La construcción de relaciones afectivas saludables no solo juega un papel crucial, sino que es la piedra angular en la prevención de la violencia de género. Establecer vínculos firmemente cimentados en el respeto mutuo, la comunicación abierta y la equidad es el camino ineludible para forjar entornos seguros y libres de violencia. Mediante relaciones afectivas saludables, impulsamos, sin lugar a dudas, el empoderamiento individual, alimentamos la autoestima y robustecemos la habilidad de trazar límites y detectar signos de comportamiento abusivo.

La prevención de la violencia de género se origina en las interacciones cotidianas. Inculcar relaciones sanas desde temprana edad no solo es esencial, sino la clave para sentar las bases de una sociedad más equitativa y respetuosa. La educación en el ámbito familiar, escolar y comunitario tiene una misión crucial al consolidar valores de igualdad, empatía y comunicación asertiva. Es imperativo brindar herramientas para reconocer y abordar comportamientos violentos o coercitivos evitando la normalización de la violencia en las relaciones.

Las relaciones afectivas saludables se distinguen por el apoyo mutuo, el consentimiento informado, la cooperación y la libertad individual. Al promover la autonomía y el respeto por la autonomía de la pareja, disminuimos significativamente la probabilidad de que se produzcan actos de violencia. La construcción de relaciones basadas en la confianza y la reciprocidad propicia la resolución pacífica de conflictos, reduciendo drásticamente la incidencia de situaciones violentas.

Además, desafiar los estereotipos de género y las dinámicas de poder desiguales que perpetúan la violencia no es solo importante, sino vital. Fomentar la igualdad de género y cuestionar los roles tradicionales es un paso esencial para forjar relaciones más equitativas y libres de violencia. La prevención de la violencia de género exige un enfoque integral que aborde tanto los factores individuales como estructurales, incluyendo la promoción de políticas y leyes que protejan los derechos de las personas en todas las relaciones interpersonales.

Por todo lo expresado anteriormente, la Universidad de Córdoba dedica este año su campaña del 25-N a la construcción de relaciones afectivas saludables desde la base, convencida de que la educación es el punto de partida para cimentar una sociedad igualitaria y libre de violencia.