Jorge Romero, volvió a quedar en nada por culpa de ese agujero defensivo por el que el equipo se viene desangrando desde que arrancó el campeonato. Queda claro que sólo un buen ojo en el mercado de invierno ya abierto puede paliar un problema que no han sido capaces de tapar tres entrenadores. En Gijón, los blanquiverdes encajaron tres tantos con suma facilidad por culpa de una falta de contundencia impropia de un club profesional, y así es imposible puntuar.

Con ese 4-1-4-1 sin balón que a la hora de atacar descuelga hacia adelante a Javi Galán, el CCF salió mejor que un Sporting al que poco le importó, pues hizo diana en dos de sus tres primeras llegadas. Esa imponente pegada local, con Isma López como lanzador aprovechando la falta de ayuda de Jovanovic, contrastó con la falta de acierto de un bando cordobesista que dominó todas las facetas menos esa.

Tras el descanso, el gol de Aguza dio paso a una fase de dominio blanquiverde, si bien un nuevo fallo atrás permitió al cuadro asturiano retomar la distancia de dos tantos. Romero fue dando pasos hacia adelante con los cambios al tiempo que Baraja los daba hacia atrás para defender su ventaja, sobre todo tras el 3-2 de Guardiola. Al final, la falta de pausa sólo permitió una ocasión clara de Aguza.