Gastronomía

Paco Morales: "Mi camino hasta llegar aquí ha sido una travesía muy dura y de mucha soledad"

Paco Morales

Paco Morales / Juan Ayala

Triunfal es el adjetivo que mejor define la vuelta a casa de Paco Morales. El equipo de Noor, amigos y familiares recibían con una gigantesca pancarta al chef cordobés, que acaba de conseguir la tercera estrella Michelin para el restaurante de Cañero. "Al subirme ayer al escenario y ponerme la chaquetilla me quedé en shock en el sentido de que era trabajo hecho, trabajo conseguido. Pero ahora hay que seguir manteniendo la ilusión y las ganas", declaraba el flamante ganador. 

En las inmediaciones de la Estación de Trenes de Córdoba los viandantes lo reconocen y le dan la enhorabuena por la hazaña conseguida. De cerca lo mira orgullosa Paola Gualandi, su pareja y jefa de cocina de Noor. Es evidente la admiración mutua y Morales asegura: "Paola significa mucho en Noor y en mi vida porque ha sabido entenderme y ordenar lo que hacemos ¡Y eso es muy difícil!". 

Un maremagnum de emociones en que aún le cuesta definir lo que ha supuesto su entrada en el olimpo gastronómico: "En Córdoba durante la época califal era la edad de la luz y yo siempre he pensado que hemos estado ahí. No es que ahora me sienta mejor o peor o con una visión distinta ¡Desde el minuto en que abrimos tuvimos esa visión y esa sensación de grandeza y se nos ha reconocido cuando ha tocado!". 

En plena resaca emocional, Morales reconoce: "Estamos en Noor haciendo el mismo trabajo de siempre, y el objetivo es mantenerlo, seguir luchando y disfrutarlo con este equipo maravilloso, que es una auténtica maravilla, una locura ¡Hoy es un día para disfrutar!". Y apostilla: "Yo siempre he apostado por el territorio, por el barrio: formarme fuera y formarme aquí dentro en mi ciudad. Es bonito volver a las raíces y hacer algo grandioso, como hemos hecho". 

Así mismo, se muestra en deuda con los suyos. "Sin un buen equipo es imposible hacer lo que hemos hecho: llegar a cotas tan altas, tan lejos... También me gustaría destacar la labor de pequeños productores, la gente del campo, pescadores... Los chefs somos la punta del iceberg pero en la cadena hay mucha gente detrás", subraya visiblemente emocionado. 

Pero no todo ha sido un camino de rosas en la andadura profesional de Morales. "Mi camino hasta llegar aquí ha sido una travesía muy dura y de mucha soledad. Al final cuesta tener muchas relaciones personales y profesionales. Es un camino muy largo y muy amargo. ¡La soledad es muy amarga!". No esconde que su día a día "son decisiones constantes, trabajando desde que te levantas hasta que te acuestas". 

También aprovecha para acabar con falsos mitos y insiste en que "lo de reconocer a los inspectores de la Guía Michelin cuando reservan en un restaurante son leyendas urbanas. Si la Guía es respetada en todo el mundo es porque cuenta con inspectores anónimos que pagan su cuenta y eso tiene un valor increíble". Igualmente, y aunque en las quinielas aparecía como uno de los favoritos, aprovecha para aclarar: "Hasta el último minuto no supimos si íbamos a conseguir la tercera estrella".

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