Aunque parezca un contrasentido un mundo tan tradicional como el de las tabernas está viviendo una gloriosa revolución en que se están modernizando sin perder su esencia. Y la Guía Michelín ha puesto su foco certero sobre seis de ellas a lo largo y ancho del territorio español. 

La Taberna del Chef del Mar (El Puerto de Santa María) Taberna Canela en Rama (Linares), Taberna de Miga (A Coruña), Taberna Casa Bigote (Sanlúcar de Barrameda), Taberna Pedraza (Madrid). La única cordobesa es La Taberna de Almodóvar (calle Benito Pérez Galdós, 1), que no hace mucho se trasladó de su establecimiento original en el citado pueblo al corazón financiero de la capital. 

Así pues, la prestigiosa Guía ha seleccionado el negocio regido por Ángel Sánchez Pozuelo porque cumple el reglamento sagrado de que "los sabores clásicos, las recetas populares y los productos locales son las claves sobre las que se articulan las cartas de las tabernas".

De norte a sur y de esta a oeste hay una clara tendencia: "Las recetas de siempre, actualizadas en su punto justo para darles un toque de modernidad, demuestran que lo popular sigue de moda y forma parte de la gran influencia de la cocina que se trabaja hoy en día en los restaurantes"

Igualmente, reconoce el valor de que "estos espacios, cuasi míticos en ciudades y pueblos, se mantienen en la actualidad ofreciendo platos reconocibles, tradicionales, que se actualizan al mismo tiempo que evoluciona el mercado sin perder un ápice de personalidad y sin olvidar sus raíces". 

En el caso de La Taberna de Almodóvar, uno de los Bib Gourmand de la capital cordobesa y recomendada por la Guía Repsol, lo que ha enamorado a los expertos de la Guía Michelín es "su carta, que se centra en el recetario regional, en preservar los sabores locales de siempre y en velar por la conservación de lo auténtico". 

La Taberna de Almodóvar es muy famosa por sus croquetas, cuya receta secreta se ha transmitido de generación en generación. También elaboran una de las mazamorras más reputadas de la provincia y juegan con el bacalao en suntuosas elaboraciones. Lo bordan, lo mismo que el guiso de rabo de toro.