La mejor manera de reducir las posibilidades de desarrollar asma podría ser asegurándo durante el embarazo unos niveles adecuados de vitamina D durante el segundo trimestre, según un nuevo estudio de la Universidad de Kansas, Estados Unidos.
La forma más fácil que tiene el cuerpo de nutrirse de vitamina D es tan sencilla como tomar el sol. En Estados Unidos, Scott Weiss y Augusto Litonjua, ambos de los cuales médicos del Hospital Brigham and Women de Boston y profesores de la Escuela de Medicina de Harvard, sostienen la hipótesis de que los niveles de vitamina D en el segundo trimestre del embarazo influyen en la probabilidad de que un feto desarrollará asma más adelante en la vida.
En una época del big-data (la utilidad en el procesamiento de información de mastodónticas bases de datos) este estudios refleja bien su práctica. Utilizando datos de altas hospitalarias y una encuesta nacional, observaron dónde y cuándo nacieron los asmáticos. A continuación, los economistas analizaron las mediciones de la luz solar en los lugares de nacimiento cuando las madres de los asmáticos 'habrían estado en su segundo trimestre.
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