Tercera División

Fran y la nueva Quinta del Rambo

  • Rosillo mima a la perla de la cantera del Pozoblanco, el líder de una gran hornada

En 1982, el Real Madrid no tenía dinero para hacer grandes desembolsos económicos. Fruto de ello se le dio la oportunidad a una maravillosa generación de canteranos, apodada como la Quinta del Buitre. En Pozoblanco, en 2009, algo parecido está pasando: José María Moreno Rosillo está haciendo de Amancio al tirar de canteranos que le están dando un gran resultado. Y entre todos ellos, un nombre: Fran.

El pasado 13 de septiembre, con Neva en el banco, se lesionó en el calentamiento Luismi. El técnico gaditano no tenía a nadie arriba y mandó calentar a Fran, un chaval de 17 años. Cuando llevaba tres minutos calentando le dijo que aguardara su oportunidad, porque iba a sacar a Tato de inicio. Fran salió en los minutos finales aquel día, pero permaneció en el olvido el resto de partidos, pues Neva prefería no hacer cambios en todo el partido.

Fue por ello que llegó Gambeta. Con el Antoniano, Fran salió un minuto; con el Coria, cinco. En tan corto espacio de tiempo ya tuvo detalles que le hicieron ganarse la confianza de Rosillo, poniendo de manifiesto que hasta un ratito es importante para ganarse la confianza del míster. En Villanueva fue titular, y a los 20 segundos le ganó el salto a Juanfer, dejando el balón para que Juanmi hiciera el único gol del derbi.

Fran no había dormido la noche previa, pues Rosillo le avisó de que iba a ser titular. Antes del partido se abrazó a Galán, ese descubridor de talentos que había dicho que era una de las grandes promesas del fútbol cordobés. Ante el Sevilla C impresionó al mítico Diego, ese melenudo central que ahora dirige al tercer equipo de Nervión. Pero el partido de Fran fue el derbi con el Córdoba B: golazo y un pase de fantasía a las espaldas de la zaga.

Es la perla de la cantera. El año pasado estuvo en el Séneca, pero tuvo que volver: no podía ir a entrenarse a la capital tantos días y debía ayudar a su padre en el campo, aparte de estudiar. Es un extremo ofensivo que también ha jugado como delantero centro; Félix Ruiz lo colocó como ariete en la selección cordobesa, con la que disputó el Campeonato de Andalucía en las categorías infantil y cadete. Tiene zancada y potencia, es arrollador por aire y por tierra.

No obstante, no es el único canterano que está destacando. Rosillo lleva a varios cada partido: Jesús Llergo, un delantero de una calidad exquisita, bueno en el regate, que mete goles desde la medular a sus escasos 17 años; Antonio Quirós, un portento físico en el medio, un todoterreno que coincidió con Fran en el Séneca; Antonio Viñas, un interior zurdo de condiciones parecidas a las de Alfonso Gutiérrez, que busca siempre el uno contra uno; y Vicente, Borja, Charaf, Carrasco... Juveniles que el curso que viene estarán probablemente en la primera plantilla, como los mejores exponentes del Pozoalbense, también convocados en varios partidos: De Quintana, el meta Sosa y Perru.

Otro proyecto hecho realidad es José, que llegó del Almodóvar, cobra por partido jugado y ya es titular por delante de Salva o Pablo (Kamara se fue al Plasencia).

De Rosillo dicen que su llegada ha sido como la aparición de la gallina de los huevos de oro. Saca canteranos e incluso no puso reparos en la marcha de Gambeta a Argentina. El técnico, curtido en la base con el Sevilla, maneja la cantera como nadie. Le gusta cómo juega el equipo juvenil, donde un técnico precoz como Augusto Romero ilusiona a unos chavales que evocan a los de los 90: Feli, Miguelín, Márquez, José Andrés, Patricio, Chaves, Calero, Casimiro, Durán, Feli y un largo etcétera. Llegaron a ser campeones en Tercera.

Dicen que no hay mal que por bien no venga: la marcha de figuras es enmendada por canteranos que lucen. La crisis económica ha venido bien a los jóvenes. El Pozoblanco no tiene pensado acudir al mercado de invierno salvo que encuentre algo muy atractivo, y hace bien. Porque la cantera vallesana está repleta de calidad.

¿Quién ha dicho miedo? Rosillo se encontró un equipo plagado de veteranos y está haciendo otro de lo más juvenil. En el once coinciden Tato, el más veterano con 38 años, y Fran, con 17. Más de 20 años de diferencia en el campo.

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