Entrevista a la presidenta de la Agrupación de Cofradías de Córdoba

Olga Caballero: "Podemos cansar al público y al devoto con tantas procesiones"

Olga Caballero posa para 'el Dia' en San Andrés.

Olga Caballero posa para 'el Dia' en San Andrés. / Miguel Ángel Salas

Puntual a su cita, Olga Caballero (Sevilla, 1952) atiende a El Día en la parroquia de San Andrés, donde están los titulares de la hermandad de la Esperanza, en la que creció y que presidió durante ocho años (2005-2013). Sevillana y trianera, aunque con raíces en Ceuta y A Coruña, la presidenta de la Agrupación de Cofradías, que se muestra natural y muy clara durante la entrevista, lleva más de 50 años en Córdoba, una ciudad que "se lo merece todo". Con el proyecto de la Madrugada en mente, defiende que hay "un patrimonio espectacular", pero matiza que se puede cansar al devoto "con tanta procesión".

-¿Qué balance hace de estos casi ya tres años de mandato?

-El balance es muy cortito porque tuvimos dos años prácticamente que no se pudo hacer nada, fueron un poquito en blanco, aunque es cierto que ha servido para la unión de muchas hermandades, para hacer muy buenas obras sociales. Creo que ha sido el punto más positivo que ha tenido la pandemia, en el sentido de que las hermandades, al ver que hacía falta tanta ayuda, se han volcado todas y han dejado las arcas vacías por ayudar a los demás. En ese sentido, estoy súper orgullosa. También es cierto que las autoridades se han dado cuenta del trabajo realizado por las hermandades y también se han volcado a la hora de los convenios para darnos dinero para la obra social, que eso es importante. El año pasado fue bueno dentro de lo que cabe, digamos que fue el primer año más normal. No estuvo mal, aunque tuvimos la mala suerte de que el Lunes Santo se quedaron algunas dentro y el Martes Santo por la lluvia ninguna salió. Esperemos que, con algo de suerte y con la misma ilusión de siempre, esta Semana Santa sea aún más normal.

-¿Qué le hizo dar el paso al frente para ser presidenta de la Agrupación?

-Estaba yo de vicepresidenta con Paco Sanmiguel y la verdad es que la penitencia es un puesto en el que se trabaja un montón. Estuve muy dentro, trabajando muchísimo, porque se hicieron muchas cosas en esos años. Quizás una reunión que hubo en Madrid de los laicos me tocó un poquito la moral, y dije con lo preparada que está esta gente y nosotros no somos capaces de decir vamos a formarnos más. Ahí fue donde dije vamos hacia adelante. Me presenté y tuve la suerte de salir.

-¿Qué significa para usted ser la primera presidenta?

-Es un orgullo. En tu vida digamos no profesional, porque esto es más bien un hobby, te agrada que siendo una mujer haya llegado a esto. Ya me pareció una buena cosa cuando llegué a ser hermana mayor de la Esperanza, pues llegar a la presidenta de la Agrupación es indiscutiblemente un orgullo. Siempre me preguntan, ¿te ha costado mucho trabajo? La verdad es que no me ha costado ninguno. Intento hacer todo lo que puedo, trabajo a tope, aunque hay momentos puntuales, como yo digo, que tiro de congelados porque no puedo ni comprar, pero gracias a Dios aquí estamos y seguiremos hasta que toque.

-Al margen de su presidencia, también se ven muchas hermanas mayores al frente de varias hermandades. ¿Es muy importante el papel de la mujer en el mundo cofrade?

-Sí. La mujer, al principio, es cierto que tenía mucha dificultad como para salir en fila, en el cortejo o en la Junta de Gobierno. Yo jamás he tenido un problema en ese sentido. Yo llegué aquí a Córdoba, venía de estudiante de Sevilla, y enseguida me metí en la Esperanza. Es cierto que yo empecé a las 07:30 o la 08:00 con las campanitas en Santa Marina, con un frío horrible. Empecé desde cero, como se suele decir, como el que empieza en un hotel de botones. Cuando me dijeron de presentarme a hermana mayor de la Esperanza, decía que parecía demasiado, pero estuve ocho años y gracias a Dios no me fue mal. El último año, como siempre, te cuesta un poco más porque estás más viciada. Eso es lo malo que tiene esta cosa, que no se puede una viciar. Y por lo demás francamente estoy contenta, bien a gusto y con ilusión siempre porque me encanta. Es un virus que lo tengo desde chica y los virus estos no se van.

Olga Caballero observa a la Virgen de la Esperanza. Olga Caballero observa a la Virgen de la Esperanza.

Olga Caballero observa a la Virgen de la Esperanza. / Miguel Ángel Salas

-¿Qué objetivos tiene para cerrar este mandato?

-Uy, como objetivos tengo muchos, pero no sé si podré conseguirlos.

-Habló en su proyecto del cambio de sede de la Agrupación y también de un centro de interpretación de las cofradías, ¿cómo está todo?

-Todo esto está hablado, trabajado, presentados los proyectos y estamos a la espera de las contestaciones de las instituciones. Puede ser que se consiga, pero a lo mejor yo no lo veo de presidenta. Luego también tenía muchas ilusiones y muchas historias que se pueden hacer porque creo que Córdoba se merece todo. Tenemos un patrimonio espectacular, lo que pasa es que muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos. Es una pena, porque realmente es mi escalón, ahí es donde yo tropiezo. Si la gente le pusiera a la ciudad la ilusión de alguna de las personas que estamos trabajando en esto y que sabemos que se puede conseguir tanto, de verdad te digo que sería Córdoba una de las primeras o la segunda, pero hay muchos momentos que te chocas por las paredes y entonces te cuesta trabajo. Como ilusión, hay muchísimas. He hablado de la Madrugada, que se está haciendo el proyecto y va un poco lento, porque es muy difícil porque no es solo nuestro, es una cosa de ciudad. Y luego hay muchas cosas ya inventadas y hechas. No voy a inventar nada nuevo, pero hemos conseguido la carrera oficial. Paco Sanmiguel fue poco a poco, poco a poco y se ha llegado a conseguir. La formación se ha hecho y se sigue haciendo, que es una de mis metas. Creo que es importantísimo entrar en una junta de gobierno con una formación buena. Los estatutos quiero presentarlos ya mismo. De hecho, ya están redactados a la espera de dárselos a los hermanos mayores para que se presenten enmiendas y poderse llevar, si Dios quiere, en junio a la próxima asamblea. Todo esto va muy lento, porque tampoco nos han ayudado nada los dos primeros años. Ahí hemos estado muy parados y eso ha sido una mala suerte, pero no era problema nuestro, era de la sociedad y de sanidad.

-¿Cómo es la relación con el Ayuntamiento?

-Realmente es buenísima. Nosotros no hemos tenido nunca ningún problema. Estación de penitencia tiene una relación perfecta con la Policía Local y con todos. Sin ningún problema con nadie.

-La Semana Santa es un factor importante también a nivel económico y a nivel de la promoción de la ciudad.

-Como persona y a nivel religioso, la máxima. El obispo siempre dice que es la unión de feligreses más grande que hay y que hay que cuidarla. Es verdad de que somos más de 50.000 personas cofrades. Eso significa un buen portante de la ciudad, pero es a nivel económico, en hoteles, hostelería, bares, cafetería, en todo, en la ocupación que hacemos en esa época. Lo que yo pediría es que tenemos que entender que el turismo no solo viene a ver, si no también viene a buenos precios. Hay momentos puntuales en los que hay que subir precios, pero otros en que hay que equipararlos y por lo menos bajarlos un poquito. Tengo entendido y no me equivoco, porque me lo ha dicho mucha gente, que somos la hotelería más cara de España. Los hoteles se ponen a unos precios que la gente se va a otros sitios. Entonces ahí es un fallo. Mientras los hoteles no bajen, la nocturnidad en Córdoba será difícil. Esa es mi opinión personal, por supuesto. Lo tiro, a ver si los hoteles lo cogen.

-¿Cómo se presenta esta Cuaresma para la Agrupación de Cofradías?

-La Cuaresma ya está trabajada. Están todas las reuniones hechas. Tenemos la mesa de Ayuntamiento y de delegaciones y de todo lo que son ayudas y demás hecha, a falta de concretar momentos puntuales. Creo que todas las hermandades tienen la ilusión de que sea buen día, que se trabaje bien.

-¿Cómo se presenta esta Semana Santa en Córdoba?

-Esta Semana Santa va a ser más normal que la anterior y que las otras dos. No obstante, vuelvo a repetirlo, las dos que nos hemos quedado dentro ha servido, siempre lo he dicho, para que los hermanos de las hermandades se hagan como más fuertes a la hora de la oración y de la penitencia interior y no en la calle. Eso es bueno a nivel formativo y creo que este año ya va a ser normal y vamos a disfrutar, si Dios quiere, si el tiempo nos acompaña.

Olga Caballero posa para 'el Día' en San Andrés. Olga Caballero posa para 'el Día' en San Andrés.

Olga Caballero posa para 'el Día' en San Andrés. / Miguel Ángel Salas

-¿Cómo están las cofradías en Córdoba?

-Muy altas. Sinceramente creo que están sanísimas, que ha habido hermandades pequeñitas que han subido en dos o tres años un montón. Vuelvo a repetir que esos dos años de parón han servido para formarse más, para dar ejemplo. El que realmente tiene fe y quiere y le gusta esto, cuando llega el Domingo de Ramos o el Miércoles Santo y no sale tu hermandad por la lluvia, lloras, te entristeces, pero en tu interior quién se queda realmente con la imagen en la iglesia, te unes más a Él. Yo lo hago y me quedo de vela. Creo que la formación es muy buena porque te haces más a tu Cristo, a tu Virgen, a la hora de estar solo con Él. Un Padrenuestro que se rece en la calle, para mí es importantísimo, pero no dejo de reconocer que el hermano que está con Él lo vive muchísimo y muy intenso. Creo que la Semana Santa de Córdoba ha tenido un subidón. Ha tenido una ventana abierta muy buena en estos años anteriores. Eso ha hecho que las ciudades de fuera la hayan conocido más. El patrimonio de Córdoba es buenísimo, mucho más bueno que el ciudades grandes que tienen la palma. Es mi opinión particular y soy de una de ellas, pero reconozco que a nivel de arte, a nivel de caras, de belleza, tenemos unas cosas muy buenas.

-Me ha hablado anteriormente de los nuevos estatutos, ¿qué destacaría de ellos?

-Hemos intentado quitar los plenos, porque los plenos es una cosa que al fin y al cabo es lo mismo que se ve en la asamblea de hermanos mayores. Y te evitas perder un día que realmente es una información que se hacía. Creo que es normal que se informe directamente en la asamblea y algunas cosas puntuales que estaban muy obsoletas. Son unos estatutos más agilizados dentro del estatuto marco.

-Viendo todas las hermandades, prohermandades y agrupaciones que hay fuera de la Agrupación, la Semana Santa puede seguir creciendo en Córdoba.

-Claro que sí. Eso podría llegar a crear una buena Madrugada, para ir metiendo a algunas cofradías muy, muy hechas, y en ese hueco a las nuevas, o un Sábado Santo que también se pueda abrir. Eso ya depende de lo que se pida, del proyecto que se presente. Ahora mismo, por ejemplo, hay dos que piden entrar en Agrupación y hay una que, si Dios quiere, a lo mejor el año que viene ya pide entrar en Carrera Oficial, que es Cañero. Luego hay otras que algún día también lo harán. Y claro habrá que esperar hueco o abrir la mano a más cofradías en el día.

-¿Cómo ve a todas estas hermandades que han surgido, que están surgiendo y que poco a poco van haciendo su camino?

-Yo las veo poco, porque no son cofradías que están metidas en la Agrupación, pero sí es cierto que he ido a algunos cultos y demás, y la verdad es que están trabajando hasta ahora muy bien. Por ejemplo, Cañero, la Quinta Angustia o la O tienen un buen patrimonio. Yo creo que todas están trabajando con mucha ilusión y poquito a poco organizándolo para tenerlo todo preparado. Aquí ha habido hermandades, por ejemplo, como el Císter, que se presentaron y que han sido pedazos de hermandad. Entonces por qué no darle la oportunidad a todas y por igual.

-Me ha hablado de la Madrugada. ¿Es un proyecto complicado de ejecutar porque miramos mucho a Sevilla o puede haber realmente más cofradías en la Madrugada en Córdoba?

-Aquí hay un problema y es que estamos acostumbrados a que el jueves sale la Buena Muerte y todo el mundo va a Sevilla. No te voy a decir que yo no me he ido a Sevilla antes, desde que estoy en la Agrupación por supuesto que no, porque no me parece ético. Creo que igual que en Sevilla hay una Madrugada, aquí puede haberla. Siempre he dicho que esto no es un proyecto solo de la Agrupación, porque es francamente difícil a nivel económico, porque una banda vale más dinero, los autobuses de los músicos y también los niños pequeños, son muchas historias...

-Entonces la Madrugada es un proyecto de ciudad.

-Exacto, eso es lo que hay. Esto es un proyecto de ciudad, ciudad que tiene que mojarse, también la provincia y los hermanos, y decir vamos a conocer la Madrugá de Córdoba y la conocemos. Si nos gusta bien; si no, el año siguiente nos vamos a Sevilla. Es verdad que la tradición de Sevilla es muy grande, pero también nosotros empezamos desde poquito a poco y hemos llegado a muchas cosas importantes.

Olga Caballero observa al Señor de las Penas. Olga Caballero observa al Señor de las Penas.

Olga Caballero observa al Señor de las Penas. / Miguel Ángel Salas

-¿Cómo podría ejecutarse esta Madrugada?

-Para una Madrugada buena, ahora mismo está todavía la Nazarena, que me parece perfecta; parte de las Angustias, que por tiempo y hora, puede entrar en el tema; Buena Muerte, por supuesto; y dos hermandades con pique, aunque yo metería un misterio más. Tú me dirás que esto es imitar a Sevilla, pero no, es que es la realidad, es lo que hay. Entonces sería lo ideal. No puede ser todo bulla, tiene que ser bulla y silencio. Esa es mi idea.

-¿Hay ahora excesivas procesiones a lo largo del año?

-Sí, sinceramente veo que hay muchas. Los dos años de la pandemia nos ha cortado mucho y hemos salido como los toros, como se suele decir, un poquito escopeteados. Antes había dos o tres cruces a nivel de salida, ahora hay más. Antes había dos o tres corpus y ahora todas las parroquias tienen uno. La policía muchas veces nos dice que no puede ser tanto porque para ellos es un compromiso y una responsabilidad. Entonces muchas veces digo, y no quiero faltarle el respeto a nadie, que podemos cansar al público, al devoto, con tantas procesiones y cuando llegue la Semana Santa van a decir que esto es más de lo mismo.

-Hay un debate en la calle sobre el boom de pasos en las calles.

-A mí me encanta; como se suele decir, es como comerme un churro sin papel. Hay momentos puntuales en los que hay que salir a la calle. Por ejemplo, el otro día se bendijo el Cristo de Las Palmeras. Para mí gusto, impresionante. Y lo llevaron con muchísima dignidad a su casa. Y no dejo de reconocer que es una cosa normal, pero ahora salgo por esto o porque estreno una cosa... Para mí eso es jugar a las casitas. Entonces yo creo que nos estamos equivocando en ese sentido. De la otra forma sería un poco más serio, es mi punto de vista privado. Si molesta a alguien lo siento muchísimo, pero es así como yo lo veo.

-¿Hay relevo generacional en las cofradías?

-Es cierto que cuesta trabajo ahora que se encuentren hermanos mayores porque la responsabilidad pesa mucho, pero también es cierto de que hay una buena partida de gente joven en todas las hermandades. Muchas veces me asusta y reconozco que se están formando poco a poco. El obispo dio el paso a que que se formasen más porque es la cantera de las hermandades.

-¿Se fija mucho Córdoba en Sevilla o tiene su sello propio?

-Para mí tiene su sello propio, pero es verdad que hay muchas hermandades que se pican mucho con Sevilla. Y yo te voy a decir una cosa y te lo dice una sevillana: Sevilla tiene sus cosas y Córdoba tiene las suyas. Lo mismo metemos la pata en Córdoba que la meten en Sevilla. Lo mismo tenemos maravillas en Córdoba, que las tiene Sevilla y las mismas cosas suelen pasar en los dos sitios. Cristo y la Virgen es uno mismo. Ya depende de cómo gestiones la hermandad. Somos todos iguales y lo que tenemos es que mirar, trabajar y ser conscientes de dónde estamos y que pertenecemos a la Iglesia, que es lo más importante.

-¿Se ha conseguido ya pulir la carrera oficial del todo en la Catedral? ¿Entiende que aún a muchos cordobeses les gustase más la zona anterior?

-A lo mejor era más cómodo el sitio dónde estábamos porque la planificación es diferente. Bajo mi punto de vista, la carrera oficial en la Catedral y su entorno es la mejor de España a nivel patrimonial y a nivel de situación. No quiero decir con esto que, posiblemente, nuestra carrera oficial tiene sus más y sus menos por culpa de los brazos que tenemos de evacuación, que no son muchos. Creo que se ha estudiado bastante bien, que las hermandades lo han comprendido, que todas están por la labor, que fue una unanimidad en la votación que hubo en esa asamblea y que la gente está contenta. Tenemos que poner cada uno de nuestra parte, para que nadie pueda tener ningún fallo ni ninguna cosa. Y si me preguntas a todos los niveles de la carrera, pues también se ha hecho la topografía de lo que son los palcos y las sillas para ver si conseguimos de una vez por todas de que no haya esos problemas de visión ni esa altura de palco que tenemos.

-Por último, una duda: ¿optaría a la reelección como presidenta de la Agrupación?

-Ahora mismo no lo sé, no tengo ni idea. No me queda un año, sino esta Semana Santa y la otra. Eso será el día a día, sobre todo por la salud, porque el trabajo es una cosa que me gusta, me hace disfrutar, porque conozco a gente maravillosa y extraordinaria. Ahora mismo estoy contenta, pero tengo que ver cómo me encuentre y cómo vea la situación.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios