Provincia

Una danza para enloquecer

  • Más de 1.500 personas asisten a una de las fiestas más importantes de Fuente Carreteros, que rememora la matanza de recién nacidos ordenada por Herodes

El origen no está claro, aunque según dicen los vecinos de Fuente Carreteros, la Danza de los Locos se remonta al siglo XVIII. Eso sí, lo que está demostrado es que es la única fiesta que aún se conserva de la colonización de Carlos III en toda Andalucía y que cada año reúne a más turistas. Buena prueba de ello fueron las más de 1.500 personas que ayer se desplazaron hasta Fuente Carreteros para ver este colorido y singular baile protagonizado sólo por hombres. La danza, que rememora la matanza de recién nacidos ordenada por Herodes, se perdió en 1963, pero volvió a recuperarse definitivamente en 1982 con la celebración del 215 aniversario de la fundación de la Colonia y, desde entonces, cada 28 de diciembre se baila. Así las cosas, se ha convertido en una de las señas de identidad de Fuente Carreteros, una localidad que depende de Fuente Palmera y que aspira a convertirse el año que viene en el municipio número 76 de la provincia.

La Danza de los Locos comienza justo al mediodía y en ella participan una veintena de personas: los músicos, el banderín, el capitán de espadas y el grupo de locos, compuesto éste último por media docena de hombres de Fuente Carreteros, que rotan y se chocan entre ellos, al tiempo que hacen sonar las castañuelas. Los conocidos como locos, esto es los danzantes, van vestidos de mujer con faldas blancas bordadas, zapatillas anudadas, fajín azul, bandas rojas cruzadas sobre el pecho y un pañuelo estampado en la cabeza anudado a la izquierda. Por su parte, el danzante más joven hace de la figura de loquilla, que es el personaje que representa a Jesucristo. Cada uno de ellos tiene una función concreta en el baile. Así, los escopeteros portan un trabuco y marcan con disparos al aire el comienzo y final del baile; el capitán de espadas, por su parte, porta un sable que marca el principio y el final del baile y, además, dedica la danza antes de comenzar. Mientras, los instrumentistas ponen la música para que los seis bailarines y la loquilla dancen.

En total, representan tres danzas. La primera es en la puerta de la iglesia de la Virgen de Guadalupe y las dos restantes en la plaza Real de Fuente Carreteros. Una vez concluidas, los danzantes abren el conocido como el Baile del Oso, que sirve para "espantar a los malos espíritus", según cuenta Alfonso Rodríguez, uno de los danzantes de Fuente Carreteros desde hace 12 años. Señala también que la danza no se acaba hasta que el grupo recala en la casa del "loco más viejo" de Fuente Carreteros, como si de un acto de homenaje se tratara.

"Primero fue mi hermano y ahora yo", relata y añade que se trata de una tradición que pasa de padres a hijos y que "poco a poco te va gustando". Después de una docena de años bailando el Día de los Santos Inocentes, Rodríguez ha puesto en marcha este año la primera escuela de "locos" para que la tradición perdure entre los más pequeños, y a la que acuden dos veces por semana.

El propio alcalde de Fuente Carreteros, José Manuel Pedrosa (Olivo), también es uno de los locos, aunque el forma parte del grupo de los músicos. Dos guitarras, dos platillos, dos carrasquiñas de caña y un pandero, que es el instrumento que toca el primer edil. Pedrosa destaca la importancia de esta fiesta, ya que para Fuente Carreteros "es un día grande" e incide en la necesidad de "potenciar la danza entre los pequeños para que no se pierda".

La tradición dicta que la fiesta se prolongue todo el día en Fuente Carreteros, y sus habitantes y turistas así lo hacen cada año.

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