Tradiciones

Córdoba muestra su devoción al Rescatado, Ánimas y el Prendimiento en un día grande de Cuaresma

  • La pandemia ha evitado los besos, pero no ha frenado el fervor cofrade en el primer viernes de marzo

El Rescatado, durante su acto de veneración.

El Rescatado, durante su acto de veneración. / Miguel Ángel Salas

El primer viernes de marzo es uno de los días grandes de la Cuaresma. Tradición, devoción y rezos, muchos. La pandemia ha evitado los besos pero no ha frenado el fervor cofrade. Numerosos fieles y devotos han acudido este viernes a los actos de veneración de la hermandad del Rescatado, del Remedio de Ánimas y del Prendimiento. 

San Lorenzo, María Auxiliadora y la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, tres templos cercanos que han animado a los fieles a hacer un recorrido común para estar con los titulares de estas tres cofradías. El Señor de Córdoba, que ha celebrado durante esta semana sus cultos, vive su gran día. Situado ya en su capilla, el titular de la corporación del Domingo de Ramos recibe el cariño de sus devotos. Todos con sus mascarillas y siguiendo las medidas de restricción pertinentes.

A los pies de su camarín, donde está situada la Virgen de la Amargura vestida de hebrea, el Señor Rescatado, con su túnica bordada en oro, brilla con luz propia. El goteo de personas en la parroquia de los Padres de Gracia ha sido constante. Los rezos de los fieles, también. Todos querían estar junto al Señor de Córdoba, que estará expuesto en su paso procesional durante toda la Semana Santa.

Desde la Plaza del Alpargarte, los fieles pusieron rumbo al Santuario de María Auxiliadora por la calle de la Reina de los Salesianos. Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento aguardaba a los pies del altar que presidió en sus cultos. Este año por el covid-19 no hubo besos, pero recibió el cariño y las oraciones de los devotos de la corporación del Martes Santo, que vivió la pasada semana los cultos a su titular.

El Cristo del Remedio de Ánimas, durante su acto de veneración. El Cristo del Remedio de Ánimas, durante su acto de veneración.

El Cristo del Remedio de Ánimas, durante su acto de veneración. / Miguel Ángel Salas

Bajo la atenta mirada de María Auxiliadora, el Señor del Prendimiento también recibió un gran goteo de personas que quisieron estar junto a él durante unos minutos. La gran labor de la cofradía salesiana hizo que el acto de veneración fuera a las mil maravillas. Todos transitan desde el inicio de la iglesia hasta acercarse a la imagen, cumplen con sus oraciones y plegarias y ponen rumbo hacia el lugar de entrada. No será hasta el próximo año, antes llegará la Semana Santa donde de nuevo podrá ser venerado.

Muy cerca de María Auxiliadora está la iglesia de San Lorenzo. Luto, oración y fidelidad a una gran cita con el Cristo del Remedio de Ánimas. Solemnidad. La hermandad del Lunes Santo, que ya realizó el triduo a la Virgen de las Tristezas, quiso acercar a su titular a los hermanos y fieles, que pudieron rodear el altar efímero. Una bella estampa que no fue frenada por el coronavirus. 

El Cristo de Ánimas, situado en su capilla, lucía como cada noche de los Lunes Santo de Semana Santa. El calvario que rodeaba al titular de la cofradía de San Lorenzo estaba compuesto por limonium, cardos, flor de cera, cala negra, statice, dimorphoteca eklonis e iris germánica. Música gregoriana. Otra cita que nadie se quiso perder en este tradicional primer viernes de marzo de oración y devoción.

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