Entrevista al pregonero de la Juventud de Córdoba

Raúl Muñoz: "Mi intención es transmitir emociones mediante mi palabra"

Raúl Muñoz posa para 'el Día' en la puerta de San Lorenzo.

Raúl Muñoz posa para 'el Día' en la puerta de San Lorenzo. / Miguel Ángel Salas

A sus 21 años, Raúl Muñoz Gallardo, que cursa actualmente el grado de Conservación y Restauración en la Universidad de Sevilla, realizará este sábado a partir de las 21:00 en la iglesia de San Pablo el pregón de la Juventud, cita organizada por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba. Perteneciente a las hermandades de Ánimas, Jesús Caído, con la que ya el año pasado disertó sobre la juventud, y Socorro, espera transmitir "emociones" a los presentes mediante su palabra.

-¿Cómo recibió la noticia de que iba a ser el pregonero de la Juventud?

-Desde que el año pasado terminé de hacer el pregón de Juventud de mi hermandad del Caído, empecé a escuchar ciertas campanas y ciertos rumores pero no fue hasta finales del mes de octubre cuando me llamó Olga, la presidenta de la Agrupación. Me llamó para darme esa noticia, que al final la cogí con cierto respeto y con mucha ilusión.

-¿En qué se ha inspirado para este pregón?

-El pregón en sí va desde lo más general, desde de la propia Córdoba, cogiendo temas sobre todo muy genéricos pero muy míos, porque veía que como cordobés, joven y cofrade tenía que emanarme de lo principal, de los valores principales y no yéndome a los tópicos. El pregón va sobre Córdoba, sobre las principales devociones de Córdoba. Hablo de los Cristos y las Vírgenes de Córdoba de una forma que no me voy a lo típico y después yéndome a las advocaciones más propias y más referentes de Córdoba, y a las propias mías, que son las devociones de Ánimas, la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad y por supuesto al Caído.

-¿Cómo será el pregón que va a realizar este sábado?

-Supongo que hasta que no llegue el momento no podré decir la respuesta. Mi intención es crear un ambiente en el que, mediante mi palabra, pueda transmitir las emociones, exteriorizar mis emociones, esas que no son las típicas de poder y hablar en una conversación propiamente dicha. Crear ese ambiente y que con la gente que esté allí pueda ser muy positivo y esté impregnado de todos esos sentimientos que afloren con lo que se pueda decir. Quiero que todos se sientan involucrados y transmitir lo mío para que sea suyo también.

-¿De dónde sale tanto fervor cofrade?

-Me iría a incluso antes de nacer. Mi padre era capataz de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, de la hermandad del Caído, la Virgen de mi casa. Desde muy pequeño se ha ido inculcando ese sentimiento por el amor a las hermandades, sobre todo valor cristiano también, que va intrínsecamente y no lo entiendo de otra forma. No lo entendería eso sin ese sentimiento que me involucró mi padre y que no he sentido rechazo en ningún momento de mi vida porque he seguido sus pasos. El año pasado terminé formando parte de la junta de gobierno de Ánimas; José Ignacio Aguilera decidió contar conmigo y con la que he tenido la oportunidad de vivir de muchos momentos, tanto a lo largo de mi vida, desde niño hasta la juventud, y que seguiré en ello porque forma parte de mi vida el propio hecho de ser cofrade.

Raúl Muñoz posa para 'el Día' con los titulares de la hermandad de Ánimas. Raúl Muñoz posa para 'el Día' con los titulares de la hermandad de Ánimas.

Raúl Muñoz posa para 'el Día' con los titulares de la hermandad de Ánimas. / Miguel Ángel Salas

-¿Qué significan para usted las tres hermandades a las que pertenece?

-Desde pequeño soy del Caído. Allí he podido crecer y al fin y al cabo es mi familia. Allí he vivido momentos que se te quedan grabados en la retina y en el alma y allí he disfrutado mucho y he crecido. En Ánimas me ha pillado mucho más mayor. El Caído es la familia que te toca y Ánimas la que eliges. Y así lo siento. Es otra parte de mí que, evidentemente, tanto la gente alrededor como las propias imágenes del Cristo de Ánimas y de la Virgen de las Tristezas, forman parte de mi carisma y de ese valor también como cristiano. Y no me dejó atrás a la Virgen del Socorro, que es la gloria que sale de las dos hermandades de penitencia y que hace reavivar esa llama fuera de la semana; estaría muy metido ese valor como cofrade y como propio cordobés, porque la Virgen del Socorro significa mucho para la propia vida de Córdoba y la gloria en sí entendida en Córdoba.

-¿Cómo se encuentra antes del pregón? ¿Hay nervios, entusiasmo o un poco de todo?

-Ahora mismo es un cúmulo de sentimientos. Evidentemente entusiasmo, intranquilidad también, porque habrá muchas personas que conozco, y el propio nerviosismo de dar a conocer mis palabras, y a ver cómo la gente lo recibe. Intentar comprobar que ha llegado y que ha servido para algo, porque no está hecho para mí, si no para todas las personas. Es un cúmulo de cosas, pero todas muy positivas.

-¿Cómo está la juventud en el mundo del cofrade?

-Creo que está renaciendo una juventud muy positiva. La juventud en sí, la propia palabra, conlleva ese crecimiento y esa fuerza y actividad que tiene el propio joven. Hay partes positivas, partes negativas, pero pienso más en lo positivo porque es la fuerza de las hermandades y al final quienes vamos a formar parte de las juntas de las hermandades. Pero tenemos que crecer en unos valores y aprender el carisma real de nuestras hermandades, y mirando desde una autocrítica en valores religiosos, cristianos y cofrades porque todo va ligado.

-¿Cómo ve que se empiece a hablar de una Madrugada con más cofradías?

-Yo vería muy positivo una Madrugá en Córdoba, pero pensando siempre en una estabilidad. No siento un rechazo sobre ello, pero ahora todos los cordobeses, si se aprueba, deberíamos formar parte de esa Madrugá, tanto espectadores como las propias hermandades sin tener un rechazo y disfrutar de esta Madrugá.

-¿Qué espera de la Semana Santa de este 2023?

-Pienso que igual que el resto de años, la voy a coger con muchas ganas. Habiendo faltado estos últimos años, cogedla con muchas ganas y vivirla intensamente con la familia, con los amigos, pero diría que hay que disfrutarla y sentirla desde dentro, si formamos parte de las hermandades. La tomaría con la misma fuerza e ilusión que siempre, porque es la semana, es nuestra semana y es la semana de Córdoba.

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