El Reportaje

Platos de Pascua que saben a gloria

No hay nada más placentero que recargar energías después de una larga caminata. En Semana Santa, no es de extrañar salir por la mañana y que el cielo se oscurezca viendo procesiones. Comprar unos paquetes de pipas o altramuces no es suficiente para superar el acto de penitencia, es obligatorio hacer una parada y tomar unos bocadillos.

En la calle Fernández Ruano, se encuentra un establecimiento histórico en la ciudad, y es que ya son 41 años los que cumple el Picantón. Fundado en 1978 por Antonio Núñez, sus hijas continúan la gestión de esta casa tan emblemática en Córdoba.

El bar tiene el cierre según el horario a las 23:30, pero las hermanas aseguran que durante la Semana Santa, hasta que no se agota el pan, siguen preparando bocadillos. Algunos días tienen abierto hasta la 01:00.

El nombre lo recibe por sus bocadillos picantes acompañados por la salsa estrella, malaleche. Se pueden añadir otras salsas, no tan picantes, entre las disponibles: verde, camello, provenzal y currita, además de las tradicionales de ali-oli, mayonesa, mostaza o ketchup.

La carta dispone de una gran variedad de bocadillos. ¿El bocadillo estrella? El de mortadela a la plancha -2,50 euros-, al que se le puede añadir tortilla o pimientos. Otros más clásicos que también merecen la atención son los de lomo, pechuga o bacon.

Disponen de hamburguesas -desde 3,10 euros- y bocadillos especiales -desde 3 euros-, como el serrano, el basilón o el rústico. Y para los clientes que les gusta crear también se pueden añadir todos los ingredientes que deseen. Como se suele decir, al gusto del consumidor.

Más joven, en un rincón emblemático de Córdoba, junto a la calleja de las Flores, se ubica la taberna El Abanico. Se fundó en 2015; no obstante, en este tiempo ha ganado una gran afluencia de visitantes extranjeros y cordobeses por su decoración original.

La colorida taberna, con un ambiente muy pop, tiene un patio histórico interior que capta todas las miradas. Hasta 400 claveles adornan las paredes, donde es imposible resistirse a hacer un selfie, aseguran desde el propio establecimiento.

La parada en esta taberna en Semana Santa también es obligatoria. Quien desee comer sin prisas y recargar pilas para seguir con el tour cofrade. La carta dispone de platos típicos de la ciudad con una presentación gourmet, desde el tradicional salmorejo -3,95 euros- a las croquetas de rabo de toro -6,95 euros-.

Uno de los platos más demandados es el de rabo de toro y las superventas y especialidades del establecimiento: el perolito campero -9,50 euros-, el volcán de gulas -patatas pochadas con gulas y huevo frito, por 9,50 euros- y el revuelto de habitas -habas mata con jamón y huevo, por 9,50 euros-.

Si el hambre está llamando cerca de la carrera oficial, a tan solo unos metros de la Mezquita-Catedral está Viandas Córdoba. Esta parada, en la esquina con Deanes, es reconocida por el escaparate de jamón ibérico y bocadillos que muestran a todo el que pasa por la calle.

Los bocadillos de jamón tienen un precio de 4,50 euros, al que se puede acompañar con queso, lomo, chorizo y jamón, o con una porción del hornazo de Salamanca -3,95 euros-.

Disponen también de cartuchos con salchichón, chorizo, jamón o queso -3,95 euros- para matar el hambre junto con un bocadillo de lo más ibérico.

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