Segunda división

Celta-Córdoba (1-0): Otra vida perdonada

  • Los blanquiverdes, cándidos en el área contraria · El Celta rompió una racha de casi tres meses sin vencer · Los de Luna siguen sin dar la talla lejos de su casa

Yo perdono, tú perdonas, él perdona, nosotros perdonamos, vosotros perdonáis… Ellos perdonan. Qué costumbre más fea tiene este Córdoba, que parece empeñado en demostrar que sólo se va a salvar porque hay cuatro equipos peores que él. Ayer, en Balaídos, volvió a desperdiciar innumerables ocasiones. Y el temeroso Celta, que llevaba once jornadas sin ganar, aprovechó un acto de fe de Ghilas en el arranque del segundo periodo para llevarse el gato al agua. El conjunto de Luna Eslava se mantiene quinto por la cola, con cuatro puntos de margen sobre el ascenso. Maldita mediocridad.

Natalio y Arteaga, dos estiletes por las bandas, empezaron avisando a un adversario encomendado a la bota derecha de Trashorras. Después de dos pelotazos mansos que provocaron los primeros silbidos en la grada, el 10 puso en jaque a Navas con dos llegadas casi consecutivas (minutos 6 y 7): caño a Ito y tiro desde la frontal, taponado por Aurelio, y lanzamiento centrado y blocado por el portero tras un pase de la muerte de David Rodríguez. El cerebro celeste partía desde la izquierda, por lo que Cristian Álvarez debía andarse con cuidado. El argentino buscaba a sus compañeros con envíos en largo.

Impreciso en el medio, el  Córdoba no trenzaba. Los continuos errores de Ito o Endika traían por la calle de la amargura a Luna Eslava, quien seguramente echaba de menos el toque de Katxorro. Sin el vasco sobre un césped cortito y rápido, las luces las acaparaba Javi Flores. Suyo fue un pase al hueco que dejó solo a Asen, pero el asistente levantó el banderín. En el siguiente acercamiento, gracias a una rauda salida de Arteaga tras un córner a favor del Celta, Natalio controló en carrera con Rubén a su vera, y trató de hacerle un túnel. El central cerró las piernas y frustró el atisbo de ocasión clara, ya que el valenciano se disponía a encarar a Falcón.

El cuadro local trataba de llevar la iniciativa, aunque carecía de frescura en los últimos metros. La zaga visitante, bien pertrechada, neutralizaba las acometidas sin excesivos problemas. Por el contrario, la retaguardia dispuesta por Eusebio, muy adelantada e incapaz de sacar el balón jugado, invitaba a hacerle daño. Se intuía un estropicio. Además, el lateral derecho, Fajardo, se lesionó cuando todavía no se había cumplido la media hora.

Trashorras lanzó muy desviado desde la frontal y Falcón atajó un centro de Cristian Álvarez cargado de veneno. No fueron oportunidades nítidas. Sí lo fue una galopada por la derecha de Natalio, previo pase de Endika, que terminó de manera lamentable: Javi Flores no acertó a rematar y Arteaga lo hizo de forma muy defectuosa. Los dos se encontraban en el área, bien situados para encañonar. A renglón seguido, el sevillano reclamó penalti por una zancadilla del recién incorporado Roberto Lago. Y Aurelio, con ventaja sobre su par, no cabeceó bien un córner botado por Cristian.

Calcando lo sucedido en Tenerife dos semanas atrás, el CCF estaba dejando vivo a su enemigo. No le hincaba el diente, no remataba la faena. Llegaba, pero no culminaba. En el minuto 35, Asen recibió de Natalio y se plantó ante Falcón. Su disparo, mordido, se marchó excesivamente cruzado. Arteaga, solo en el segundo palo, se quedó con las ganas.

Un par de minutos después, Rubén ganó la línea de fondo sin encontrar rematador. Y de repente, Raúl Navas sacó del armario el disfraz de superhéroe, que ya cansa porque está muy visto: el gaditano desbarató con su rápida salida y su agilidad un zurdazo de David Rodríguez, solo en el punto de penalti tras recoger un balón a la olla servido por Rosada y no despejado, debido a una pifia monumental, por Endika.

Los aficionados celtiñas habían recobrado la esperanza. Incluso cantaban. Rubén conectó un testarazo ligeramente alto a la salida de un córner. Y en otra acción a balón parado, Natalio volvió a perdonar el 0-1: Cristian Álvarez sacó de banda, Asen se la dejó muerta y el de Canals le pegó mal. El primer tiempo se apagó con un inquietante golpe franco junto a la corona del área: Trashorras cedió a Renan y el disparo del brasileño se estrelló en la maraña de defensores.

El intercambio de golpes en el tramo final deparó una sensación engañosa. El Córdoba había llegado con más peligro, pero su alarmante incapacidad para convertir el dominio en goles constituía el lastre de tantos y tantos partidos. Una tarde más con la camisa despegada del cuerpo por la perenne nubosidad a la hora de finalizar.

Lo de casi siempre, sin el casi, se produjo al minuto de la reanudación. Una incursión de Fabiano y un desliz de Pierini permitieron a Ghilas, más decidido que el resto, abrir el marcador. El capitán aplicó una leve capa de maquillaje sobre su grave error poco después, al cruzarse de manera providencial ante un zapatazo de  Lago.

El daño, no obstante, ya estaba hecho. El Córdoba, encorajinado al verse atrapado en su particular Día de la Marmota cuando actúa como foráneo, dio un paso al frente en busca del empate. El colegiado ignoró una flagrante falta a Arteaga, desquiciado por la falta de complicidad arbitral.

Luna Eslava reforzó la apuesta ofensiva con Oberman, sustituto de Ito. Natalio centró su posición y Flores retrasó la suya. Eusebio, fiel a su educación deportiva, quiso defenderse con más pólvora: un delantero, Dinei, en detrimento de un medio, Renan. Trashorras bajó para sobar la pelota.

El Córdoba necesitaba un empujón para asustar a un rival con un evidente miedo a ganar. Una sensación normal cuando llevas casi tres meses sin hacerlo. Pero su tendencia a malgastar munición ya pasa de castaño oscuro. Caballero Herreros no interpretó como cesión un toque de Fabiano hacia Falcón y Natalio, algo forzado, disparó fuera tras recibir de Arteaga. Luego, el valenciano no llegó antes que el portero en un balón servido por José Vega, que había pasado a  la izquierda.

Eusebio se protegió con el central Peña, pivote eventual en sustitución de Trashorras. Ahí, el técnico sí reculó evidentemente. Oberman y José Vega abrieron el campo para meter centros y más centros, todos sin resultado. Como un córner botado por el jerezano que Pierini, entrando con todo, cabeceó fuera.

El público clamaba ante cualquier amago de error atrás y aplaudía a rabiar con los despejes sin contemplaciones. El encuentro estaba inclinado hacia el portal gallego y Luna se la jugó con Pepe Díaz, quitando a Aurelio para acabar con una zaga de tres. El de Almodóvar retó a Jordi en su primera intervención reseñable.

Sin tino para superar una defensa en los límites del suicidio, el acoso no se tradujo en derribo. Natalio erró en las penúltimas aproximaciones, que acumularon algún pelotazo de más porque la tela de araña celeste estaba bien trenzada. Javi Flores cazó un  balón y soltó un derechazo que se perdió a un metro del palo. La enésima bala de fogueo..

 

Ficha técnica:

Celta: Falcón; Fajardo (Roberto Lago, min.25), Jordi, Rubén, Fabiano; Renán (Dinei, min.65), Rosada, Jonathan Vila; Trashorras (Peña, min.73), Ghilas y David Rodríguez.

Córdoba: Raúl Navas; Cristian Álvarez, Pierini, Aurelio (Pepe Díaz, min.82), Rubén; Ito (Oberman, min.60), Endika; Natalio, Arteaga (José Vega, min.70), Javi Flores; Asen.

Gol: 1-0, min. 46: Ghilas.

Árbitro: Caballero Herreros (comité riojano). Amonestó a Rubén (min.45) y Aurelio (min.48) por parte del Córdoba.

Incidencias: Encuentro de la trigésimo segunda jornada de la Liga de Segunda División disputado en el estadio municipal de Balaídos ante unos 6.000 espectadores.

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