Las nubes llevan la tristeza al sur

Vera Cruz

La cofradía del Campo de la Verdad suspende su cortejo ante la amenaza de lluvia durante la tarde

Las nubes llevan la tristeza al sur
Noelia Santos

22 de marzo 2016 - 01:00

SE acercaba la hora y las primeras gotas del día comenzaban a hacer acto de presencia. Al principio, de forma tímida, en unos pocos minutos, había que buscar resguardo para que el chaparrón no calara hasta los huesos. El Campo de la Verdad, tras el cruce de sensaciones vivido el Domingo de Ramos con la hermandad del Amor, quería curar su herida. Medio barrio se agolpaba ya en torno a la iglesia de San José Espíritu y Santo para poder ver la salida procesional de la Vera Cruz, al Nazareno del Sector Sur y a María Santísima del Dulce Nombre. Las nubes, como intuyendo las ganas cofrades, cesaron su descarga de lluvia y los primeros rayos de sol se convirtieron en los protagonistas de la plaza de Santa Teresa. Ya formaban también las bandas, Nuestra Señora de la Merced (El Viso del Alcor, Sevilla) para Nuestro Señor de los Reyes y María Santísima de la Esperanza para la Dolorosa. Todo listo con un nutrido grupo de costaleros en el paso de palio que antes de iniciar el trabajo posaban para una foto con un sonriente Rafael Prieto, el policía nacional herido hace pocos meses en un accidente de tráfico.

Nazarenos en su sitio, público a la espera y ganas de Pasión. Pero no pudo ser. La hermandad de la Vera Cruz siguió los pasos de la Merced y la Estrella y ante un posible riesgo de lluvia, suspendió su estación de penitencia. Más difícil es quedarse en casa que arriesgar y caminar. Este era el argumento que más sonaba ayer en el Campo de la Verdad que servía de poco consuelo para un nutrido grupo de penitentes que no pudo cumplir sus promesas y que se tuvo que conformar con rezar a los sagrados titulares en el interior de su templo.

Cuando se conoció la noticia, comenzaron a intuirse los primeros capirotes burdeos y aterciopelados. Tanto los mayores como los más jóvenes no pudieron evitar la tristeza por la suspensión del cortejo y los costaleros aguantaron el tipo.

La tradición cofrade, aún así, se mantuvo intacta durante la tarde con la llegada constante de personas que querían visitar los pasos, aunque fuera dentro de la iglesia. La zona sur de la ciudad se llenó de tristeza, pero también de comprensión ante una decisión que no era para nada fácil y que ante todo pretendía salvaguardar el patrimonio histórico de la Vera Cruz. Tras el sinsabor del Amor y la determinación del Lunes Santo, el Campo de la Verdad aún tiene el consuelo de poder ver caminar a la hermandad del Descendimiento. Al otro lado del río las ganas de Semana Santa siguen indemnes.

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