La Esperanza y la Paz, un encuentro histórico durante el Magno Vía Crucis de Córdoba

Córdoba vivió un día cargado de contrastes en un Magno Vía Crucis para la historia. En una cita de más de 12 horas, la ciudad disfrutó del transitar por sus calles de 12 imágenes de la provincia, cada una con un estilo muy marcado. Además, la Virgen de la Esperanza y María Santísima de la Paz y Esperanza regalaron otro momento histórico en la calle Capitulares. El cara a cara de las dos imágenes de Juan Martínez Cerrillo quedará grabado para el recuerdo de todos los presentes ante la iglesia de San Pablo.

En una cita marcada por los retrasos, la Esperanza y la Paz y Esperanza brillaron por las calles de la ciudad. La Paloma de Capuchinos, con su palio ochavado, y la Reina de San Andrés, con su dulce caminar, formaron parte del tercer bloque de este Magno Vía Crucis. La primera llegó a la carrera oficial por Fleming y Santos Mártires, mientras que la segunda lo hizo por San Fernando, Ronda de Isasa y Santa Teresa de Jornet. Una fue detrás de la otra durante el recorrido común y desde entonces la titular de la hermandad del Domingo de Ramos caminó por delante de la del Miércoles Santo.

Ya en la madrugada de este domingo, festividad del Pilar, llegó un momento que quedó grabado para la historia de Córdoba. Ante el Ayuntamiento de la ciudad, en la calle Capitulares, y la iglesia de San Pablo, la Virgen de la Esperanza se giró y se vio cara a cara ante María Santísima de la Paz y Esperanza. Las dos imágenes de Juan Martínez Cerrillo brindaron un bonito cara a cara para todos los presentes. La banda de la Esperanza interpretó Paz y Esperanza de Martín Salas y acto seguido sonó Tras tu verde manto de Rafael Wals. Cada vez más cerca la una de la otra con estas dos marchas, la ciudad disfrutó de un momento único.

Con dos imágenes de estas dos joyas de Martínez Cerrillo en la fachada de un edificio de la calle San Pablo, la Esperanza giró y enfiló los últimos metros antes de entrar en San Andrés, mientras que la Paz siguió con su recorrido de regreso a Capuchinos por Alfonso XIII. Las dos hermandades dieron a la ciudad un momento inolvidable y aún les tocaba disfrutar de las marchas finales con sus respectivas titulares antes de regresar a sus respectivas sedes canónicas.

La Esperanza siguió por San Pablo hasta San Andrés, donde ya pasadas las dos de la madrugada, ante una enorme petalá, entró en su templo. Apenas unos minutos más tarde, la Paloma de Capuchinos, con los sones de la Banda de Arahal de Sevilla, llegó también a su sede canónica, poniendo fin a una jornada para el recuerdo, donde las dos imágenes de Martínez Cerrillo deleitaron a los devotos, fieles y a multitud de cofrades en un Magno Vía Crucis que puso su punto y final sobre las 04:00 con la entrada de la Virgen de la O en el Centro Cívico de Levante, en su barrio de Fátima. Fue la guinda a un día espléndido y cargado de sentimiento y devoción.