Tenemos un año más la oportunidad de expresar abiertamente nuestro rechazo hacia un problema que eleva las cifras de víctimas cada año. La efeméride del 25 N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, es una oportunidad para sumarnos de forma conjunta, ciudadanos, colectivos y administraciones públicas, para mostrar nuestro compromiso con la igualdad y condenar de forma contundente y rotunda la violencia hacia las mujeres.

Desde la Diputación de Córdoba evidenciamos día a día el trabajo que estamos realizando en este sentido, siendo una de nuestras prioridades y haciéndolo con la implicación de toda la institución provincial en su conjunto. Sin duda, desde la Delegación de Igualdad son numerosos los programas y actividades que se ponen en marcha para implicar y concienciar a todos los sectores de población. Esta institución está dispuesta a plantar cara a esta compleja situación porque no podemos silenciar un problema que es de todos.

Hemos de seguir incidiendo en la educación y la sensibilización, trabajando desde edades tempranas en la erradicación de comportamientos machistas, insistiendo en valores como el respeto y la tolerancia. Tenemos que continuar al lado de las víctimas: es nuestro deber hacerles sentir que no se encuentran solas en su lucha.

Trasladar a los jóvenes información sobre qué conductas de su día a día son violentas o machistas, hacerles ver qué peligros esconde la Red o qué hay de verdad y mentira en los contenidos que les llegan Es cierto que estamos trabajando mano a mano con la comunidad educativa pero los datos demuestran que las chicas siguen sufriendo violencia de control, cuestionadas en sus redes sociales. Es preciso que niños y niñas, adolescentes y jóvenes interioricen la igualdad como un valor esencial para la convivencia y que dejen de normalizar comportamientos tóxicos.

Desde la Diputación de Córdoba seguiremos comprometidos en la defensa de los derechos de las mujeres, dirigiendo nuestro esfuerzo hacia los colectivos más vulnerables de la provincia, especialmente en el ámbito rural. Los poderes públicos tenemos la responsabilidad moral de trabajar para conseguir una sociedad más justa e igualitaria, exenta de cualquier forma de discriminación y en la que la violencia, en cualquiera de sus formas o mani