Sergio Venteo, el diseñador cordobés que cose él mismo cada vestido de novia para que sea único

Sergio Venteo creció viendo a su abuela Rosa hacer croché y a su abuela Natalia arreglar pantalones y, aunque su primera vocación fue estudiar Económicas y trabajar en esta área, pocos años después descubrió que la costura es su pasión y fundamentalmente los trajes de novia, que diseña y cose personalmente para que sean únicos.

Desde que abandonó su trabajo como contable "no he parado de aprender y de estudiar" para poder "seguir creciendo en el mundo de la moda", según ha explicado el diseñador de Villafranca de Córdoba, que en su última colección vuelve a sus orígenes.

En Remedio, una colección de 15 vestidos que lleva por nombre el de la patrona de su localidad natal, la Virgen de los Remedios, este diseñador se inspira en Andalucía, en Córdoba y en Villafranca.

Aunque la colección no tiene una inspiración religiosa "creo que era una forma de aunar mi pueblo con ese nombre, que es remedio, porque aquí cuando la gente tiene una mala etapa o se siente un poco mal buscan ese apoyo y ese remedio en el pueblo en sí".

Entre Madrid y Villafranca

Sergio Venteo compagina su atelier de Villafranca con el de Madrid, donde se fue para aprender del mundo de la moda de la mano de otros diseñadores hasta que creó su propia firma, primero centrada en la moda flamenca, "que no he olvidado" y más tarde en las bodas, tanto en la novia, como en la madrina e invitadas.

Para el diseñador, una boda es "el evento" por antonomasia al que hay que dedicarle tiempo.

"A mí me encanta la artesanía, lo hecho a mano", la moda a la que hay que dedicarle tiempo, y "me gusta detenerme y que cada cosa lleve esa esencia de lo hecho a mano, de lo artesanal y ahora mismo en la industria de la moda creo que lo que lo permite más es la novia".

Las líneas básicas de su nueva colección tienen el crepé "como base principal", a lo que se unen las sedas, la muselina, "es decir los tejidos con textura" porque "quería representar esa textura del olivo, de la tierra, de la artesanía de mi tierra".

Por eso "llevamos también vestidos que llevan enrejados de un mantón de Manila, que son cosas que yo he visto hacer a las mujeres de mi pueblo desde que era pequeñito".

El proceso

En el momento en que una novia entra en el atelier -en el que son un equipo de cuatro personas-, se pone en marcha todo el proceso de creación. Entonces es "cuando empezamos a conocernos" porque es "cuando te dice lo que quiere y, sobre todo, lo que no quiere".

Incluso "hay veces en las que tienes que ayudarle a encontrar eso que quiere y no sabe cómo decirlo" y "ahí es donde nos sentamos, vemos tejidos, probamos algún vestido y empezamos a dibujar".

En alguna ocasión, la novia tiene "claro" lo que le gusta con alguno de los vestidos de la colección pero es "muy raro" que no quiera hacerle algún cambio o adaptación.

Al final "cada novia es especial y totalmente diferente a otra y quizás esa es la esencia de la marca o de mis diseños, que cada novia sea diferente y sea ella misma", asegura.

En su opinión, el vestido de novia ha evolucionado "muchísimo", aunque "siempre se van manteniendo ciertas líneas" porque "al final no hay una moda nupcial que lo marca, sino que es la novia la que marca la tendencia de lo que quiere".

Cada novia, según el diseñador, "tiene que vestirse como es en su estilo diario, es decir, que si generalmente no te pones ciertas cosas, no tiene sentido que te lo pongas en tu boda porque no vas a ser tú, ni te vas a sentir representada ni a gusto". "Y para mí eso es muy importante, para una novia ese día tiene que ser para disfrutar", apostilla Sergio Venteo.

En cuanto a la relevancia de las invitadas en este tipo de eventos, ha resaltado que "el tema "influencers", medios de comunicación y redes sociales ha reforzado mucho el papel de la invitada y de los familiares directos del novio y la novia" que "ya no quieren ponerse cualquier cosa, si no trajes con los que sentirse a gusto y llamar la atención".