el caído

La elegancia del Señor de los toreros

  • La cuesta de San Cayetano es un hervidero de fieles que esperan pacientes la salida de los dos pasos desde el local anexo del templo

Día grande en San Cayetano. La cuesta de la iglesia era un hervidero de fieles que esperaban pacientemente la salida del Señor de los Toreros y su Madre. Con el calor haciendo mella, la cofradía arrancó puntualmente a las 17:00 para adentrarse por Santa Marina y San Andrés hacia la nueva carrera oficial.

Entre todos los presentes había muchas ganas de reencontrarse con Jesús Caído, que fue expuesto al culto el pasado 19 de marzo tras ser restaurado en los Talleres Regespa, empresa contratada que se ha centrado en la limpieza de la policromía total de la imagen. Desde el local anexo al templo salió fiel a su cita con sus fieles el Señor de los Toreros. Tras el primer giro y la Marcha Real, tocada por la Banda de Caído y Fuensanta, llegó la primera saeta. Poco a poco, el Caído, que estuvo acompañado por Enrique Ponce o Chiquilín, entre otros, fue avanzando por una abarrotada cuesta de San Cayetano. Con un paso elegante enfilaba hacia Santa Marina, mientras que la multitud esperaba la salida de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad. Casi 40 minutos después de la cruz de guía, la imagen de la Dolorosa abandonaba el local anexo a la iglesia. Lo hizo con los sones de la banda cordobesa de la Esperanza. Con uno de los palios más espléndidos de Córdoba, la Virgen avanzaba por la cuesta de San Cayetano.

Tras pasar por Santa Marina, la hermandad enfiló por Enrique Redel hacia San Andrés y San Pablo antes de adentrarse en la calle San Fernando. Con un gusto exquisito y un andar costalero sin estridencias, el Señor Caído fue acercándose a la Catedral. En su regreso a casa, la cofradía de San Cayetano vivió momentos intensos. El más álgido ya en los metros finales de la estación de penitencia, cuando pasada ya la medianoche se adentró en Mayor de Santa Marina y subió de nuevo la cuesta hacia su templo. Ahí llegaron las saetas para despedir a Jesús Caído y a la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios