Turismo

La Ruta de las Grullas, una experiencia única si visitas Los Blázquez

Ejemplar de grulla común en un cultivo

Ejemplar de grulla común en un cultivo / Juan Manuel Sánchez

En la frontera de Córdoba con Badajoz se erigen Los Blázquez, en la parte más occidental de la Comarca del Valle del Guadiato. Este pequeño pueblo -no llega los 800 habitantes- no es sólo un remanso de paz y desconexión ideal para practicar el dolce far niente, sino también un entorno perfecto para hacer senderismo combinado con el avistamiento de aves, concretamente, las grullas. 

Los Blázquez es un refugio para las especies más representativas del ecosistema mediterráneo  (peces, anfibios, reptiles, mamíferos y aves, algunas de alto valor ecológico como las grullas). Eso sí, que las veamos en grupos más o menos grandes depende de la ruta que la ruta que visitemos y la estación del año. Los meses de invierno son los mejores para contemplarlas mientras se alimentan en sus dehesas de encinas. 

La bautizada como la Ruta de las Grullas no supera los 10 kilómetros y se puede hacer caminando, en bici o a caballo, pues su dificultad no es mucha. Es perfecta para realizar en familia, incluso con los más pequeños de la casa. Y se aconseja acometerla de octubre a finales de marzo. 

El recorrido arranca al sur de la localidad, exactamente desde el popular Pozo de las Mulas, que en tiempos fue lugar de encuentro donde los agricultores y ganaderos intercambiaban impresiones sobre cuestiones del campo y obtenían agua para saciar la sed de animales. 

A continuación, tomaremos camino de las Casas, que da nombre al cortijo de las Casas, el Lagunazo, Camino de la Plata, camino de las Pizarrillas, cortijo de los Llanos y terminaremos en Esparragosa, un pueblo abandonado a día de hoy. Fue una severa epidemia de viruela lo que obligó a sus habitantes a huir y establecerse en el vecino Los Blázquez. 

A lo largo del itinerario de esta ruta los visitantes tienen a su disposición del observatorio de uso público para poder contemplar a especies de avifauna como cigüeñas, la grulla, que es el tesoro zoológico de la comarca); especies protegidas como la avutarda; la codorniz, la paloma torcaz. También merodean aves acuáticas migratorias (patos, gallinetas, garcillas). 

En lo que a su flora se refiere, es justo resaltar las zonas de cultivo donde se siembra cebada y trigo, sobre todo. 

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